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Benito Ballent, durante un partido de la temporada 90-91.
La venganza racinguista de Estella

La venganza racinguista de Estella

Domingo, 16 de septiembre 2018, 07:25

Dicen que la injuria no hiere si no se recuerda, y que por eso el olvido es la mejor venganza. Pero el fútbol cede a la tentación del hambre que ésta despierta, aunque aseguren que es el manjar más sabroso condimentado en ... el infierno y sabe mejor cuando se sirve frío. Como el frío que había en Estella el 20 de enero de 1991, fecha de la vigésima primera jornada del campeonato liguero. El Racing, como ahora, sufría en Segunda B espoleado por la necesidad de limpiar su historial deportivo, y en eso estaba, huyendo de una racha negativa donde sólo había ganado dos de los seis últimos encuentros disputados, balance demasiado pobre para un aspirante firme al ascenso. Además, viajaba para enfrentarse al C. D. Izarra, un equipo recién ascendido que había amargado a la afición racinguista en la apertura de la temporada en el nuevo Sardinero. Aquel día, los navarros empataron a un gol con un único remate que hicieron a la portería defendida por Ceballos y el desánimo se extendió por las gradas, casi vacías, para anunciar que lo del ascenso no iba a ser como coser y cantar.

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