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La belleza de los goles a veces se pierde entre la tristeza y la desilusión, como aquel día contra la Ponferradina en la que fueron accesorios inútiles del fútbol. Fue la primera visita que los leoneses realizaron a los Campos de Sport. Ambos equipos jugaban ... en Tercera División y el partido que les enfrentó en Santander durante la temporada 1968-69 se disputó el 18 de mayo de 1969. El Racing ganó sin mucho esfuerzo (5-0), pero la primera parte terminó con empate a cero y con un juego que desesperó al público y a los críticos deportivos. Aunque en la segunda parte la superioridad cántabra se impuso, los pocos aficionados que acudieron al encuentro salieron del campo con caras serias, esas que dibujan desilusión y enfado. A falta de tres jornadas para acabar el campeonato, los filiales del Athletic habían ganado al Avilés y se arraigaban en el liderazgo del grupo sin dar opciones al Racing para arrebatárselo. Aquella circunstancia significaba la imposibilidad de recuperar la Segunda División, algo fatalmente histórico para el currículo del conjunto montañés, ya que era la primera vez que tendría que repetir curso en Tercera. Toda una humillación.
El descenso del año anterior había escocido los ánimos, aunque no había evitado el cachondeo. El humor irónico se desplegaba hacia los racinguistas con frases como 'Conozca usted la provincia viajando con el Racing', o 'En Tercera se sube mejor'. Hasta los famosos payasos del circo Atlas, los hermanos Tonetti, recurrieron a las penurias del club para hacer reír a sus incondicionales. Había sido el tercer descenso a Tercera. En los dos anteriores, el Racing se proclamaría campeón (1944 y 1948), recuperando la Segunda División, pero en 1969 el ascenso no llegaría.
En la temporada 1968-69 la Tercera estrenaba formato con 8 grupos de 20 equipos cada uno. Para conseguir el ascenso era necesario alcanzar el primer puesto del grupo y luego disputar entre los ocho campeones una fase eliminatoria a doble partido. Los cuatro ganadores alcanzarían el objetivo de cambiar de categoría.
Desde el inicio, un equipo se interpuso en los planes del Racing, el Bilbao Atlético, filial de los de San Mamés, que se instalaría en el primer puesto cuando los santanderinos perdieron su primer partido contra el C. D. Guecho (1-0), en la tercera jornada. Esta derrota, y el mal juego practicado frente a la modesta Hullera Vasco Leonesa, provocarían el cese del entrenador, Laureano Ruiz, a pesar de la victoria. El sustituto de Laureano fue Ernesto Pons Forns, entrenador y preparador físico de la Escuela Central de Educación Física de Toledo, que había dirigido a equipos como el Deportivo de La Coruña, Orense, Español, Sabadell, Betis y Málaga, al que ascendió a Primera División.
Aunque hubo cambio de entrenador, no hubo manera de instalarse en la primera y única plaza que posibilitaba el ascenso. Además, el Bilbao Atlético confirmaría su liderazgo cuando el 24 de noviembre ganó en los Campos de Sport por un solo gol, anotado en la única vez que los vizcaínos llegaron a la portería defendida por Illumbe. Fue un partido de mala suerte para los racinguistas que a los veintiún minutos sufrieron la lesión de uno de sus hombres, Lamelo, que continuó en el campo sin poder ayudar con plenitud a sus compañeros, a lo que hay que añadir dos disparos a la madera y un penalti que el meta del Bilbao Atlético, Juanjo Santamaría, se encargaría de despejar. Santamaría, que poco tiempo después se incorporaría a la disciplina del conjunto cántabro, fue aquel día uno de los mejores de su equipo.
El único consuelo de los racinguistas aquella temporada fueron algunas sonoras goleadas, como la de aquel día frente a la Ponferradina. Nada más iniciarse el saque de centro en el inicio de la segunda parte, Lamelo lanzó un pase en profundidad al joven Aguilar y este se internó en el área para cruzar un disparo que abrió el marcador. Siete minutos más tarde, Aguilar lanzaría un centro que remató de cabeza Cabello. En el minuto 17 Durango sacó una falta hacia el área rival y fue Lamelo quien remataría a la red el tercer tanto de la tarde. El cuarto llegaría en el minuto 40, con un Chisco internándose con su ímpetu tan característico entre una maraña de adversarios. Logró un disparo que rechazó el poste y Cabello lo aprovechó para marcar. El quinto llegó en el 43, con un centro de Durango que Lamelo paró con el pecho y culminó con un disparo sin que la pelota tocara el suelo.
El Racing se clasificó en segundo lugar, a dos puntos de los bilbaínos. Se quedó sin ascenso, con goles como accesorios inútiles del fútbol.
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