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Pim, pam. Pim, pam. Así se pasaron el partido Racing y Mirandés. Sopapo tras sopapo. Intercambio de golpes. Ambos equipos demostraron ser buenos encajadores pero andar flojos de pegada. Hubo ratos y ocasiones de todos los colores. Y, aunque a veces estuvo cerca de besar ... el suelo y otras de mandar a su rival a ver las estrellas, el Racing finalmente completó un combate nulo. Un empate que fuera de casa y acompañado por los dos triunfos anteriores en una actuacion que no fue especialmente brillante, tampoco sabe tan mal.
Para seguir por la misma senda, la de las dos victorias con las que llegaba a la cita, José Alberto mantuvo la continuidad en el once. Al menos, hasta donde pudo. Diez futbolistas repitieron del triunfo frente al Villarreal B. Incluido un Lago Junior que ya se ha instaurado como recambio del lesionado Andrés Martín en el extremo derecho. Y también Pol Moreno, en el centro de la zaga, pese a que Germán Sánchez volvía tras cumplir su partido de sanción. Pero el catalán se ha ganado estar ahí. El único cambio fue el del castigado por amarillas Saúl García en el lateral izquierdo. Esta vez, el técnico asturiano no usó ni parches ni inventos. El otro específico para el puesto, el canterano Mario García, fue el elegido. Lo contrario habría sido un duro golpe para el chaval, que cumplió con nota.
Todo ello en un escenario frío, sin el aliento de una afición verdiblanca que completó su amenaza de no acudir a Anduva por los altos precios, la queja por las instalaciones y por el trato del año anterior. Apenas un centenar y pico de seguidores cántabros, de los más de mil que podían haber sido. Y eso también se notó.
Mirandés
Ramón Juan, Serio Barcia, Rubén S., Pablo Ramón, Tachi (Durdov, min. 77), Gabri Martínez, Álvaro Sanz, Alberto Reina, Ilyas Chaira (Tomeo, min. 77), Martón (Carlos Martín, 69) y Gómez.
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Racing
Ezkieta, Mantilla, Mario García, Pol Moreno, Rubén Alves, Íñigo Sainz-Maza, Aldasoro, Lago Junior (Grenier, min. 60) (Iván Morante, min. 90), Peque (Marco Sangalli, min. 71), Íñigo Vicente y Arana (Ekain, min. 71).
Equipo arbitral Ávalos Barrera, del Comité Catalán. Asistido en las bandas por Valencia López (Catalán) y Estela Bravo (Aragonés). Cuarto: De Ena Wolf (Aragonés); VAR:Gálvez Rascón (Madrileño) y AVAR: Tejero García (Andaluz)
Amonestaciones Amarilla a los locales Álvaro Sanz, Tachi, Tomeo y Martón y a los visitantes Arana, Íñigo Sainz-Maza, Peque y Mantilla.
Incidencias Anduva. Césped en aceptable estado en una tarde fría y nubosa. 3.527 espectadores. Unos 130, verdiblancos.
Viendo los números de ambos equipos y sus respectivos estilos, bastante similares, a Anduva sólo le faltaban las doce cuerdas alrededor. Había que comprobar si José Alberto iba a hacer entrar a su equipo al intercambio de golpes. El Mirandés sacó la primera mano en el minuto inicial. No contactó. El remate de Martón, que generó problemas a Ezkieta, fue anulado por fuera de juego. En la otra esquina, un intento de cabeza de Lago Junior tras una buena acción verdiblanca, apenas llevó peligro.
Precisamente Martón fue al que le tuvieron que poner grapas en la boca después de recibir, al caer, un golpe involuntario de Rubén Alves. Una metáfora de lo que barruntaba sería el encuentro. La clave iba a estar en lo alta o baja que mantuviesen la guardia atrás. El Racing arrancó con más apuros y un centro de Ilyas Chaira desde la derecha al segundo palo lo remató de volea Gabri Martínez. Era gol, hasta que Rubén Alves despejó sobre la línea para evitar el tanto.
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Los argumentos cántabros se limitaban, hasta entonces, a un «vuelo como una mariposa, pico como una abeja» sin mucho fruto. Cuando Íñigo Vicente y Peque conectaban, parecía que podía pasar algo. Parecía, parecía... y pasó. Aldasoro habilitó bien al futbolista de Derio, que inició la internada hacia el corazón del área desde el lateral. El balón acabó donde esperaba Lago Junior y el remate de primeras del costamarfileño se marchó susurrando al travesaño. Respondió Gabri Martínez con un disparo desde la frontal, centrado, que atrapó Ezkieta.
No le debía resultar demasiado atractivo el partido a un hombre y una mujer que discutían en la grada principal de Anduva. Que si el Athletic, la gabarra y no sé qué. Pese a la bufanda rojinegra, parecían más pendientes del partido del Cayón, el jueves en los Campos de Sport. El caso es que el choque estaba entretenido. Con un Racing que necesitaba más cocción en sus acciones ofensivas y un Mirandés veloz, vertical y puntiagudo. Faltaba un poco de polémica. El equipo local pidió penalti en un intento de chilena de Martón obstaculizado por Rubén Alves. El colegiado se llevó la mano al pinganillo. Negó con la cabeza. Nada. Como nada señaló en el área contraria, tras una caída de Mantilla en una buena contra verdiblanca. Sigan.
El Racing era inferior a los puntos. Y mejor no tentar a la suerte, a ver si va y toca lona. El cuadro burgalés tuvo otra ocasión buenísima. Una falta lateral botada por Álvaro Sanz, muy cerrada al primer palo, obligó a Ezkieta a actuar de urgencia para evitar el tanto rojillo. Los de José Alberto, como pidiendo el receso entre asaltos, se acularon contra las cuerdas con un Mantilla amonestado y encendido. Mario García le quitó a Martón, en el segundo palo, un remate claro. Pol Moreno estuvo a punto de meter en su propia portería un balón suelto en el área. Y Rubén Sánchez cabeceó, demasiado cómodo, fuera. Más sucesos de la cuenta cerca de la meta de Ezkieta.
Cuando menos méritos estaba haciendo, el Racing dispuso de una buena ocasión. Un tiro potente de Arana lo repelió el meta Ramón Juan. Por lo menos, que no se fuera el Mirandés tranquilo al descanso. Que fue lo que llegó acto seguido.
El fútbol, como el boxeo, tiene su parte ritual, de cortejo, de provocación. El ya marca de la casa saque de centro terminó con el propio Íñigo Vicente disparando desde lejos y el meta Ramón Juan, vacilón, deteniendo el lanzamiento con el pecho. Pero el Racing parecía haber salido con otro ánimo y, justo después, Peque lanzó un fuerte tiro que, por desgracia, no encontró portería y le pegó un balonazo en el morro a un pobre chavalín.
Ahora sí, los de José Alberto arrinconaban a su rival y comenzaban a soltar manos. La siguiente se fue al poste. Arana dejó el balón de tacón a Peque en la frontal del área, el catalán aguantó la tarascada, salvó la salida de Ramón Juan, pero su remate pilló metal. Pero continuaba el intercambio. Y el Mirandés respondió con tres seguidas. Y qué tres. Un tiro cruzado tocó en un zaguero verdiblanco antes de irse a córner. De ese saque de esquina nació un barullo en el área, una partida de pinball, en la que el balón no entró en la portería por Ezkieta y por gracia divina. Después, el arquero navarro tuvo que detener con los pies el mano a mano de Gabri Martínez.
El técnico racinguista llamó a Grenier para buscar algo más de control en la medular. El galo sustituyó a Lago Junior para colocarse en la mediapunta y desplazar a Peque a la banda derecha. La tuvo el francés nada más salir. Íñigo Vicente puso un fantástico pase al hueco a la carrera de Arana. El canario ni se la esperaba. Ramón Juan se le echó encima y el rechace le cayó a Grenier, quien, desde lejos y al primer toque, no acertó a embocar.
Hacía frío en Miranda de Ebro y el choque se calentó. Íñigo Sainz-Maza pedía con vehemencia castigo en un macarra escupitajo de Gabri Martínez sobre Mantilla. «Tú lo has visto», le decía el capitán al cuarto árbitro. Incertidumbre, pinganillo, protestas... «Portero, saque», fue el diagnóstico del colegiado. Y un caramelito de limón recetado a Peque por una patada posterior que no venía a cuento. Otros dos cambios del Racing: Marco Sangalli y Ekain por Peque y Arana. Los dos sustituidos le dejaron sendos mensajes de despedida al oído a Gabri Martínez por su anterior lance con Mantilla.
El 0-1 estuvo a punto de llegar de manera inesperada. Grenier colgó una falta lateral desde la izquierda, Ramón Juan falló en la salida y el balón tocó en una cabeza rojilla. Se marchó fuera por poquito. Después, el arquero sacó una espectacular mano para evitar el tanto racinguista. Sergio Barcia se comió el bote y Ekain, listo, se plantó en el área. Su remate fue bueno, pero la mano del arquero, aún mejor.
Minuto 80. El partido entró ya en un tramo en el que, vale, a ver si ganamos, pero cuidado no nos vayamos a hacer daño. Como Clément Grenier. Tras botar un córner, el francés, cojeando, pidió cambio. Turno para Iván Morante. Cuando el cronómetro ya marcaba el minuto 90. No hubo mucho más. El Mirandés lo intentó con un par de centros al área que no llegaron a ninguna parte. Al final, un puntuco que deja al Racing en octava posición y a 22 puntos del objetivo innegociable. En esta atalaya firmaba cualquier racinguista estar a estas alturas.
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