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La Unión Deportiva Las Palmas quiere pescar en Santander. El club insular tiene en su agenda a Íñigo Vicente y Juan Carlos Arana, es decir, el jugador franquicia verdiblanco y el delantero titular, en su planificación para la próxima temporada. La gran campaña del Racing ... y la actuación individual de dos de sus máximos exponentes les han convertido en unas piezas codiciadas en la máxima categoría. En el caso de Vicente, por su reconocimiento como uno de los mejores jugadores –si no el mejor– de Segunda. En el del delantero, además de sus nueve tantos, con el interés añadido de ser palmense, si bien nunca ha jugado –tampoco en categorías inferiores– en la Unión Deportiva.
Aunque el club insular no se ha puesto en contacto aún con el Racing ni con el futbolista, es uno de los objetivos del director deportivo de los canarios, el cántabro Luis Helguera, en un momento en el que Las Palmas planifica ya la próxima temporada.
6 millones
de euros cuesta Íñigo Vicente, que el verano pasado renovó su contrato hasta el 30 de junio 2027. El Racing ya ha insistido en que el futbolista no está en venta, pero su gran temporada no ha pasado inadvertida
1,5 millones
alcanza la opción de compra de Juan Carlos Arana. Se trata de un jugador cedido, pero el Racing está en condiciones de hacerse automáticamente con sus derechos por esta cantidad si ve oportunidad de mercado... o asciende.
En la octava posición, con 36 puntos y 18 de renta sobre el descenso cuando solo faltan doce jornadas para que concluya la Primera División, los canarios tienen la permanencia garantizada. Con un presupuesto de más de 72 millones de euros y un techo salarial de 33,7, están en condiciones de invertir para reforzar un equipo que marcha octavo y vive un dulce momento deportivo. Y los dos verdiblancos están en su agenda. Se trata de la consecuencia lógica de destacar en la categoría de plata.
Pese a la mala noticia para un Racing en crecimiento que se arriesga a perder dos piezas muy importantes en su proyecto, los cántabros están al mismo tiempo en condiciones de negociar con dureza e incluso sacar un gran rédito de cualquier hipotética salida.
En el caso de Íñigo Vicente, el verano pasado renovó su contrato hasta 2027, tiene una cláusula de rescisión de seis millones de euros y el club tiene una filosofía clara: no está en venta. Ya en el pasado mercado de invierno su presidente, Manolo Higuera, se refirió al asunto y fue contundente: se remitió a la cláusula. De pagar esta cantidad y obtener el sí del jugador, el Racing no tendría margen de maniobra, pero en cualquier caso obtendría un gran beneficio, mayor al que recibió por el traspaso de Pablo Torre al Barcelona, en la operación.
Otra posibilidad es que el Racing acceda a negociar o que los canarios no estén dispuestos a pagar las cifras pretendidas, pero en cualquier caso hay otro factor que se debe tener en cuenta y no puede adelantarse aún. Si los verdiblancos consiguen clasificarse para la fase de ascenso y, por lo tanto, tienen una oportunidad de ascender a Primera, el escenario sería muy distinto, máxime cuando el jugador ya ha manifestado –y demostrado con hechos– que se encuentra a gusto en Santander y en los Campos de Sport.
En cuanto a Arana, la situación es muy diferente. Se trata de un delantero a préstamo con contrato en vigor con el Eibar, con lo que la evolución natural de los acontecimientos, máxime dado su buen rendimiento, es que los armeros le repesquen. Sin embargo, durante la negociación de este verano Mikel Martija se guardó una carta: una opción de compra de un millón y medio de euros. Se trata de una cláusula muy onerosa que el Racing solo se plantearía ejercer en caso de ascenso, pero en un contexto de mercado las circunstancias son otras.
Martija ya vivió una situación similar en el Eibar y precisamente por ese motivo trata de incluir opciones de compra en sus operaciones a préstamo, aunque en principio parezcan inasumibles. Cuando era secretario técnico armero, como segundo del entonces director deportivo armero, Fran Garagarza, obtuvo la cesión de Borja Bastón, entonces jugador del Atletico de Madrid. Su gran temporada le catapultó al Swansea de la Premier League por un traspaso millonario, pero el Eibar no percibió nada. Precisamente para evitar que se repita aquello trata de incluir estas cláusulas. Y precisamente esta es la situación que se puede producir este verano.
En caso de que Las Palmas esté dispuesta a pagar un traspaso atractivo por el canario, los verdiblancos pueden ejercer esta opción para automáticamente vender al jugador en una operación que les dejaría de nuevo sin su delantero titular, pero con un beneficio económico. Y, en este caso, sin trastocar los planes a medio o largo plazo, porque Martija es consciente de que a menos que el Eibar rebaje sensiblemente sus pretensiones será difícil retener a Arana en Santander si el equipo continúa –y este era el objetivo a principio de temporada– en Segunda División.
De hecho, el objetivo del guipuzcoano cuando negoció esta opción en el contrato era precisamente esa: que en caso de que el futbolista se revalorizara el club pudiera obtener algún beneficio, ya fuera reteniéndole o en el mercado. La situación es de todos modos compleja, porque el interés de Las Palmas será negociar con el Eibar por una cantidad inferior, intentando dejar a los cántabros en tierra de nadie. Lo que está claro es que si Las Palmas ofrece más de un millón y medio, el Racing pagará por Arana en una hipotética operación que dejaría este primer montante en Eibar.
A menos que acuerde una renovación en los próximos tres meses, el racing se encontrará este verano otro frente abierto: el de Peque. Aunque lo hará, eso sí, en la misma situación que con Vicente y Arana: con una posición de cierta fuerza en la negociación. El mediapunta catalán es el segundo máximo goleador de la categoría y por lo tanto una pieza muy cotizada, máxime dada su edad y un contrato que ni siquiera es de los más altos del Racing. En consecuencia, el club necesita renovarle o traspasarle a final de temporada si no quiere arriesgarse a que en 2025 deje el equipo como agente libre y, por lo tanto, sin producir ningún rendimiento económico. El Racing mantiene el hermetismo respecto a su cláusula de rescisión, pero insiste en que es significativa, aunque sin llegar a los seis millones de Íñigo Vicente. Así, la libertad del barcelonés no es de las más baratas y como en el caso del de Derio la postura verdiblanca está clara: no se vende. otro asunto es que llegue a mayo o junio sin haber renovado.
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