Tras la estela de Alsúa

Ambos equipos fueron campeones de grupo y ascendieron. Pero era Segunda B. El mejor arranque del Racing en Segunda -que lo es también de la historia del club- lo protagonizó uno de los equipos más emblemáticos del racinguismo. A la altura, con sus diferentes circunstancias de los de la República, los noventa y la época europea y de finales coperas: el Racing de Alsúa.

En 1949, el reforzadísimo equipo que meses atrás acababa de jubilar al emblemático Paddy O'Connel se sirvió de un crédito del Barco de Santander para reunir un plantel gestado a base de talonario. Incluso con tres extranjeros, toda una rareza para la época. La alineación la recordaban de memoria los más viejos aún en el cambio de siglo: Ortega; Lorín, Ruiz, Amorebieta, Herrero, Mathiensen; Joseíto, Nemes, Mariano, Alsúa y Echeveste.

En un nuevo paralelismo, aquel equipo devolvió a los Campos de Sport a la élite pocos años después de haber deambulado por Tercera División (que entonces hacía honor a su nombre y era la tercera categoría) y estar al borde de la desaparición en 1943. Lo hizo tras un arranque imparable: trece victorias consecutivas en las trece primeras jornadas de Liga. El resultado, 26 puntos de la época, que traducidos al valor actual de los triunfos serían 39.

La racha se interrumpió precisamente después de esos trece partidos con una derrota en Soria -Numancia 2-1 Racing (entonces Real Santander)-, con lo que el equipo de José Alberto está en condiciones de recortar parte de la renta histórica. Más complicado será que bata el récord, porque aquella apisonadora siguió ganando hasta plantarse en la jornada 22 con 21 triunfos. Después, con el campeonato asegurado, se dejó ir. Pero aún hoy, tres cuartos de siglo después, se la recuerda