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Javi Rozada se dirige a sus jugadores en La Albericia, junto a parte de su cuerpo técnico. maría gil
Otra vuelta más a la pizarra

Otra vuelta más a la pizarra

La tercera ·

La pobre actuación del Racing en Laredo y los errores tácticos llevan a Rozada a adaptar de nuevo el dibujo con un planteamiento más ofensivo y con la coincidencia en el campo de Pablo Torre y Álvaro Cejudo

Marcos Menocal

Santander

Viernes, 27 de noviembre 2020, 06:51

La pizarra de Javi Rozada se mueve más que los precios. Los ensayos de ayer en La Albericia -a puerta cerrada- fueron la continuación de lo que dejó entrever el míster el pasado miércoles y su continua busca de un dibujo que le deje satisfecho del todo y con el que su equipo mejore de una vez su juego y sus prestaciones. Es obvio que el rendimiento de su estreno con el 4-4-2 en San Lorenzo le salió bastante mal y ante la falta de jugadores para regresar al 3-5-2 con el que previamente obtuvo resultados, que no juego, el entrenador planea reinventarse mañana ante el Barakaldo. Los ensayos van encaminados a acumular más jugadores de talento, y reducir los de músculo. Algo así como colocar a un pivote que contenga y el resto, que miren para arriba. Para los puristas: 4-1-4-1.

Para ese puesto de pivote que defienda y actúe de faro por delante de la defensa tiene varios candidatos; Alberto Villapalos, Nana, Íñigo Sainz-Maza... Y para esa línea de cuatro hombres con fútbol en los pies que puedan conectar con el delantero y hacer que el partido se juegue en campo rival tiene otros tantos; Álvaro Bustos, Álvaro Cejudo, Pablo Torre, Patrick Soko, Martín Solar...

Rozada se encerró ayer en La Albericia a cal y cantó, precisamente, para no dar una sola pista de lo que le da vueltas en la cabeza. Aún así, todo hace indicar que su pizarra vuelve a darse una vuelta. Su equipo lleva cuatro jornadas disputadas y aún no ha convencido a nadie y, al parecer, a él tampoco. No domina los partidos, no es protagonista y esa prioridad de jugar en campo contrario no se ha conseguido del todo. Bien es cierto que sigue invicto, pero se ha dejado por el camino cuatro puntos ante dos equipos recién ascendidos y con estructura de Tercera División, algo que con el nuevo formato que acumula la puntuación para la siguiente ronda es todo un lastre. Así las cosas, el entrenador racinguista podría utilizar mañana el tercer sistema en cinco partidos y, por supuesto, con varios cambios de jugadores.

En esos cuatro partidos han participado 21 futbolistas, tan solo están pendientes de debutar Lucas Díaz -el portero suplente, que puede entrar en una lógica- y Patrick Soko, que fue el último en llegar y que es muy probable que lo haga mañana en El Sardinero ante el Barakaldo. Vueltas, ensayos, pruebas... La falta de efectivos y la llegada muy tarde de algunos de los futbolistas al equipo son las dos justificaciones que el cuerpo técnico han utilizado para comprender el rendimiento intermitente y difuso del Racing.

De esta manera, siguiendo el formato ensayo-error, Rozada planea para mañana -al menos lo ha trabajado- mantener la defensa de cuatro y colocar a un 'stopper' -como ahora le llaman los nuevos gurús del fútbol-, algo así como un pivote defensivo que ayude al central y reste el fútbol del rival. Para ese rol, fundamentalmente ha pensado en Íñigo Saiz-Maza y, en un segundo plan, en Alberto Villapalos. Si se confirma esta puesta en escena -la tercera en cinco partidos, valga la insistencia- saldrían damnificados Nana, que después de su triste partido en Laredo perdería peso específico, y nuevamente Martín Solar, que no acaba de convencer a Rozada. Hasta ahí, el equipo, en esta nueva propuesta, se dedicaría a defender prioritariamente y la creatividad y la ofensividad recaería en la línea de cuatro que se ubicaría por detrás del delantero.

Esta línea reabre el debate, ¿dónde y cómo jugaría Pablo Torre? Rozada fue muy explícito tras el partido en San Lorenzo: «Torre jugará donde yo le ponga». Sin embargo la posición en el campo del joven valor de la cantera es uno de sus quebraderos de cabeza y, en parte, es la condición de que el asturiano vuelva a pensar en cambiar el dibujo. El 4-4-2 que desplegó el Racing en Laredo con Torre pegado a una banda muy alejado de la portería le ha hecho recapacitar. Fue un tiro en el pie en toda regla. De la misma manera, apagó la verticalidad de Álvaro Bustos, el otro puñal que tiene la plantilla y que pasó casi desapercibido en la banda derecha -el asturiano es zurdo-. Por si fuera poco, Rozada debió pensar lo mismo que todo aquel que vio el partido: es un lujo que Álvaro Cejudo siga en el banquillo. Con todas esas claves y la necesidad de ganar y convencer, mañana el Barakaldo puede ver a un Racing renovado tácticamente.

Para atrás no se mira

Lo que está claro es que el equipo no regresará al juego con tres centrales y dos carrileros, entre otras cosas porque a día de hoy la lesión de Jordi Figueras condiciona la decisión, aunque Villapalos podría ocupar el puesto del tercer central. Pese a que con este dibujo se empató ante el Portugalete (1-1) y se ganó al Athletic de Bilbao (0-1) y al Alavés B (3-3), ni a Rozada le convence ni tampoco a los propios futbolistas, que han manifestado su preferencia por un sistema más clásico en donde los laterales cumplan su función y desaparezcan los carrileros. A esa circunstancia se suma el deseo explícito de jugar con dos delanteros puros, por lo que el equipo va encaminado a dar un pasó más.

¿Qué trata Rozada con este nuevo planteamiento? En primer lugar, colocar a Pablo Torre en el sitio donde realmente es diferente. En segundo, lograr que los dos hombres de banda sean verticales, como manifestó en varias ocasiones que era su deseo. Álvaro Bustos recuperaría su puesto en la izquierda, con Joan Maynau cubriéndole la espalda, lo que no le obligaría a jugar condicionado como cuando ejerció de carrilero. Y en tercer lugar, dar entrada a Álvaro Cejudo, que podría jugar de segundo delantero donde el cordobés también es peligroso. Falta saber si la banda derecha la ocupará Patrick Soko, pura verticalidad pero al que puede faltarle rodaje para ser titular. En la cabeza de Rozada ronda la idea de echar a la banda al propio Cejudo y así dar entrada a otro delantero puro, o bien Balboa o bien Jon Ander, que acompañarían a Cedric, el 'nueve'.

La búsqueda de esa tecla que haga funcionar el engranaje de un equipo que está obligado a dominar y a demostrar cada semana va dejando por el camino algunos damnificados. Alberto Mantilla, Martín Solar y Javi Siverio no acaban de encontrar su hueco en ninguna de las propuestas que maneja el míster. Los tres han pasado inadvertidos en los cuatro partidos disputados, de hecho al primero de todos le pasó factura su actuación ante el Portugalete, contra el que fue titular.

Lo mismo que ellos se van quedando fuera futbolistas como Ismael Benktib, que de una pretemporada muy ilusionante ha pasado al ostracismo, o Jon Ander, a quien el racinguismo espera impaciente. Entre dos aguas camina Alberto Villapalos, llamado a ser importante y cuyo bagaje es mínimo. Ahora puede ser Nana el que salga damnificado de los últimos cambios. Rozada escudriña la plantilla y por el momento casi va a cambio por semana.

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