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El Racing, a falta de dos jornadas para finalizar la Liga, logró la permanencia por méritos propios, goleando al Espanyol (5-2) en El Sardinero con dos dianas de Rodolfo Bodipo, otros dos de Pablo Casar y uno de Javi Guerrero. Fue hace 17 años. Una fecha para recordar, pero no solo por el júbilo de mantener la categoría. Fue también el último partido en los Campos de Sport de toda una leyenda del Racing. José Ceballos (Pámanes, 1968). El gran portero de los años 90. El jugador más fiel al cuadro cántabro. Ni el mismo Barça consiguió que abandonase el club de su vida. El meta ostenta además un récord: ser el jugador que más veces se ha vestido de verdiblanco en la historia delRacing. Nada menos que 460. Tantas como partidos ha disputado con los cántabros.
Ese domingo, 1 de junio de 2003, el portero de Pámanes lució además el brazalete de capitán. Por última vez. Ceballos no lo sabía con certeza entonces, pero algo le hacía barruntar que ese sería su adiós al estadio que le ha hecho vibrar. «Yo ya tenía la sensación de que ese iba a ser mi último partido con la camiseta del Racing. Fue como una despedida para mí. No lo sabía seguro si iba a ser o no, pero lo intuía». El 'Muro del Cantábrico' toca el tiembre de la memoria y desempolva los recuerdos de aquella tarde. «En esos momentos miras alrededor y piensas que una etapa de la vida se ha cerrado», confiesa.
Aunque Ceballos nunca se ha ido del todo. Parece unido ya al equipo por un cordón irrompible que nunca se quiebra, aunque se enrede estire o contraiga.
Ese domingo volvió a jugar con su equipo de toda la vida merced a la decisión de los técnicos de dejar a Lemmens en la grada. «Lo de Lemmens era un perjuicio para él y salió Ceballos, que lo ha hecho a las mil maravillas», señalaba Chuchi Cos, el entrenador en aquella temporada, tras el partido. Y es que pocos son los 'peros' que se le pudieron poner al equipo cántabro frente a un Espanyol que dirigía Javier Clemente. El Racing no sólo aseguró la salvación, sino que lo hizo de forma brillante, con buen juego y goles.
No hay mucho jugadores que puedan presumir de haber vestido una única camiseta durante toda su vida profesional. Sin embargo 'El gato de Pámanes', luce con orgullo esa distinción. «No, no es fácil encontrarlos. Ni ahora, ni antes hace años. Para mí es una satisfacción tremenda y un orgullo poder decir que he vestido solo una camiseta, la del Racing». Aunque reconoce que tiene una espinita clavada como profesional. «Me hubiera gustado hacer algo más en la Copa del Rey. La verdad es que me hubiese encantado que el Racing llegase más lejos en el torneo copero», suspira.
Ceballos militó durante catorce temporadas consecutivas en el Racing, entre 1989 y 2003. Nueve en Primera, cuatro en Segunda y una en Segunda B. Y durante ese periodo consiguió dos ascensos a Primera y uno a Segunda. También frente al Espanyol vivió uno de los momentos más dulces que recuerda sobre el césped. El otro, su debut con el equipo de su tierra. «Lo mejor que he vivido son dos momentos principalmente. El ascenso contra el Espanyol y el debut con el Racing. Para mí han sido los más importantes de mi carrera».
Ceballos echa la vista atrás con nostalgia. «Debuté en Segunda División en un Eibar-Racing. El entrenador era Armando Ufarte, que después estuvo de segundo de Luis Aragonés en la Eurocopa que ganó España; y que fue además importantísimo para el Racing porque hizo unas temporadas extraordinarias el tiempo que estuvo aquí como jugador», recuerda. Pero en catorce campañas ha habido tiempo para todo. También para la crueldad del fútbol. En la memoria racinguista está grabado a fuego el instante en que, en un choque frente al Zaragoza, el árbitro Prados García se lanzó al suelo y fingió ser agredido por Ceballos. Las imágenes demostraron que no fue así, pero eso no impidió que se sancionara al cántabro con doce partidos, el castigo más severo de la historia. «Fue el momento más duro a nivel individual y colectivo, sin duda alguna, pero también ha habido otros malos. Los descensos siempre son desagradables y muy duros».
Sin embargo no alberga rencor. «Cada vez que lo recuerdo me sale una sonrisa. Entonces no me reía tanto, pero con el paso de los años me sale una sonrisa porque fue algo anecdótico», cuenta. Aunque está totalmente desligado profesionalmente del fútbol ahora ve deporte «por disfrute, por a tele y más que nunca», dice entre risas. Y no puede evitar estar muy pendiente del Racing. «Deportivamente tiene una situación complicada. Parecía que habíamos mejorado y el covid nos cortó esa racha que nos había dado una cierta ilusión. A ver qué sucede».
Nunca ha tenido que jugar a puerta cerrada y esta situación le ha pillado por sorpresa, como a todos. «Se tiene que hacer muy extraño porque tienes la sensación de que los puntos valen, de que son muy importantes, pero no hay esa presión ambiental». No hay presión, pero tampoco se cuenta con el empuje de los aficionados. Esos cuyos circuitos cerebrales asociados con el amor se activan cuando ven a su club favorito sobre el campo y son capaces de llevar en volandas. «En Alemania no tiene tanta importancia el factor campo. Los equipos visitantes están ganando más que los de casa», analiza.
Con su carácter tranquilo la desescalada no le ha pillado en fuera de juego. «A todo se acostumbra uno. Te gustaría salir, viajar o hacer más cosas, pero estamos bien, que es lo importante».
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Álvaro Machín | Santander
Guillermo Balbona | Santander
Sócrates Sánchez y Clara Privé (Diseño) | Santander
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