Una victoria en 21 partidos

Cuando el Racing se impuso al cuadro burgalés, cercenó al fin una racha de quince encuentros oficiales consecutivos sin conocer la victoria -la segunda peor de los 106 años de historia del club-. Pese a que el salto de categoría supone un lógico borrón y cuenta nueva, el dato está ahí. Ahí que remontarse al 7 de abril, frente al Tudelano, para encontrar el anterior triunfo, y retrotraerse dos semanas más para hallar la última vez que el equipo cántabro encadenó dos consecutivos -Sporting B y Calahorra-.

En lado menos negativo está el dato de que el Racing se ha convertido en un asiduo a los empates. Aunque no es suficiente, sumar siempre es importante. El balance en estos 21 encuentros es de una victoria, catorce partidos finalizados en tablas y seis derrotas -dos en Segunda B y cuatro en Segunda-. Un registro que afirma que, a pesar de todo, el equipo de Iván Ania es competitivo. De hecho, salvo frente al Rayo Vallecano (2-0) y contra el Girona (0-3), los racinguistas cuando han caído lo han hecho por la mínima. E incluso contra madrileños y catalanes tuvieron alguna opción, por mínima que fuese, de haber cambiado su destino.

Pero el botín -contando los partidos de play off de ascenso y los de la eliminatoria de campeones frente al Fuenlabrada- se queda en 16 puntos de 63 posibles. Lejos del mínimo exigible. Demasiadas unidades al limbo. Porque lo preocupante es que, de los 33 puntos que han disputado hasta el momento en el presente campeonato liguero, el Racing sólo ha sumado 9, una cifra que le coloca en puestos de descenso. Por fortuna, el resto de competidores de la zona baja tampoco está para tirar cohetes y un sólo triunfo, por ejemplo este próximo domingo en Tenerife, podría sacar a los de Iván Ania del pozo.

Está bien sumar, pero hace falta hacerlo de tres en tres con más asiduidad. A las matemáticas hay que remitirse. En las últimas temporadas en Segunda División, la barrera de la permanencia ha oscilado entre los 45 y los 51 puntos. Y el Racing, con este ritmo, cerraría el campeonato con apenas 34 puntos. A años luz de una salvación que se antoja perentoria, no sólo en lo deportivo, si no también en lo institucional, porque el club necesita estabilizarse en el fútbol profesional para culminar en un no muy lejano espacio de tiempo su recuperación.

Para que esa victoria llegue cuanto antes, además de una mejora global del rendimiento racinguista, hay que solucionar ese problema invisible que ataca al equipo verdiblanco cuando el reloj sobrepasa el minuto 80. Esa ansiedad que se ha llevado por delante ocho puntos en los tramos finales de los encuentros. Ocho puntos que podrían colocar al Racing, a bote pronto, rondando los puestos de play off de ascenso a Primera División. Casi nada. Y en ese tembleque de piernas se han ido a la porra tres triunfos que se quedaron en simples empates.

El último, este pasado domingo en Huesca, donde el Racing fue por delante en el marcador desde el minuto 68 hasta el 95. Hasta la última jugada, cuando un despiste defensivo permitió al equipo aragonés empatar sobre la bocina. La misma historia que en el choque de los Campos de Sport frente al Almería. 63 minutos con los tres puntos en el bolsillo para que, tras una falta evitable, en el 93, Sekou marcase de cabeza el 1-1 definitivo. El equipo de Iván Ania fue capaz de rizar el rizo en Las Palmas. 0-1 en el minuto 19. Con un futbolista más en el 76. Sólo quedaba aguantar 14 minutos más el añadido para celebrar el triunfo. Sin embargo, un penalti absurdo de Olaortua en el 82 y una contra horriblemente defendida en el 89, permitieron a los canarios remontar en inferioridad. Y gracias, porque en el 95, Cejudo fue capaz de salvar un punto y evitar una derrota sonrojante.

Ahora, pasado el Huesca, llega un momento idóneo para testar de qué pasta está hecho el Racing. Llegan -salvo Mirandés y Numancia, contra los que ya ha jugado- por presupuesto o por clasificación actual, los rivales de su 'Liga'. Tenerife, Alcorcón, Deportivo, Ponferradina... Ya no valen excusas para que los triunfos no lleguen. Si no es así, alguien tendrá que hacer una fuerte autocrítica o tomar decisiones, porque este Racing no se puede permitir volver a caer a la Segunda División.

Esta semana los cántabros viajan al Heliodoro Rodríguez López de Tenerife para enfrentarse a un rival (domingo, a las 18.00 horas) que tiene a tan solo dos puntos de distancia en la clasificación. Eso significa que ganar en la isla supondrá el sorpaso en la tabla. Es lo que tiene sumar de tres en tres. Catapulta hacia el cielo.

Con las dificultades que el Racing está pasando en este primer tramo de la competición, de momento Ania está intentando poner la casa por los cimientos. Hacer el equipo fuerte a nivel defensivo para después ir mejorando hacia adelante. Porque para un Racing para el que hacer goles es una misión complicada, dejar su portería a cero es la manera de estar lo más cerca posible del triunfo. Lo mejor que tiene el fútbol es que, en cuanto el conjunto cántabro encadene dos victorias consecutivas, ya nunca más se hablará de esto.