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Yeray progresa ante la defensa ferrolana en los Campos de Sport.

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Yeray progresa ante la defensa ferrolana en los Campos de Sport. Daniel Pedriza
LA CONTRACRÓNICA

Una titularidad agridulce

Yeray ·

El canterano cumplió en banda, aunque el penalti deslució una buena actuación

Jueves, 27 de enero 2022, 07:21

Estrenaba titularidad, en banda y a pie cambiado, el zurdo Yeray Cabanzón, aunque tardaría en poder mostrar el desparpajo de anteriores intervenciones. Y es que Héber Pena impone, así que durante muchos minutos el joven, de dieciocho años, quedó condenado a la intrascendencia, obligado a retrasar muchísimo su posición para ayudar a su lateral.

El protagonismo se limitó a una pared dentro del área en el minuto ocho, una entrada con los pies por delante que casi termina en tarjeta en el quince y dos buenos cambios de juego hacia el treinta. Entre medias, tocó aprender un poco de jerarquía, cada vez que Manu Justo desperdiciaba una falta, usándole como señuelo, pero sin permitirle ni oler el balón. Alejado de las zonas de influencia, Yeray iría cayendo cada vez más al centro, en posición de interior dejando libre un carril que apenas utilizó un Mantilla con muchas menos profundidad que Unai.

A partir de la media hora, empezó a entrar en juego: un balón robado a Joselu, en campo propio le sirvió para armar un contraataque y forzar la primera amarilla de los visitantes. Cinco minutos después, y tras caracolear en el balcón del área, probó fortuna desde lejos. A las nubes.

Cuando por fin le dejaron un balón parado, llegó el primer gol: Yeray puso el córner justo donde más daño hace. Tras la entrada de un hiperactivo Bustos, el canterano pudo lucirse en los saques de esquina

Pero Yeray ya era otro: en el treinta y siete firmó una obra de arte para driblar al lateral Pumar con un control orientado, y se llevó un agarrón. En la siguiente jugada, ya no hubo contemplaciones: un hachazo del central cortó de cuajo un posible contragolpe. «Sigan, sigan», dijo el árbitro. Cuando por fin le dejaron un balón parado, llegó el primer gol: Yeray puso el córner justo donde más daño hace.

Justo entonces, Yeray se integró en la más clásica tradición racinguista: de dar un gol... a cometer un penalti. Una cobertura de Mantilla le emparejó con Héber, que le dribló en la línea de fondo y, al superarle, forzó el contacto. Penalti de libro. Menos mal que estaba Parera para remediarlo. Yeray celebró su parada incluso más que el gol de Satrústegui.

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Frío en el reinicio, tras la entrada de un hiperactivo Bustos, Yeray sólo pudo lucirse en los saques de esquina. El cambio de guion, con juego muy trabado, no le beneficiaría en absoluto. Forzado a jugar muy lejos del área, su voluntad de combinar y elaborar no encajaba con un equipo que estaba más por defender el resultado, en los límites de lo reglamentario.

Cumplida la hora de partido, Romo llamó a Soko, para devolverle la banda derecha. Aunque ya sabe que tiene una muy seria competencia para disputarle la plaza.

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