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Algo tiene que cambiar después de los resultados de los últimos partidos. Tres derrotas consecutivas, dos en Liga y una en Copa del Rey. El peor dato que ha cosechado José Alberto desde que llegó a Santander. Y no es que la situación del ... Racing sea mala. Al contrario. El equipo es décimo con 21 puntos y por ahora no ve peligrar su objetivo, que es alcanzar los 50 puntos y con esa cifra la permanencia. Pero algo chirría. El Racing no ha sido en los últimos partidos el grupo intenso, ordenado, compacto y sólido defensivamente al que tenía acostumbrados a los aficionados. Da la sensación de que al Racing de los último encuentros con muy poco le hacen un gol. Algo que reconocía el propio José Alberto después de la derrota ante el Alcorcón. Y algo que no puede repetirse ante el Valladolid, que visita este sábado El Sardinero (16.15 horas).
Por eso toca resetearse. Reiniciarse. Pero más que probar nuevas alternativas, el asturiano parece que opta por volver al principio. Un regreso a los orígenes. Esos que tan buenos resultados le granjearon en el tramo inicial de temporada. Quizá cambios en zaga y en el doble pivote para buscar más solidez defensiva. Y eso es precisamente lo que se puso en práctica ayer en las Instalaciones Nando Yosu de La Albericia. Eso y una vuelta a la intensidad en el sentido más literal de la palabra. En el campo y en el vestuario, porque ayer les tocó charla y una sesión de vídeo que se alargó más de la cuenta. Con casi cincuenta minutos frente a la pantalla para analizar al rival, no hay excusas para no saberse la película de memoria.
El de ayer fue el primer entrenamiento después de la jornada de descanso que disfrutó el equipo y aunque la cosa puede cambiar mucho todavía, ya que faltan dos sesiones más antes de la visita de los pucelanos, José Alberto dejó claro que habrá cambios. Al menos por los movimientos que planteó ayer sobre el campo. Mantilla, al lateral derecho, y Rubén Alves al centro de la defensa formando de nuevo pareja con Germán. Y es que es innegable que con el hispano-brasileño como central, el Racing exhibía una solidez defensiva que flaquea en las últimas semanas. Los números le avalan. Desde que Alves no está en el campo, el Racing ha encajado once goles, pero la película es bien diferente con él en la zaga. Ocho goles en diez partidos. Y en las nueve ocasiones en que ha saltado al campo como titular, el equipo ha dejado la portería a cero en tres encuentros. La historia se cuenta sola.
Por eso no es descabellado pensar que la defensa se recomponga para recibir a un Valladolid que, a pesar de los problemas y polémicas que ha exhibido en Zorrilla, está cuarto con 25 puntos a sólo dos del ascenso directo y a seis del líder. Con este panorama volver a ser el Racing fiable que no hace concesiones es un imperativo para seguir sumando en casa y reponerse del varapalo de estas últimas semanas. Y la vuelta de Alves, que comenzó a quedarse fuera al caer lesionado, parece una opción de garantías para conseguirlo. Si algo funcionaba, ¿para qué cambiarlo?.
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Con Mantilla tres cuartos de lo mismo. El de Camargo comenzó la temporada como lateral derecho tras la lesión de Dani Fernández y ofreció un rendimiento envidiable. Álvaro se ha ganado un hueco en el once por derecho propio. Llega a cada balón a base de coraje. Rápido, contundente y expeditivo, su mayor seña de identidad es su compromiso. Pero es que incluso es capaz de marcar un golazo que levantó en una ola de euforia a todo El Sardinero. Con el regreso del madrileño al carril diestro, José Alberto renunció a sentar al de Maliaño. Mantilla pasó a ser central y dejó al propio Alves en el banquillo, pero parece que el asturiano quiere reubicarle de nuevo. Vuelta al punto de partida. Todo el entrenamiento en el carril diestro.
Hubo más permutas de piezas con el centro del campo y con los laterales como principales terrenos de ensayo. Algunas esperadas y otras más sorprendentes. Durante más de hora y media dos equipos diputaron partidillos trabajando a fondo la salida de balón, la recuperación tras pérdida, jugadas combinativas y con un José Alberto que no dudó en desgañitarse y pegar más de un grito, convirtiéndose en una sombra de los jugadores y parando el juego a menudo para corregir aspectos tácticos. Exigiendo intensidad a sus futbolistas, pero también a sí mismo, que no dejaba pasar una.
Si algo llamó la atención es que el asturiano colocó a Dani Fernández en el lateral izquierdo durante toda la sesión para que Sangalli ocupase insistentemente el derecho en el equipo que formaron, además del madrileño y el guipuzcoano, Ezkieta, Germán, Alves, Íñigo Sainz-Maza, Aldasoro, Peque, Yeray, Íñigo Vicente y Arana. En la otra formación, con Parera en portería, Mantilla ocupó el lateral derecho mientras que Mario y Saúl se iban turnando a cada rato para actuar en el izquierdo. Con ellos la dupla Pol Moreno-Juan como centrales, Grenier y Morante en el centro del campo y Pombo de enganche. Las bandas para Andrés Martín y Lago Junior; y Ekain encabezando el ataque.
Con este planteamiento, José Alberto podría estar meditando un cambio en el carril zurdo. Un puesto, que por otro lado, en los últimos años siempre ha dado al Racing más de un quebradero de cabeza. Por ahora Saúl y el jugador del filial, Mario, son los únicos especialistas con los que cuenta el equipo, pero el hecho de que Dani Fernández se haya ejercitado también en el lateral izquierdo para dejar a Sangalli el derecho abre la puerta a una reforma integral. En los entrenamientos de hoy y mañana se verá si ha sido una probatura pasajera o tiene visos de continuidad.
También el centro del campo es motivo de duda. Por un lado la pareja Íñigo-Aldasoro y por otro la dupla Grenier-Morante, que no ha resultado como se esperaba. El asturiano podría plantear un cambio radical de pareja, o realizar una mezcla con el de Ampuero y el jugador francés para recibir al Valladolid.
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