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En los días de ginebra y rosas de Ángel 'Harry' Lavín como presidente del Racing, probablemente no esperaba que, con el tiempo, iba a lograr un hito histórico: convertirse en el primer mandatario de un club de fútbol condenado a prisión por una administración desleal ... de la entidad. Los jueces estiman que por méritos propios. También el Tribunal Supremo, que ha inadmitido los últimos recovecos legales que le quedaban al de Suances para dilatar –porque evitar parecía imposible– su entrada en la cárcel. La acusación, conformada por la plataforma de exfutbolistas verdiblancos y la Agrupación Unificada de Pequeños Accionistas solicitarán la próxima semana la ejecución de la sentencia que condena a Lavín a dos años y nueve meses de trena, además de una indemnización de 216.400,2 euros al club por los daños y perjuicios causados y a pagar las costas procesales.
En sus últimos estertores para aferrarse a la libertad, el que fuera presidente del Racing entre 2012 y 2014, presentó dos solicitudes ante el Tribunal Supremo. Por un lado, un recurso de casación. Por otro, un incidente de nulidad de actuaciones. No le ha servido de mucho. El primero fue inadmitido a bote pronto. El segundo, estimado. Pero, acto seguido, el recurso de casación fue de nuevo rechazado y Harry, que intentaba volver a la casilla de salida, ha vuelto a caer en la de la cárcel. Lo único que ha ganado es un poquito más de tiempo. Desde el 27 de diciembre de 2012 en que Víctor Diego y Gelucho presentaron la querella en Las Salesas. Camino de diez años.
Con la solicitud por parte de la acusación, en próximos días, de la ejecución de la sentencia, el desfile hacia la prisión no debería demorarse mucho. Tal vez unas semanas. O un mes. Pero ya se sabe que en estos asuntos es demasiado atrevido aventurarse a poner fechas. Y también es osado descartar incluso que el condenado tenga algún as más en la manga. Como Francisco Pernía, son expertos en el escapismo. Aunque a Lavín se le han debido terminar ya los trucos.
En principio, Harry tendrá opción para elegir en qué penal desea cumplir su reclusión, aunque por cercanía lo más probable es que el expresidente verdiblanco deba ingresar en El Dueso. Luego, que complete íntegros los dos años y nueve meses será otra cosa, aunque la acusación lo que ha buscado en todo momento es restaurar en lo posible el honor del club y demostrar que la gestión de la entidad fue delictiva.
Estos movimientos a la desesperada –además de un escrito de subsanación presentado en diciembre– de Lavín llegaron después de que el Tribunal Supremo tumbase a finales de 2021 su último recurso contra la sentencia que la Audiencia Provincial de Cantabria dictó un año antes. La primera condena fue de tres años y medio, pero la Audiencia la rebajó tras aplicar la atenuante de dilaciones indebidas en el procedimiento.
Las claves
Aquella sentencia afirmó que, durante el juicio, quedaron «acreditados los mecanismos y operaciones por los cuales el Real Racing Club resultó perjudicado económicamente debido a que el acusado, actuando en su condición de consejero delegado y presidente, se dio de alta en la Seguridad Social, se asignó y cobró un sueldo y celebró dos contratos en perjuicio de la sociedad que administraba, todo en ello en beneficio propio y con abuso de sus funciones, quebrantando el deber de lealtad, lucrándose y generando un perjuicio al club que administraba».
Harry fue juzgado por cuatro hechos: por asignarse de manera «unilateral» un sueldo de 72.000 euros anuales en 2012, cuando el club estaba «al borde de la desaparición»; por el contrato a José Ignacio Urquijo como director técnico deportivo de los equipos de todas las categorías salvo el primer equipo; por el contrato de arrendamiento de servicios con la empresa Blu Sistemas y Proyectos, pese a que estaba en disolución y sin actividad los tres años precedentes y con el informe contrario de los administradores concursales, y en cuarto lugar, por la renovación del alquiler de tres apartamentos en la urbanización 'Albatros', por cinco años y una renta anual de 48.000 euros.
En los tres primeros supuestos, la magistrada de lo Penal consideró «sin duda más que probada» la administración desleal, y calificó la gestión de Lavín de «fraudulenta y más que engañosa», entendiendo además que había una «continuidad delictiva».
Concluyó que la conducta del expresidente causó perjuicio en el capital social y patrimonial de la Sociedad Anónima Deportiva –bien jurídico individual–, pero también de modo colectivo, por lo que al imponer la pena tuvo en cuenta, además de la «relevante» cuantía económica, el perjuicio ocasionado a los abonados del club, empleados, aficionados y la sociedad en general en el ámbito deportivo.
La otra pieza de este asunto, la referida al mentor de Harry, el también expresidente verdiblanco Francisco Pernía, también se encuentra, supuestamente en su recta final. El Tribunal Supremo admitió a trámite el recurso de casación del expresidente del Racing, Francisco Pernía, después de que la Audiencia de Cantabria le condenara a cuatro años de prisión y una indemnizacion de 127.357 euros por otro delito continuado de apropiación indebida y administración desleal durante su mandato, de cinco años (2006-2011) al frente del Racing. La Corte ha fijado una nueva fecha para la deliberación del recurso: el 6 de julio. En principio se puso el 15 de junio como momento para la cita, pero ha decidido retrasarlo. A partir de entonces se conocerá definitivamente el desenlace del largo proceso jurídico que se ha seguido contra el exmandatario.
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