A vueltas con el lateral izquierdo

Su único recambio natural es otro canterano, Mario, pero José Alberto solo se ha decidido por el santanderino en dos ocasiones. En Tenerife, donde fue titular (el Racing cayó 2-0), y otra en Madrid, ante el Alcorcón (los cántabros cayeron 3-1). Allí disputó diez minutos. El técnico asturiano incluso se decantó por utilizar a Dani Fernández a pierna cambiada y ubicarlo en el carril zurdo en el partido ante el Valladolid para suplir otra ausencia de Saúl. Algo que el técnico ensayó durante aquella semana y que parece que no tiene intención de repetir.

José Alberto ayer no dio pistas ni hizo experimentos sorprendentes. El asturiano no enseñó sus cartas. Cara de póquer. En el lateral izquierdo entrenaron Saúl y Mario. Los de siempre. Aún quedan varias sesiones hasta el partido del domingo, pero si mantiene esta tónica durante la semana, en Anduva Mario podría tener de nuevo una oportunidad para demostrar que ha crecido. Otra opción es que el asturiano utilice a Mantilla en el lateral izquierdo y Dani en el derecho, o que el carril zurdo lo ocupe Sangalli, que últimamente se ha convertido en una especie de chico para todo de José Alberto. Lo que es casi seguro es que Lago Junior tendrá una nueva oportunidad en banda izquierda con la baja por lesión de Andrés Martín.

Los ataques rápidos también tuvieron su espacio en el entrenamiento, con la característica de que los jugadores tenían que lanzar a puerta muy rápido, antes de que el entrenador contase cuatro segundos. Luego jugadas combinativas. «¡Hay que ser contundente, que eso es un gol, hostia!», gritaba el asturiano en El Sardinero. Uno de sus jugadores había perdido la concentración durante un segundo, perdió el balón y había generado una situación peligrosa. El técnico no dejaba pasar una. Y es que una de las mayores preocupaciones del equipo es no encajar. Recuperar esa solidez defensiva que se había convertido en su talón de Aquiles un puñado de jornadas atrás. Ahora parece que el equipo ha encontrado de nuevo el camino, y una prueba de ello es la casi nula cantidad de ocasiones que les generó el Villarreal B el pasado fin de semana. Lo que ha cambiado lo confesó ayer Ezkieta: «Bloque bajo», decía el meta. Lo que significa cerrarse atrás y salir al contraataque. Y ahí se sienten cómodos, como se encargó de explicar el portero en la rueda de prensa posterior al entrenamiento.

Defender es un trabajo de todo el equipo, pero si el muro que se forma en torno a la portería del navarro es de una piedra de lo más dura, de esas con puntuación de 10 en la escala de Mohs, mejor que mejor. La presencia de Alves está prácticamente asegurada y la duda reside en quién será su pareja. Frente al Villarreal B, José Alberto tiró de Pol Moreno por la ausencia de Germán, que cumplía ciclo de amarillas. Y el caso es que Moreno no lo hizo nada mal. Es verdad que el catalán no pasó muchos apuros, pero no es menos cierto que el central no goza de mucha continuidad y suele disputar los minutos finales o cubrir alguna suplencia, y pese a ello siempre cumple. No es sencillo mantener el nivel sin un flujo regular de minutos, pero él lo consigue, con lo que la duda estriba en si José Alberto le dará otra oportunidad, ya que además se mantuvo la portería a cero de nuevo después de casi un mes, o si será Germán quien ocupe de nuevo el puesto en el centro de la zaga.

Cuando el equipo trabajó ayer transiciones defensivas, Alves y Pol formaron pareja rotando con Germán y Juan, pero poco después ya en el habitual partidillo en tres cuartos de campo, Alves y Germán fueron la pareja elegida, turnándose durante un breve periodo de tiempo con Mantilla, con lo que, y a expensas de lo que ocurra durante la semana, el andaluz, que es más del gusto de José Alberto, podría ser titular de nuevo en Anduva. Un campo que conocen bien Íñigo Vicente y Lago Junior, que ya pasaron por las filas del Mirandés temporadas atrás. Pequeño y estrecho, hace que las distancias sean un poquito diferentes al resto de campos de la categoría.

Lo que no cambió durante todo el entrenamiento fue el doble pivote. Grenier-Íñigo, por un lado, y Morante-Aldasoro por el otro. Las dos parejas fueron inmutables durante la hora y media que el equipo se ejercitó sobre el campo. Inmutables como los recordatorios de José Alberto, que no se cansaba de repetir: «Líneas de cuatro bien cerraditas», mientras repartía a los jugadores en dos equipos. El azul, con Alves, Germán, Mantilla, que iba turnándose con Jorrín, Mario, Morante, Aldasoro, Íñigo Vicente, Yeray, Pombo y Arana. Y el verde, formado por Juan, Pol Moreno, Saúl, Dani Fernández, Íñigo Sainz-Maza, Grenier, Sangalli, Lago Junior, Peque, que se turnó con Jeremy, y Ekain.

Y puede que inmutable también sea el centro del campo. A pesar de que Íñigo y Aldasoro no entrenaron en pareja ni un solo minuto, no es descartable que el entrenador opte por repetir la dupla en lugar de realizar un 'mix' entre los cuatro jugadores. «Vamos chavales, ritmo, ritmo. Apretamos ahí», gritaba José Alberto en el partidillo 'libre' con que cerraron los minutos finales todos juntos. Poco a poco los jugadores se fueron marchando a la ducha. Todos no. Arana, Yeray, Vicente, Jeremy y Peque, que fue el último en marcharse y hasta se atrevió con una chilena, se quedaron un rato más a practicar definiciones en una portería. En la otra, Grenier y Dani Fernández lanzaban incansables faltas con barrera.