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Guillermo Fernández Romo tiene lío en el centro del campo. A medida que se le va cogiendo el hilo al entrenador del Racing, no es descabellado pensar que, tarde o temprano, su equipo acabará jugando con Fausto Tienza e Íñigo Sainz-Maza en el doble ... pivote. Músculo, recuperación, carácter... La regularidad del cántabro y la dinámica ascendente del extremeño les coloca como aspirantes a la titularidad. Pero Borja Domínguez, que regresa tras cumplir su partido de sanción, también le entra por el ojo al míster. Otro perfil de futbolista. Más fino, de menos trabajo, pero de más incidencia en el juego ofensivo. De cara al partido del domingo -12.00 horas- ante el Valladolid Promesas, Romo debe elegir.
Ayer el madrileño no dio pistas. En una sesión condicionada por la lluvia, lo blando del campo número 2 de las Instalaciones Nando Yosu y las apariciones de algunos charcos, el entrenamiento se dilucidó con una serie de partidillos en espacio reducido para tres equipos. Entrar y salir.
La decisión probablemente se vea hoy. Bueno, realmente no se verá, porque el técnico ha decidido llevarse los bártulos a los Campos de Sport, para trabajar a puerta cerrada en un estadio de dimensiones similares al José Zorrilla.
Al doble pivote y al dibujo de Romo los condiciona la figura de Pablo Torre. El talentoso mediapunta tiene que jugar -al menos hasta que el entrenador decide cambiarle- y, por sus características, obliga a tomar decisiones para elegir a sus escoltas.
Las ausencias -o reservas- del de Soto de la Marina por sus convocatorias con la selección española sub 19, llevaron al técnico verdiblanco a utilizar en la medular a los tres futbolistas que ahora se disputan las sillas del doble pivote. En esas ocasiones -en Irún, en Zamora y contra el Bilbao Athletic- la formación contó con Íñigo y Fausto Tienza en la sala de máquinas y con Borja Domínguez, el más ofensivo de los tres, avanzado hasta la mediapunta. Pero mientras Pablo Torre esté disponible, esa alternativa no tiene visos de realidad.
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La otra duda en el once que pueda disponer el técnico racinguista el domingo en Pucela está en el extremo izquierdo. No parece probable que vuelva a desarmar el centro del campo, tirar de asimetrías y mandar a Íñigo a la banda. Entonces, entre dos extremos anda el juego. Álvaro Bustos ha sido el tradicional titular. Sin embargo, Marco Camus lleva ya un tiempo aporreando la puerta. Es su momento, aunque sólo el entrenador tiene la llave de la titularidad del canterano.
Por lo demás, todo apunta a que el madrileño apostará por su habitual continuidad en el once. Incluso en el flanco izquierdo de la zaga, donde Simón se ha aferrado con fuerza al puesto. Una irrupción -o una rectificación- de Guillermo Fernández Romo que ha permitido el regreso de Eneko Satrústegui al centro de la defensa, en coincidencia con la lesión del riojano Pablo Bobadilla.
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