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Antes de que la isla de Ibiza aparque su misticismo, su calma y su encanto único con la apertura de la temporada estival y la llegada del bullicio y el turismo desmedido, el Racing quiere que la fiesta, la gran fiesta, sea la de la ... parroquia verdiblanca. Ni Pachá ni Amnesia ni Ushuaïa. Los Campos de Sport, que para eso este año han anunciado a Bizarrap –no vamos a decir que viene, que luego ya saben lo que pasa–. El equipo de José Alberto está cada vez más cerca del objetivo. Por ir dándole ideas, la próxima sesión del DJ argentino, a la que le puede poner el número 1913, por ejemplo, se debería llamar 'Per-ma-nen-cia'. Con Mboula, su flow y su nueva vieja camiseta verdiblanca –la Meyba de los 80– al micrófono. Cualquier locura es pequeña para celebrar si el Racing logra, finalmente, quedarse en Segunda División. El Racing hizo los deberes ante un Ibiza que le dio hasta que le atrapó el descenso. Y la segunda mitad fue mala, pero, ¿saben qué? 47 puntos. Ocho de ventaja sobre los puestos de descenso a la espera de lo que haga el resto. Aunque, llegados a este momento, el que venga detrás, que arree.
Racing
Ezkieta, Dani Fernández, Saúl García, Pol Moreno, Germán Sánchez (Rubén Alves, min. 15) (Mantilla, min. 33), Aldasoro, Juergen Elitim, Mboula (Marco Sangalli, min. 46), Íñigo Vicente, Peque (Íñigo Sainz-Maza, min. 46) y Baturina (Matheus Aiás, min. 85).
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Ibiza
Germán, Fran Grima, Javi Serrano, Grillo, Cristian Herrera, Ekain (Nolito, , Javi Vázquez, Appin (Alarcón, min. 67), Coke (Julis, min. 82), Escobar (Suleiman, min. 73) 73) e Isma Ruiz (Morante, min. 67).
Equipo arbitral: De la Fuente Ramos, asistido en las bandas por Pescador Hernández y García Aguilera, todos ellos del Comité de Castilla y León. Cuarto: Sesma Espinosa (La Rioja); VAR: Ocón Arráiz (La Rioja) y AVAR: Guzmán Mansilla (Andalucía).
Gol: 1-0, min. 29: Baturina.
Amonestaciones: Amarilla a los locales Peque, Mantilla y Germán Sánchez y a los visitantes Appin, Javi Vázquez, Morante e Isma Ruiz.
Incidencias: Campos de Sport de El Sardinero. Con césped en buen estado, en una noche con lluvia intermitente y temperatura fresca. 17.066 espectadores.
José Alberto se ha puesto en este tramo final del campeonato, aún con la lucha por la permanencia abierta, a premiar los buenos rendimientos. Claro, también es verdad que se lo permite el nivel que están mostrando todos los futbolistas que entran al terreno de juego. «Tengo el equipo más o menos claro y tengo la certeza de que voy a acertar, porque los futbolistas están muy bien».
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Marcos Menocal | Borja Cavia
Así que este viernes los galardonados con un puesto en el once titular, pese al retorno de los supuestos titulares, fueron Ezkieta, Pol Moreno y Juergen Elitim. Parera, el recién salido de lesión Rubén Alves e Íñigo Sainz-Maza, al banco. Junto a ellos, Peque, que se ha hecho fuerte en la mediapunta. El único que recuperó su puesto, quizá por ser el especialista con características más específicas de todos, fue Mboula en el extremo derecho.
Como ya dejó entrever en la previa del partido el entrenador del Ibiza, el exracinguista Lucas Alcaraz, el objetivo del equipo pitiuso, ya desahuciado antes de llegar a Santander, era conseguir que la imagen de equipo, futbolistas y técnicos se deteriorase lo menos posible. Minimizar daños. Un planteamiento más defensivo de lo habitual, el balón para los cántabros y metiducos en su campo.
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Así, la noche olía a monólogo. Eso sí, para eso también hay que valer. No todo el mundo es capaz de hacer reír. Los verdiblancos dispusieron de su primera ocasión. Un centro al segundo palo de Íñigo Vicente en la segunda jugada, tras un córner, lo cabeceó fuera Germán Sánchez. Poco después, otro balón que sobrevoló el área balear lo empaló Dani Fernández con la derecha y entre el exverdiblanco Germán Parreño y el poste enviaron a saque de esquina.
Si el Ibiza pretendía estar atrás, el Racing empujó a su rival hasta que metiese el trasero en su área pequeña. Parecía cuestión de tiempo ya pasados los diez minutos de encuentro, momento en que José Alberto mandó a calentar a Rubén Alves, Mantilla y Satrústegui. Poco iba a durar la suplencia del hispanobrasileño, que tuvo que saltar al campo, previo masaje en los isquiotibiales de su pierna izquierda, para sustituir a un Germán Sánchez tocado, que, de paso, forzó la quinta cartulina amarilla.
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Leila Bensghaiyar
El siguiente rato sirvió para engrosar las cifras de posesión racinguistas. Porque el Ibiza no iba a regalar los puntos, pero sí la pelota. Y no pasó gran cosa más allá del fantástico ambiente en los Campos de Sport hasta que en el minuto 29 el equipo cántabro se iba a adelantar en el marcador. Como se adelantó, fatal, por cierto, la defensa pitiusa. En el saque de una falta lateral por parte de Íñigo Vicente, Baturina se quedó solo en el área. El dálmata, como en el tanto frente al Granada, controló mal, hacia atrás, pero fue capaz de sacar un latigazo a la media vuelta con la zurda para poner por delante a los cántabros.
Si poco había durado la suplencia de Rubén Alves, no duró mucho más su paso por el terreno de juego. No llegó a veinte minutos. Decía el míster que el central estaba perfecto para jugar, pero no. La recaída fue tan grave que tuvo que ser retirado del césped en camilla. Mantilla fue su sustituto. Y dos ventanas de cambios perdidas. Ydos bajas en defensa para otra final en Anduva. El percance distrajo a un Racing que vio cómo Cristian Herrera estuvo a punto de marcar, pero Ezkieta sacó, oportuno, su pie izquierdo para evitar el tanto.
Aldasoro estuvo a punto de marcar el gol de la temporada y a Juergen Elitim, forzado, le tapó bien el hueco Germán Parreño. Y también a Mboula, en una opción clarísima para el catalán. No pasó más, porque ya habían pasado suficientes cosas en la primera mitad. Ni aunque diese seis minutos de añadido el árbitro. Las gargantas y las bufandas al aire hicieron el resto. Descanso.
José Alberto mantuvo en el once titular a Jokin Ezkieta, Juergen y Pol Moreno
Germán Sánchez y su sustituto, Rubén Alves, cayeron lesionados en la primera parte del choque
Baturina arregló un mal control con un fantástico disparo para hacer el tanto racinguista
Para dejar abierta una ventana de cambios, el míster realizó una doble sustitución a la salida del vestuario. Íñigo Sainz-Maza entró por Peque y Marco Sangalli, por Mboula. Así, Juergen Elitim adelantó su posición a la mediapunta. Las modificaciones acompañaron a un paso atrás verdiblanco en la línea de presión. Ahora sí, la posesión era para el Ibiza. Con lo que le gustan a este Racing las contras –o transitar, que dicen ahora los modernos–. Aunque la decisión también le daba algo de resuello a un rival agonizante. Yel nivel del encuentro descendió hasta el sótano. A saber cuál fue el mensaje en el vestuario, pero en el banquillo, José Alberto se desgañitaba para decir a sus hombres que sacasen el culo de ahí. Por fin, pasado más de un cuarto de hora de la segunda mitad, el Racing se personó en el área de Germán Parreño. Un tiro mordido de Baturina desde la frontal se marchó desviado. Luego tuvo otra similar, que no se esperaba, y se defendió a sí mismo. Y después, entre Juergen Elitim y él se hicieron el lío tras arrebatarle el colombiano la pelota de los pies al portero visitante. El croata ya daba sensación de cansancio y aún era pronto.
Tras el descanso, el equipo cántabro cedió posesión al Ibiza y retrasó su línea de presión
El árbitro señaló un penalti sobre el delantero croata del Racing, que el VAR luego rectificó
Pero tuvo fuerza para otra acción clave. Cuando uno se cansa, se tumba. Al delantero racinguista, le tumbaron. En el área, tras recortar. O eso dijo el árbitro, encima de la jugada, porque los jugadores del Ibiza no estaban muy de acuerdo. Y tampoco los del VAR, que hablaron por el pinganillo. Cuando eso sucede, pues ya se sabe. Después de toda la parafernalia y con Íñigo Vicente preparado para lanzar, marcha atrás. Sí que pareció que Baturina había exagerado o había visto mullidito el césped para echarse un rato.
José Alberto llamó a Matheus Aiás. Su último cambio. Por Roko, claro. Ovación para el balcánico. El Racing ya no tenía muchos argumentos para esperar un segundo tanto, pero también es verdad que el Ibiza, ya sabedor de que su situación era irrevocable a esas alturas, bajó las pocas revoluciones que le quedaban y se mantuvo al ralentí. El recién ingresado delantero brasileño cabeceó, horrible, un centro desde la izquierda de Saúl García.
El resto ya era acelerar el cronómetro. Así que Pol Moreno le dio una patada a la pelota que la puso casi en la fuente de Los Delfines. Y Mantilla, acto seguido, pues parecido. A los de 'Casablanca' siempre les quedará París. Y al Racing, en sus peores momentos, siempre le queda la magia de Íñigo Vicente. Cuando la cosa esta chunga, todos le buscan a él. Juergen abrió para la subida del vizcaíno, que se sacó un durísimo disparo que buscaba la escuadra y que Germán tocó para mandar a córner.
Empujando al árbitro a pitar, porque si algo no se sufre no es digno de ser racinguista, llegó el final del encuentro. Yal silbato final le siguió el rugido de un estadio entero. Y a eso, un pequeño movimiento sísmico en la zona de El Sardinero, con todo el estadio botando en las gradas. Piel de gallina. Qué cerquita está.
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