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La salud mental de los racinguistas está en riesgo. Caes en Burgos, abajo. Goleas al Albacete, arriba. La serie de castastróficas desdichas de Zaragoza, unidas a la victoria del Málaga y el empate de la Ponferradina, otra vez cuerpo a tierra. Montaña rusa. Es ... hora de calmarse, ser realista, analítico y aferrarse más que nunca al tópico del 'partido a partido'. Porque en agosto, cualquier aficionado verdiblanco habría firmado la actual situación. Y en diciembre, lo habría signado con sangre. Cinco puntos -más la diferencia de goles a favor con los dos perseguidores- a falta de 18 por disputarse. Lo único inamovible es que el Racing depende de sí mismo. Y como dijo Manolo Preciado, el equipo de José Alberto «ni antes era el Bayer Leverkusen ni ahora la última mierda que cagó Pilatos». Hay que confiar. Eso sí, con el cuchillo entre los dientes.
El Racing, pese a caer en La Romareda, tiene un buen ritmo de puntos desde que llegó José Alberto. Eso es una garantía. Es cierto que, sobre el papel, tiene un calendario más duro que sus dos perseguidores, pero Málaga y Ponferradina se cambiarían por el equipo cántabro a ciegas. Los verdiblancos tienen un importante colchón de dos partidos y dependen de sí mismos -y eso no tiene precio-. Además, se la juegan en los Campos de Sport, con cuatro de los últimos seis partidos, en casa.
La derrota frente al Zaragoza ha bajado el suflé racinguista, pese a que en cuanto a las sensaciones del equipo, no ha cambiado prácticamente nada. Las dos expulsiones antes del minuto 25 impiden sacar conclusiones de un partido extraño. Lo malo son los daños que ha dejado el partido, en forma de lesión y sanciones de futbolistas importantes: Rubén Alves, Parera e Íñigo Sainz-Maza. Se unen a Bobadilla, Marco Sangalli y Mboula, aunque estos últimos están ya en la recta final de su recuperación.
El mayor miedo en la parroquia racinguista, más que la situación y los tres anteriores disgustos en la categoría, son las sensaciones que deja el calendario al primer golpe de vista. Los de José Alberto arrancan este sprint final de la competición ante uno de los aspirantes al ascenso: el Granada, en los Campos de Sport. La Ponferradina recibe a un Andorra con poco en juego, aunque aún aspira al play off de ascenso. Pero es que el Málaga, visita a un Lugo, colista, a catorce puntos de la permanencia y que puede perder la categoría de forma matemática este mismo sábado. Ahí reside el temor a perder la renta. Hay que jugar.
Porque además, la semana siguiente será el Racing el que tenga un contrincante, sobre el papel, más asequible. Llegará a Santander el Ibiza, actual penúltimo clasificado y prácticamente desahuciado. Los de José Alberto podrían sellar el descenso pitiuso a Primera RFEF. Ponferradina y Málaga volverán a enfrentarse a equipos con pocos deberes por completar. Los bercianos visitan al Oviedo y los andaluces reciben al Huesca.
Jornada 39. Un duelo que se antoja clave para el Racing, porque puede que el Mirandés sea el cuarto en discordia en toda esta película. El 6 de mayo, a las 16.15 horas, el conjunto cántabro visita Anduva. Pero el fin de semana será aún más importante por lo que pueda suceder en El Toralín, donde Ponferradina y Málaga se verán las caras en un duelo encarnizado.
Otro de los rivales de mayor exigencia de lo que le resta a los verdiblancos llegará a Santander en la jornada 40: el Eibar. Actual líder de Segunda División. Poco más que decir, con todo lo que hay en juego en la parte alta de la clasificación. La Ponferradina visita a un Huesca que ahora mismo está en tierra de nadie y el Málaga recibe a un Mirandés que, quién sabe, si también estará metido en la pomada.
La jornada 41 es otra de las que pinta con posibilidad de ser más propicia para los racinguistas. Los de José Alberto viajan al Carlos Tartiere para verse las caras con el Oviedo. Un duelo de mucha rivalidad, aunque el equipo dirigido por el cántabro Álvaro Cervera ya tiene prácticamente certificada la permanencia. Para entonces ya debería ser un hecho. La Ponferradina juega en esa fecha en El Toralín contra un Albacete que a día de hoy pelea por defender su plaza en el play off de ascenso y el Málaga estará en Mendizorroza, ante el Alavés, cuarto clasificado y aspirante al ascenso directo.
Ojalá el Racing no tenga que llegar jugándose la vida a la última jornada. Sería una buena noticia. En caso de alcanzar la fecha decisiva sin el objetivo sellado, los cántabros tendrán al Cartagena, que lucha por colarse en el play off de ascenso, como rival en Santander. La Ponferradina viaja a El Molinón para medirse al Sporting y el Málaga jugará en casa contra un Ibiza probablemente descendido hace tiempo. La suerte está echada. Tontos, los dos últimos.
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