Desde la victoria se construye mejor, dicen

Guillermo Fernández Romo parece tener las ideas ya más fijas a estas alturas que el tupé. Con el prefijo 4-2-3-1 delante, llame desde donde llame. El míster puso el mismo once que frente al Numancia, en el último choque preparatorio, con la única ausencia de Pablo Torre –el chaval, convaleciente, se sentó en el banquillo–. Prácticamente lo que ensayó el jueves, con la recuperación de Satrústegui en el centro de la zaga en detrimento de Mantilla. Y con Marco Camus adelantando por la izquierda a Álvaro Bustos como principal novedad. El único canterano en el once. En la portería se resolvió la incógnita: Lucas Díaz es el elegido.

Lo realmente preocupante del partido de ayer es que aquellas cosas que se pueden contar, con los dedos de las manos, como positivas, llegaron de futbolistas que ya estaban en la plantilla verdiblanca. Un silogismo: si el Racing, con el equipo del pasado curso, hizo el ridículo en una categoría supuestamente inferior a esta, esta temporada... Al final se ganó. Es la primera jornada. Vamos a pensar que no. Pero es obvio que le faltó ambición a un supuesto aspirante a todo.

Pues fíjense que el Racing, ansioso e impreciso en los primeros minutos, estuvo a punto de darle un poco de chicha a la tarde. Un remate de Manu Justo se fue, mordido, dando penuca, a la cepa del poste de Pellegrino. Bueno, bien, no es un mal comienzo.

Marco Camus es otro. Desde su debut con el primer equipo, en los últimos partidos de la temporada en Segunda, era prácticamente un ente. Con menos fe que un ateo en La Bien Aparecida. Pero ahora vuelve a parecerse al crío que rompía defensas benjamines con la camiseta del Bezana. El chaval desbordó por la izquierda a un Delgado con tanta mili como la División Acorazada Brunete y se llevó el primer aplauso serio de una grada aún expectante.

El dominio del Racing era más inocente que llamar a los timbres para hacer bromas. Y el Tudelano tuvo su primer acercamiento después de un cambio de juego de Unai Medina. En profundidad y al contrario. Por fortuna, el disparo de Pablo Nicolás se estrelló en la cabeza de Satrústegui. En el otro área, Manu Justo quiso buscar la escuadra y no la encontró. Poco después lo intentó por la otra, forzado. Nada.

El Racing era poco efectivo y aún menos efectista. Soso, fallón... Alguna vez hasta inexplicable. Cedric arqueaba los brazos y miraba a derecha e izquierda en busca de respuestas. El nigeriano le puso un balón magnífico a Soko y éste, cuando vio salir a Pellegrino, debió pensar que había vuelto el MetroTus al intercambiador de El Sardinero. Quieto 'parao'. Fácil para el meta.

Al borde del descanso, la grada ya comenzaba a dar señales de cierta preocupación. Salvo algunas acciones de Isma López, Marco Camus o Cedric, el resto era triste, triste. Si no tiraba a desolador aún fue porque era la primera jornada. Y ojo, que los tres destacados ya estaban el pasado curso con Amorrortu, Menéndez y Solabarrieta. Un disparo centrado de Gualda se le complicó a Lucas Díaz, que atrapó con apuros. Bienvenido descanso. Y Bienvenido, un señor que estaba en Tribuna Central, descansó.

Fernández Romo reconoció en la previa que apenas tenía referencias del Tudelano que se iba a encontrar. Ahora ya lo sabía y tenía quince minutos para cambiar algo. A la vuelta del intermedio, Íñigo Sainz-Maza, Álvaro Bustos y Pablo Torre salieron a calentar. En el 63, los dos cántabros, al 'prao'. Fausto Tienza y Manu Justo, a la ducha. La savia nueva y el acento montañés le dieron un poco de vidilla a la grada, que se animó. Justo en ese momento, una falta botada por Sergio Marcos la remató de cabeza Soko y el balón se marchó muy cerca del poste. Poco después, Unai Medina cabeceó en el segundo palo un córner, pero un defensa se interpuso en su camino. Y por alto también, Pol Moreno mandó un balón muy por encima del travesaño. Eran argumentos, pero no suficientes. Así que el míster retiró a Marco Camus y dio entrada a Álvaro Bustos.

Lo poco del Racing y el oficio del Tudelano le dieron cuerda a un reloj que avanzó inexorable. Y al míster verdiblanco ya prácticamente se le habían terminado las modificaciones que entraban dentro del no correr riesgos. Isma López le puso un balón fantástico a Soko y el camerunés a arco pasado la mandó de volea casi al córner contrario.

Guillermo Fernández Romo intentó la última. Metió a Carlos Castro en la banda derecha e hizo debutar a Marcos Bustillo. Aún no se había retirado Sergio Marcos al vestuario cuando, casualidad o causalidad, Un magnífico pase de Pablo Torre dejó a Cedric solo en la frontal del área y con una genial definición puso los puntos en el petate. Igual este Racing no brilla, pero tiene la suerte de cara... Fernández Romo tiene trabajo por delante y el mercado aún no está cerrado.