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El viaje de ida y vuelta de Jimena
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La cántabra, tras agotar su experiencia futbolística y universitaria en Atlanta, ha regresado a Santander y ya es «una más en el Racing»Secciones
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La cántabra, tras agotar su experiencia futbolística y universitaria en Atlanta, ha regresado a Santander y ya es «una más en el Racing»Jimena Cabrero (Santander, 2001) está de vuelta. Cinco años después de su marcha a Estados Unidos, la cántabra está en casa y es verdiblanca. «Tenía ... muchas ganas de volver, aunque no sabía cómo iba a ser mi adaptación. Ahora puedo decir que estoy donde quiero», admite la joven futbolista y doble licenciada por la Universidad de Georgia State (Atlanta). Jimena se ha incorporado al Racing en el mercado de invierno procedente del Getafe, donde llegó después de cruzar el charco de regreso a España tras cinco años de beca de estudios. Durante ese tiempo, Jimena aprobó la carrera de Marketing y la de Administración y dirección de Empresas a la vez que jugó en el campeonato estatal de fútbol de la zona este de EE UU con el equipo de la universidad. «Los campeonatos están divididos por niveles y el nuestro estaba en el nivel 1, el máximo, y realmente la calidad de las jugadoras es muy alta y del campeonato», señala.
Ese es el tiempo que ha pasado desde que la santanderina aceptó el reto, la experiencia de vida, hizo las maletas y dejó el CD Monte donde se formó y donde decidió dar rienda suelta a su pasión, la que fue creciendo en el jardín de su casa junto a su hermano. «Lo vi como una oportunidad y así me lo tomé. Hoy puedo decir que lo que soy, no solo como futbolista, sino como persona se lo debo a estos cinco años en EE UU». Así se escribe la historia de uno de los refuerzos de invierno del Racing, que ya ejerce como una más en La Albericia.
Aceptó la llamada de Manu Vacas, el coordinador racinguista, casi sin pensarlo. Su paso por el Getafe, un equipo que acaba de ascender a la máxima categoría del fútbol nacional femenino, fue fugaz. «Llegué en el mes de agosto y me encontraba muy a gusto con Blas Ramírez. Para mí ha sido uno de los mejores entrenadores que he tenido», explica la jugadora. Sin embargo, en el jornada 6, el técnico fue destituido y con la llegada de la nueva entrenadora, Nekane Quiñones, Jimena salió del equipo. Sus características no encajaban en la nueva propuesta táctica y optó por tomar otro camino. «Llegó la llamada del Racing; me acababan de hablar muy bien del club, de cómo se están haciendo las cosas, de la ilusión que se vivía y dije que sí». Y desde el mes de enero su vida ha dado para atrás el reloj, «pero con una maleta llena de experiencias enriquecedoras, con un nivel físico y deportivo mucho más grande y con tantas ganas por lo nuevo como cuando me fui».
Su reciclaje y adaptación, «a volver a casa de mis padres después de cinco años fuera y al fútbol español» está en marcha. Allí, en Atlanta, su vida comenzaba a las 6.00 horas con un entrenamiento en el campo y un paso por el gimnasio siempre antes de acudir a las clases, que comenzaban al mediodía. Sus semanas eran todas muy parecidas, con una rutina que mezclaba el trabajo diario, con las clases y con los largos viajes por carretera los sábados y los jueves -en días de partido-, algunos en avión cuando superaban las seis horas. «Era una vida muy programada, con mucha constancia y disciplina; a mi me ha hecho crecer mucho desde que llegué allí. Volvería a tomar esa decisión si tuviera otra vez 17 años», admite.
No tiene un objetivo a largo plazo. «Soy mucho de vivir el momento y de disfrutar el hoy. Estoy a gusto con lo que hago, no pienso más allá y ya está». Se siente «una racinguista más» y no oculta que su ilusión ha crecido como su nivel de preparación y madurez durante estos cinco años. «Me fui cuando el Racing jugaba en campos de Segunda B que no sabía ni donde estaban y ahora es una fiesta increíble todo. No puedo negar que es un orgullo llevar este escudo y por el momento quiero disfrutar y ya veremos», indica. Como buena experta en marketing no duda en explicar que lo que ocurre no es por casualidad. «Todo lo que está pasando en el club se refleja en el campo. Tiene un porqué y eso hace que la grada esté llena y que se viva esta ilusión tan grande».
Su ritmo de vida no puede pararse de repente. Su paso por EE UU le enseñó que no es conveniente poner todos los huevos en un cesto y que el camino de la formación no tiene muchos atajos. «Quiero seguir con el estudio de algún máster, por complementar mi formación, pero por ahora no. Ahora quiero jugar al fútbol y después ya veremos qué nos depara el futuro».
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Ana del Castillo
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