El triste rey del empate

En la Primera División ninguno de sus 20 equipos alcanza la decena de empates. Osasuna y Valladolid, con nueve igualadas, son quienes encabezan la tabla en ese apartado. En Segunda sí hay clubes que alcanzan o superan los diez encuentros sin ganador. Rayo Vallecano y Alcorcón, ambos en la mitad de la tabla, suman diez choques terminados en empate. Los mismos que un Lugo que con 22 puntos antecede al Racing en la clasificación y está en zona de descenso, al igual que los verdiblancos. El Málaga, con once igualadas, es el equipo que persigue a los verdiblancos en esa clasificación del empate. No anda lejos de esos guarismos el Almería, con nueve partidos. Y los Almerienses están segundos, en puestos de ascenso directo. Sus 10 victorias y sólo tres derrotas convierten a ese registro de empates en algo positivo. Lo contrario que le pasa al Racing.

La categoría de plata es la que lidera el apartado de equipos con más partidos empatados, porque en la Segunda División B las cifras son más bien bajas. En el grupo I, los ocho del Melilla y Las Rozas son el mejor registro; en el grupo II, el último del Racing en la División de Bronce, el Calahorra llega a los diez, la cifra más alta de toda la categoría; Ebro y Valencia-Mestalla, con nueve encuentros igualados, lideran esa clasificación en el grupo III; y con otros tantos, Marbella y Mérida son los que más tablas han firmado en el grupo IV.

La racha de empates de los verdiblancos va camino de ser la más larga de su historia en la División de Plata. Sus 13 partidos en tablas son poco menos que los 16 que igualó el Racing de la temporada 1979-1980, entrenado en un primer momento por Laureano Ruiz y posteriormente por Manuel Fernández Mora, 'Moruca'. El dato puede invitar al optimismo a los actuales verdiblancos, ya que aquel Racing, aunque con apuros, consiguió la ansiada permanencia al terminar en la decimosexta plaza y ser uno de los cuatro equipos con mejor defensa de toda la categoría. Aquel Racing encajó apenas 39 tantos en los 38 partidos del campeonato.

Y aunque no sería para nada deseable, el registro histórico de empates en la División de Plata, con la segunda vuelta recién comenzada estaría en el horizonte de los verdiblancos. En la campaña 1999-2000, el Badajoz cosechó la friolera de 24 partidos sin un vencedor. Unidos a los 27 puntos fruto de nueve victorias, los 24 puntos que añadieron los pacenses en esos encuentros les sirvieron para sumar 51 y salvar la categoría.

Lo que quiere todo el racinguismo es que ese rosario de empates, ese sumar de uno en uno, dé paso a partidos en los que sumar de tres en tres. Porque con empates y el bagaje de la primera vuelta y el primer partido de la segunda, las estadísticas que se refieren a las pasadas cinco temporadas le dicen al Racing que no va a dar para quedarse. Así, la cifra más barata de esas últimas cinco campañas con la que se ha conseguido la permanencia son los 45 puntos que le bastaron a Osasuna en el curso 2014-2015 para quedarse en la División de Plata, conseguidos con 11 victorias y 12 empates con los que mitigar sus 19 derrotas. En esa temporada, el mejor equipo de los que bajó fue precisamente el Racing, con 44 puntos. En la última campaña en Segunda antes del regreso, en esta, los verdiblancos sumaron doce victorias y ocho empates para totalizar 44 puntos. Esa cifra de igualadas ya ha sido superada en esta campaña.

La retahíla de empates que ha sumido al Racing en las últimas plazas de la Segunda División tiene algún precedente cercano entre equipos que salvaron la categoría. Por los pelos, pero la salvaron. En la temporada 2015-2016, el Almería cerró el curso con 18 empates, la cantidad más alta de la temporada junto a Numancia y Elche. Sus 48 puntos les dieron la permanencia como decimoctavos clasificados. El actual Racing debería ganar ocho partidos, empatar cinco y podría perder otros siete más de los que tiene en su casillero de derrotas para emular esa cifra de los andaluces.

El precedente más cercano de un equipo que se salvó y cuyo registro más alto fueron los empates no hay que buscarle muy lejos. En la pasada temporada, el Lugo sumó 17 encuentros que terminaron en tablas, junto a 15 derrotas y diez victorias. La segunda cantidad más alta de empates junto al Deportivo de La Coruña y el Tenerife y a un solo partido del líder en ese apartado, Las Palmas (18). Pero los 47 puntos del Lugo bastaron para quedarse una temporada más en la Segunda División. Como el Almería, los gallegos fueron el equipo que marcó la permanencia.

El logro del Lugo puede ser una referencia de lo más válida para este Racing. Porque en la pasada campaña, a estas alturas -jornada 22-, los gallegos eran decimosextos y sumaban 23 puntos, tan solo cuatro más que el Racing de hoy en día. Los registros de los equipos que estaban en zona de descenso no eran muy distintos a los actuales. El Extremadura tenía 21 puntos, el Córdoba 18 y el Nástic de Tarragona, 16 -el Reus ya estaba descendido por impagos-. En esta temporada, entre el Tenerife que marca la permanencia (22) y el colista, el Deportivo (18) apenas hay un partido de diferencia. En ese pelotón del descenso está un Racing convertido en el rey del empate en España y que necesita a toda costa dejar esa corona en manos de otro equipo para aumentar su guarismo más bajo. Ese '2' que acompaña al título de 'partidos ganados' y que por el momento llena de pesimismo a todo el racinguismo. Porque aunque su equipo empate, la sensación es que con eso no va a dar para quedarse en Segunda. Y tan solo recordar las temporadas en Segunda División B produce escalofríos.