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El buen arranque de temporada del Racing, una vez recuperado el reciente bache sufrido, ha tenido que ver con su triángulo mágico en la mediapunta: el formado por Íñigo Vicente, Peque Fernández y Andrés Martín. Juntos han sumado once tantos y ocho asistencias de ... gol (todas del vasco, que solo ha marcado uno pero regalado infinidad), lo que unido al acierto goleador de Arana constituye la gran fortaleza verdiblanca.
El cuarteto, estable prácticamente durante toda la temporada, se ha quedado ahora cojo con la lesión de Andrés Martín, que con una lesión de grado 2 en el bíceps femoral se arriesga a estar inactivo hasta enero. Es decir, hasta el parón navideño y la apertura de mercado. Pero hasta entonces el equipo debe afrontar cinco partidos de Liga (Villarreal B el sábado, Mirandés el 3 de diciembre, Real Oviedo el 10, Eldense el 16 y Andorra el 19) antes de un largo parón de 25 días que, en caso de no conseguirlo antes, le debe servir para su recuperación.
Mejor colocado Lago Junior parece el relevo natural, fichadoen verano precisamente para la banda derecha
Alternativas Yeray y Sangalli, dos futbolistas en los que confía el técnico, también tienen sus opciones
Cinco compromisos en los que José Alberto López deberá gestionar un problema con el que hasta ahora no se había encontrado: la pérdida de uno de sus imprescindibles más allá de la baja coyuntural de un partido. Lo hace con una plantilla muy corta, lo que dificulta más la situación, aunque al mismo tiempo con dos recambios naturales que deberán afrontar el reto de que no se eche de menos al sevillano.
La primera alternativa es Lago Junior. El marfileño llegó libre del Mallorca el verano pasado, aunque la temporada la había terminado como cedido en el Málaga. Fue el primer fichaje, destinado a compensar la probable baja de un Jordi Mboula sobre el que el club era consciente de que iba a ser casi imposible retener. Llegó así con la condición de potencial titular a la espera de refuerzos de última hora. Y así ha ocurrido. Tuvo protagonismo en el inicio de curso, aunque no hizo de la banda derecha su propiedad, y la llegada de Andrés le relegó al banquillo. A los segundos tiempos, y no todos. No ha desentonado cuando ha salido al campo, pero tampoco ha resultado determinante asumiendo un papel de jugador de plantilla.
Cuando el lunes Andrés pidió el cambio a los catorce minutos fue el elegido para sustituirle. Fue casi titular y cumplió en un partido de ida y vuelta en el que Vicente y, sobre todo, Peque y Arana fueron los más contundentes en el intercambio de golpes que terminó con victoria cántabra. Es el recambio natural en el primer equipo y esta situación le abre una posibilidad de tener continuidad y reivindicarse. A sus 33 años, tiene contrato hasta 2025.
Si el veterano es una de las alternativas, la otra pasa por la juventud: Yeray. El canterano cumple su segunda temporada en dinámica del primer equipo, con el que ya debutó hace tres, en primera RFEF, pero aún con ficha del filial. José Alberto ve posibilidades en él e incluso le ha puesto algún partido como titular, pero no ha terminado de eclosionar, condicionado también por la falta de continuidad provocada por el excelente rendimiento de su competencia directa. Sea o no de inicio, la baja de Andrés apunta a darle más minutos de juego.
La tercera y última posibilidad es la de Marco Sangalli, un futbolista que no forma parte del once tipo pero que casi siempre juega. En 16 jornadas ha participado en 14 compromisos, tres como titular y el resto saliendo desde el banquillo. Llegó en el pasado mercado de invierno de la mano de José Alberto y siempre está entre las primeras alternativas, pero casi nunca de inicio. Ahora el entrenador debe decidir si rota entre las dos alternativas al andaluz o consolida la posición de uno de sus dos suplentes.
Contar con una plantilla corta tiene algunas ventajas. Facilita la gestión de grupos, porque son menos los futbolistas que se quedan sin jugar y todos pueden ver opciones de entrar en determinado momento, y permite además dar entrada a jóvenes del filial, si piden paso, sin discutir el estatus de futbolistas del primer equipo o sentar a jugadores más caros o contrastados.
Sin embargo, también provoca problemas, en especial en una competición tan larga como las 42 jornadas con las que cuenta la Segunda División, cuatro más que Primera y Primera RFEF. En el caso del Racing esta situación es más notoria. El primer equipo cuenta con 21 fichas profesionales (el máximo permitido es de 25), pero no se queda ahí, sino que en la práctica el grupo que hace rotar José Alberto López es aún más reducido.
Juan Gutiérrez aún no ha debutado, es el cuarto central del equipo (el quinto, si se considera a Mantilla en esta posición) y este verano, tras regresar de su cesión al Ceuta, consiguió un sitio en la primera plantilla precisamente por la escasez de efectivos y un sueldo modesto -para un futbolista profesional de LaLiga- que permitía nutrir el primer equipo respetando el límite salarial. Sin embargo, el canterano aún no ha debutado, tampoco en Copa, y su situación no tiene visos de cambiar, al menos a corto plazo.
No es mucho mejor la situación de Jorge Pombo, un futbolista determinante en una fase de la temporada pasada y que ahora apenas cuenta. Las circunstancias tampoco han jugado a su favor: se perdió las ocho primeras jornadas por una lesión estival de la que tuvo recaída, y aunque desde entonces ha entrado en todas las convocatorias, solo ha participado en un partido: los 16 minutos que jugó, saliendo desde el banquillo, en la derrota frente al Racing de Ferrol.
Ya en verano Peque parecía haber convencido más al entrenador para la mediapunta, pero la extraordinaria temporada del catalán, un futbolista en pleno crecimiento que ya suma ocho tantos en Liga y es además el certero lanzador de penaltis, le ha puesto aún más difícil la titularidad. Una situación comprensible, pero más llamativo resulta que no tenga minutos en los finales de los partidos; para desatascarlo dadas sus características diferenciales para dar refresco a los compañeros. En verano se especuló con su salida, el entrenador lo desmintió y efectivamente continuó en la plantilla, pero ahora apenas juega, termina contrato el 30 de junio y su futuro parece incierto. Su gran argumento a favor, precisamente lo corto de la plantilla, que no aconseja salidas en invierno, o no demasiadas, salvo que se fiche sustitutos a cambio.
En cuanto a los dos rayistas en dinámica del primer equipo, el entrenador confía en ellos, pero están en formación y cuando han disfrutado de minutos no han tenido fortuna. La baja de Andrés puede cambiar, al menos temporalmente, el estatus del citado Yeray, mientras que Mario, suplente habitual de Saúl, solo ha jugado el partido de las rotaciones de Tenerife y unos minutos en el Alcorcón-Racing.
En consecuencia, José Alberto trabaja de facto con un grupo de 17 futbolistas para componer los diez jugadores de campo cada domingo. Y en algunos casos con estatus muy claros: los de Pol Moreno, tercer o cuarto central, y Sangalli y Lago Junior, suplentes en las bandas. La lesión de Andrés es el primer inconveniente serio que afronta en este sentido. Una dificultad que el Racing debe superar para continuar con su buena dinámica.
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