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Carolina Gutiérrez, Tomás Carrera, Delfín Calzada, Teresa Ruisánchez, Manolo Sanjuan, Enrique Palacio, Begoña del Río y José Ruiz Roberto Ruiz
La trastienda del Racing sonríe otra vez
Fútbol | Segunda División

La trastienda del Racing sonríe otra vez

La cara B: Utilleros, delegado, responsables de prensa, Contabilidad, Recursos Humanos y taquillas repiten la alegría de la permanencia

Marcos Menocal

Santander

Jueves, 18 de mayo 2023, 14:22

Volver a sonreír es algo que no tiene precio. Es como un regalo. Más aún cuando durante doce años no se encuentra un motivo para hacerlo. En el Racing están de celebración los jugadores, los técnicos, los auxiliares... Festejan el éxito. Todos sonríen y disfrutan de algo que es nuevo para la gran mayoría de ellos: una permanencia en el fútbol profesional.

Los más experimentados pueden que lo hayan vivido en otros lugares, como el míster, José Alberto, que lo disfrutó con su Sporting de Gijón. Pero ninguno de los que daban la vuelta al campo el pasado domingo recibiendo aplausos había vivido esa sensación antes como verdiblanco. Sin embargo, en el otro Racing, en ese que no sale tanto en las fotos ni corean su nombre; en ese, el domingo han sentido un escalofrío en el cuerpo que ya conocían: «Ha sido algo difícil de olvidar, porque se ha pasado tan mal estos últimos diez años que...». Las palabras son de Delfín Calzada, delegado del primer equipo y con una hoja de servicios verdiblanca desde el año 2000. Él es uno de los ocho actores secundarios del otro Racing, del que pasa desapercibido, de ese que no sale al balcón del Ayuntamiento a compartir las alegrías. Carolina Gutiérrez (responsable de las taquillas de los Campos de Sport), Begoña del Río (jefa de administración y contabilidad), Manolo San Juan (utillero), José Ruiz (utillero), Enrique Palacio (jefe de prensa), Teresa Ruisánchez (responsable de Recursos Humanos) y Tomás Carrera (jefe de mantenimiento).

Las frases

Delegado del Racing

Delfín Calzada

«Se ha pasado tan mal, que esta salvación se disfruta mucho más; es como una liberación y nos da estabilidad»

Responsable de Administración

Begoña del Río

«En 2011, la permanencia se valoró en el momento, pero no tanto porque no sabíamos lo que se nos venía encima»

Responsable de mantenimiento

Tomás Carrera

«Todas las permanencias son alegrías, pero esta es aún más especial, porque nos acerca a lo que fuimos antes de tanto sufrir»

Responsable de taquillas

Carolina Gutiérrez

«En 2011 nos turnábamos en la tienda para ver el partido final; fue emocionante, pero lo de ahora da tranquilidad»

Todos ellos estuvieron en la última permanencia que se pudo celebrar –y en muchas otras fiestas y desolaciones–, la de la temporada 2010-11 en Primera, y por fin han vuelto a sonreír. «Recuerdo que estaba aquel día que nos la jugábamos en la tienda y nos turnábamos para ver el partido. Fue muy emocionante», recuerda Carolina, que menciona a Marcelino, entrenador de aquel Racing, con cariño, «porque nos salvó».

Veinte años no son nada, cantaba el tango de Gardel, y esos son los cursos que primero en la tienda y ahora en las taquillas contemplan a esta racinguista que entre bambalinas vuelve a respirar tranquila y vislumbra un verano ilusionante. Nada que ver con el que se escondía detrás de aquella última permanencia. Begoña, que se incorporó al Racing en 2006, vivió aquella salvación agónica con Nando Yosu tirando de heroica –la última de Nandín– y después la clasificación para la UEFA, los viajes por Europa y esa última parada antes del infierno. «Sentí alegría y tranquilidad de no descender en ese momento», explica la ahora jefa de las 'cuentas' del club.

Sin embargo, añade que «nada que ver con lo que hemos vivido ahora, porque hace doce años no era consciente ni podía prever lo que se nos venía encima». Quizás por tener fresco lo mal que se pasa cuando uno no sonríe, lo de ahora «se disfruta mucho más, porque seguro que nos va a dar estabilidad para el proyecto». Es algo humano dejar de valorar aquello que se convierte en algo habitual, por muy extraordinario que sea, porque realmente deja de parecerlo. Eso es lo que rememora Enrique Palacio, otro de los supervivientes de la última celebración, que cruzó la puerta de El Sardinero en 2003 como becario y que desde hace años es el responsable de prensa y comunicación del club. «En 2011, después del miedo que nos daba descender, sí valoramos aquella segunda vuelta con Marcelino y Giovanni Dos Santos, pero no es comparable con lo de ahora».

Las frases

Jefe de Prensa

Enrique Palacios

«En 2012 los recuerdos son bonitos, con Giovanni y Marcelino, pero lo de ahora es algo que no se puede comparar»

Responsable de RR HH

Teresa Ruisanchez

«Este tipo de alegrías, que son las permanencias, son motivos para compartir con la comunidad racinguista»

Utillero

Manolo San Juan

«Han sido tantos años buenos y luego tantos años malos, que realmente es una alegría que te permite respirar tranquilo»

Utillero

José Ruiz

«Cuanto más arriba, más exigencias, pero el Racing tiene que estar ahí y las permanencias son como si ganásemos un título»

El desazón de una década en el infierno provoca para quien lo vive en primera persona un temor sin comparación. Enrique admite que seis años antes, la salvación con Nando Yosu y Jesús Merino fue «el recuerdo más bonito y emocionante como racinguista». Y es que es inevitable que los sentimientos se multipliquen por mil cuando el riesgo a perderlo todo es total. Por eso Delfín señala, que «aunque las permanencias en este club se celebran más que si se ganase un título», su recuerdo más especial siempre será el ascenso de 2014, con Paco Fernández como entrenador. «Sin duda, es que si no subíamos, el Racing desaparecía. Eso se veía venir, así que fue...», recuerda. Eso sí, con tres ascensos a Segunda, una clasificación para la UEFA, dos semifinales de Copa del Rey... Y cuatro descensos, también reconoce que «este año ha sido una liberación. Por fin podemos estar tranquilos una temporada y asentarnos, estabilizarnos. Es un premio».

Sin salir de las oficinas y antes de bajarse al 'prao', en el despacho de quien administra el factor humano está Teresa Ruisánchez, responsable del área de Recursos Humanos. Acostumbrada a estar en un segundo plano, la timidez le impide sacar de dentro sus sentimientos, pero coincide en que «después de tantos años –llegó en 2002–, este tipo de alegrías, que son las permanencias, son motivos para compartir con la comunidad racinguista y disfrutar juntos de lo mucho que cuesta».

Los futbolistas van y vienen, pero el Racing permanece. Y lo hace, en parte, gracias al trabajo en la sombra de quienes se encargan de que todo siga adelante. Como Tomás Carrera, camino de los 30 años de servicio —entró en 1994–, 'el chico para todo', como le llaman sus amigos y tantos compañeros que comparten alegrías y penas en las entrañas del Racing. Tomás ha sido jardinero, utillero y delegado y ahora es el jefe de que todo esté bien. Lo mismo se encarga de poner un enchufe, de ir a por hielo para los jugadores como de que funcionen los lavabos. O de pintar aquella valla o arreglar la cerradura. «Todas las permanencias son un alegría, pero esta nos acerca un poco más a lo que somos, al fútbol profesional y donde se merece el Racing estar». Tomás ha vivido todo lo que se puede vivir en un club modesto. Tocar el cielo en París o el infierno en Luanco años más tarde. Años de Primera celebrando por inercia las salvaciones y temporadas sin una lágrima que llorar por los campos de Segunda B. «Cuando lo pasas mal, valoras mucho más lo que ocurre, por eso esta permanencia nos ha hecho disfrutar. Las últimas dos veces que subimos no nos dio tiempo a nada», señala en clara alusión a los dos intentos fallidos de recuperar la esencia del racinguismo, en 2015, con el cruel descenso en la última jornada y el ridículo de 2020, donde «nadie sabía qué iba a pasar».

Y para completar esta alineación entre bambalinas, dos testigos de excepción, Manolo San Juan y José Ruiz, los utilleros. Ellos son los únicos que, sin ser toreros están pegados al toro. No son futbolistas, pero conviven con ellos y su trabajo es fundamental para que la pelotita entre. «Encantados. Han sido tantos años buenos y luego tantos malos que realmente es una alegría muy grande estar tranquilos por fin», admite Manolo. José, que sabe que cuanto más arriba más exigencias y más necesidades, comparte el sentimiento de su jefe. «El fútbol ha ido cambiado y cada vez es más profesional y más competitivo, pero el Racing tiene que estar ahí y para nosotros las permanencias es como si ganásemos un título». Al menos este verano, en la trastienda del Racing respiran tranquilos.

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