Cuando solo vale ganar

Y más aún con el precedente del partido de la primera vuelta. Con la derrota del Racing (1-3) en El Sardinero ante el Real Unión los verdiblancos tocaron fondo. Caída libre. Batacazo monumental. El equipo enladrilló su propio muro de desánimo y llegó incluso a estar en posiciones de descenso. Aquello dolió. Ahora toca enmendarlo. Y de paso demostrar que pueden ganar a algún rival directo, porque hasta ahora, y con Solabarrieta al frente, no han sido capaces de endilgar un buen gancho que deje fuera de combate a los equipos que le disputan los puestos altos de la tabla. Si se echa la vista atrás el Racing solo logró vencer al Bilbao Athletic, en la primera vuelta y con Rozada en el banquillo. Y justamente después de caer el pasado fin de semana ante la Real B, Solabarrieta, sometido siempre al escrutinio, tiene ahora un duro test por delante para demostrar que la mejoría que exhibió el equipo en las anteriores jornadas no era solo cosa de que los rivales fuesen de menor entidad o perteneciesen a la zona media-baja de la tabla. Al fin y al cabo el fútbol es para valientes, para los que no se arrugan y también para quienes saben manejar la ansiedad y estar a la altura en las citas cruciales. Y esta lo es.

Ahora mismo el Racing es quinto a cinco puntos del tercer puesto, donde está acomodado su rival de esta tarde. La escalada es complicada, pero las matemáticas están de su lado. Con 28 puntos en su casillero necesita sumar de tres en tres para acumular los 37 puntos como máximo que puede reunir en las tres jornadas que le quedan por delante. El Real Unión tiene 33. Si el Racing logra ganarlo y por una diferencia de tres o más goles, –aquí es donde entra en juego el 'gol average'– a los verdiblancos les valdría con que los de Zulaika sumasen cuatro puntos de los seis que tienen en juego en los dos partidos que les quedan. Y todavía hay otra opción más. Si los de Solabarrieta ganan pero tienen el 'gol average' en contra, entonces el Real Unión debería sumar tres en los dos encuentros restantes. Con eso su casillero se quedaría en 36 y no alcanzaría los 37 que podría hacer el Racing en caso de ser infalible. Pero esto son castillos en el aire. El cuento de la lechera. Porque el cuadro fronterizo es de los que vende cara su piel. De momento nadie le ha metido mas de dos goles en su casa.

Lo cierto es que el Racing se va a plantar en un Stadium Gal que hasta ahora ha concedido muy pocos puntos a los visitantes. El Real Unión ha disputado ocho partidos en su estadio y ha ganado seis. Solo ha dejado escapar cinco puntos hasta ahora con una derrota –ante el Alavés B en la primera jornada (1-2)– y un empate –con el Arenas de Getxo (1-1)–. Por no hablar de que el de Aitor Zulaika es el equipo menos goleado del subgrupo, con 13 dianas encajadas. Y ha salido victorioso de los duelos con rivales directos. 3-1 le endosó a la Real Sociedad B y 2-0 al Amorebieta. El Racing lo tiene difícil, pero no puede permitirse volver de vacío, como un ataúd sin estrenar. No hay tiempo. Ni ganas. Ni paciencia.

Solabarrieta ya ha dado con un once que resulta. Ahora toca plantearse si lo modificará para rascar algo en un escenario tan complicado. La lógica dicta que si algo funciona ¿para qué cambiarlo? El entrenador vizcaíno cuenta con la única baja de Marco Camus, que continúa recuperándose de la dolencia en el semitendinoso de la pierna izquierda, y ha recuperado a Matic y Lars Gerson. Tiene un buen fondo de armario para vestir al equipo.

Y por eso puede usar el plan A o el B. Si opta por ser continuista sobre el verde desfilará el once que se ha ganado la titularidad en las últimas jornadas. En la portería Lucas Díaz, que precisamente arrebató el puesto bajo palos al veterano Iván Crespo tras una mala actuación del de Viveda en el choque ante el Real Unión en El Sardinero. Para conformar el muro verdiblanco Mantilla y Óscar Gil en el centro de la zaga y en los laterales Ceballos por la derecha e Ismael López en el carril izquierdo. En el centro del campo la pareja formada por Íñigo Sainz-Maza y Riki es prácticamente indiscutible. La presencia del asturiano a los mandos de la sala de máquinas es obligada, y lo ha demostrado de sobra desempeñando un papel fundamental en el renacer del equipo verdiblanco. En las bandas Soko por la derecha y Álvaro Bustos por la izquierda, son los puñales más afilados con que cuenta Solabarrieta para rasgar la defensa del equipo fronterizo. Pablo Torre en la media punta y Cedric como delantero. Hasta aquí el Plan A. Pero por lo que el entrenador vizcaíno ha dejado ver esta semana en los entrenamientos, un Plan B puede entrar en escena. Cambios sutiles, pero contundentes. El Real Unión domina a la perfección el balón parado y el juego aéreo. Por eso el técnico podría dar entrada a Lars Gerson en el centro de la zaga y desplazar a Mantilla al lateral derecho en detrimento de Ceballos. Con esto reforzaría la defensa y ganaría más duelos aéreos en un campo siempre difícil y ante un rival acostumbrado a imponer su ley en casa.

Otra de las permutas podría ser Soko. El camerunés arrastra algunas molestias en forma de sobrecargas musculares y Solabarrieta podría preferir reservarlo y dar minutos a Traver en su lugar para usar luego a Soko como revulsivo. Y después de tres partidos sin gozar de la titularidad, Jon Ander podría ser de nuevo la punta de lanza relegando a Cedric al banquillo. Un baile de piezas que busca asegurar una victoria por la que pasan las aspiraciones de toda la temporada. Ganar, ganar y ganar, que diría Luis Aragonés.

Sin hacer mucho ruido, pero con la eficiencia y precisión de un cirujano plástico Aitor Zulaika ha logrado conducir al Real Unión por la autopista del ascenso. Al menos hasta ahora. Esta tarde el racinguismo se reencontrará con caras de sobra conocidas. El cántabro Quique Rivero y Jagoba Beovide, ambos exracinguistas reconvertidos ahora en enemigos íntimos de los verdiblancos. Pero no son los únicos nombres que deben preocupar al Racing. Los delanteros Jorge Galán y Sergio Llamas, los máximos anotadores del equipo con cinco goles cada uno, o jugadores con un buen bagaje en la categoría como el lateral izquierdo Gorka Kijera, pueden ser determinantes en un Real Unión intenso y batallador. No queda otra. El Racing debe estar dispuesto a saltar al campo con la misma decisión que Hitchcock lanzó su avioneta contra Cary Grant en 'Con la muerte en los talones'.