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Domingo, 17.00 horas. Hora clásica de partido. Para el racinguismo, hora del ejercicio de fe. Para el Racing, hora de otro auto de fe, que es en lo que se ha convertido para los verdiblancos esta Liga. Lo que no llega nunca es ... la redención, sino otra temporada en el limbo después del purgatorio del confinamiento. Hoy un Racing colista, a ocho puntos de la permanencia con 27 en juego y obligado a remontar cuatro puestos si quiere seguir jugando al imposible de mantener la categoría, recibe al Tenerife en unos Campos de Sport de nuevo desiertos. No porque su afición le haya abandonado -esos fieles sí que merecen un cantar de gesta-, sino por los efectos de la covid. En la Cantabria de la nueva normalidad aún no se puede ir al fútbol, y parece poco probable que sea posible esta temporada.
Un partido del Racing es esta extraña temporada como una novela de Marcial Lafuente Estefanía, esas versiones españolas del 'paperbak' de aeropuerto ambientadas el oeste con las que el viejo republicano trató de colorear el franquismo. Con sus arquetipos, sus giros dramáticos, sus cosas... pero previsible. Igual que en las novelas de Lafuente Estefanía, en las que el héroe siempre triunfa por mucho que se le tuerzan las cosas, los partidos del Racing terminan -casi- siempre igual. Con un insuficiente empate o, peor aún, con una derrota, generalmente fraguada en el segundo tiempo, y preferentemente en los últimos minutos. Estefanía la hubiera puesto un nombre arquetípico. Algo así como el Rey del Empate o el Desafortunado.
El caso es que la jornada 34 trae un nuevo capítulo, quizá el último en la práctica, del 'tour de force' racinguista. Porque a eso se encomienda ya la permanencia: a una heroicidad en la que nadie cree ya, y no por falta de ganas.
Oltra, que es algo así como el shérif nuevo de la ciudad, ya ha tenido tiempo para conocer a todos los vaqueros. Y la pinta no es buena. Por si fuera poco se le ha lesionado Cejudo, que a los 36 años y medio lleva toda la temporada tirando de un carro en el que el director deportivo, Chuti Molina, puso delante de los bueyes en verano.
Su lesión llega en el momento más inoportuno, si es que hay un momento oportuno para esas cosas. Padece una rotura de fibras que en el mejor de los casos le hará perderse varios partidos y, en el peor, haber dado por finalizada su temporada.
De momento el cordobés verá el choque ante el Tenerife desde la barrera y su evolución dictaminará cuántos más tardará en vestirse de corto de nuevo. Tampoco estará frente a la Ponferradina el próximo miércoles 24. Lo apretado del calendario no deja mucho margen de maniobra. El único futbolista con gol de la plantilla se cae de la cita. Mal asunto.
9 puntos separan al Racing de la permanencia, que aún es matemáticamente posible.
27 puntos quedan en juego para dar por finalizada la temporada 19-20.
7 partidos deben ganar los cántabros, según sus propias cuentas, de los nueve que restan.
11 puntos separan a Racing y Tenerife antes del partido de esta tarde.
3 cántabros hay en la convocatoria de 23 futbolistas del Racing. Solo uno de ellos canterano.
4 partidos oficiales ha ganado el Racing durante toda la temporada.
3 bajas tiene José Luis Oltra para este partido: Álvaro Cejudo, Alexis Ruano y David Barral.
El cordobés es el máximo goleador del equipo con nueve tantos y ocho asistencias. El cartel lo heredó tras la marcha de Karim Yoda en el mercado de invierno después de que el Al Hazem árabe abonase su cláusula de rescisión. Además de ser el máximo goleador, el desequilibrio del francés mantuvo vivo al equipo en la mitad del campeonato, y pese a que actualmente ocupa la última posición de la clasificación Álvaro Cejudo tomó el relevo y es quizá el único capaz de decantar la balanza del lado cántabro.
Regresa Manu Hernando, ausente en Montilivi por lesión, a una lista en la que también ha entrado Jordi Figueras, un pretoriano muy castigado por las lesiones musculares que también encaja muy bien en la historia. Siempre castigado, pero que siempre regresa para dar un poco más de guerra.
Mientras, al Racing no le queda más remedio que afanarse en jugar al optimismo. «Parece que estamos dando ya por hecho que estamos en Segunda B, pero hasta que las matemáticas no digan lo contrario yo no firmo esa frase», decía esta semana José Luis Oltra en rueda de prensa, pero lo cierto es que los verdiblancos están tocados. Sabían que el partido contra el Lugo era una de las claves para buscar la remontada y ocurrió lo de siempre: ventaja en el primer tiempo para perder en el segundo. Aquella derrota hizo malo un empate ante el Girona que en otras circunstancias sabría a oro molido.
A falta de Cejudo, Oltra recupera a Guillermo, el delantero a quien Chuti Molina incorporó en invierno para intentar aprobar en segunda convocatoria la asignatura que dejó pendiente en verano. Pero tampoco. Y no por demérito del vasco, que nunca fue un goleador. Pero el director deportivo del Racing ha demostrado tener la misma puntería que los soldados imperiales cuando persiguen a un Skywalker.
El plan para hoy pocos más que Oltra lo conocen. En Cantabria pueden ir cinco en un coche, 40 en un autobús, los bares pueden tener el 75% del aforo y se puede ir a la playa. Los futbolistas pueden jugar al fútbol y entrenar, con contacto directo. Pero LaLiga no permite que se entre en las Instalaciones Nando Yosu, a pesar de tener espacio de sobra para que tanto los periodistas como los aficionados que solían ir desde que el Racing reabrió las sesiones respeten la distancia de seguridad. Cosas de una LFP que usa la pandemia como parapeto frente a una libertad de información y una participación de los aficionados de la que demuestra no ser muy entusiasta.
Así que no será hasta poco antes del partido cuando se conozca el elenco de la función en la que el Racing buscará el deus ex machina como quien busca El Dorado. Como el antagonista de las novelas de Estefanía. Pero incluso alguno de aquellos folletines dejaban algún espacio a la sorpresa. A la catarsis. El Racing necesita siete de nueve. Eso sí que resultaría épico.
El Tenerife afronta el partido necesitado de una victoria que le permita alejarse de los puestos de descenso, después de haber sumado un solo punto –como el Racing– en las dos jornadas que se han celebrado tras el confinamiento. Los blanquiazules, que han tenido esta semana más tiempo de lo habitual en este tramo de competición para preparar este compromiso –su último partido fue el lunes–, aspiran a recuperar la dinámica que les había llevado a ser el segundo mejor equipo de la segunda vuelta de la competición, antes del parón.
El mensaje que sale desde el vestuario blanquiazul es el de tranquilidad, sobre todo por el partido desarrollado en el Heliodoro Rodríguez López ante el Málaga, en el que tuvieron numerosas ocasiones de gol como para lograr una victoria solvente, pero que al final terminó con empate a cero. Por este motivo, los protagonistas han hecho hincapié en la necesidad de afinar la puntería y aprovechar las oportunidades para sumar tres puntos y ampliar la distancia sobre el descenso, que para los canarios es de tres puntos en el comienzo de la jornada.
Los tinerfeñistas han viajado a Santander con los 23 futbolistas que permite convocar la nueva reglamentación postpandemia, con cinco cambios por partido. «El Racing de José Luis Oltra ha sumado en cuatro partidos. Juega bien. Es un equipo intenso en defensa, en los duelos. Venía con déficit de puntos, pero están compitiendo bien y va a ser muy difícil ganar allí», decía esta semana el técnico visitante Rubén Baraja. No quiere excesos de confianza ante el colista, pero su meta en Santander es clara: encauzar la permanencia a costa del Racing.
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