El Aldro elude la trampa del Cisneros

Un San Román con cielo nubladete y bastante poco público en la grada se aprestaba a presenciar el partido entre los suyos y los madrileños. A priori, un compromiso fácil, dada la mala clasificación del 'Colegio' en la tabla. Pronto se vio que el Cisneros, con jugadores con poca presencia física, haría gala de eso que está en su ADN desde hace muchos años: juego a la mano soberbio y velocidad a espuertas. Pero la primera anotación fue local. Tras una falta en la 22 verde, Roldán agarró el balón para avanzar sin freno hasta el ensayo que él mismo pasó para el 7-0.

Pero apenas habían pasado tres minutos cuando el juego a la mano de los azules se plasmó en toda su crudeza. Nogueira aprovechó uno de los pases veloces de los madrileños y se coló como una exhalación para posar bajo palos. Pedro Rodríguez transformaba para el 7-7. Cinco minutos más tarde, Rodríguez transformaba un golpe de castigo para subir el 7-10, la primera –y a la postre única– vez que el Cisneros estuvo por delante en el luminoso.

Dos ensayos –Contardi y Olmedo– transformados por Roldán y un golpe de castigo pasado por el propio apertura verde en apenas siete minutos (24-10) demostraron que si el ataque madrileño era excelso, su defensa era un coladero. Pero ahí, el Aldro Energía Independiente traicionó su esencia. En vez de apretar al máximo en defensa y demoler a partir de ahí el encuentro, se metió en la rueda del Cisneros. Esa que habla de rugby anárquico y ataque sin fín. Y ahí los madrileños no tienen rival. Una soberbia jugada –pase por la espalda incluido– terminó en un ensayo colegial que Montoya transformó en un ensayo de castigo más una tarjeta amarilla a Casteglioni. Y un golpe de castigo transformado por Pedro Rodríguez subía el 24-20. En el minuto 35, en el intercambio de golpes sobre el césped de San Román le tocó anotar un ensayo al Aldro, obra de Palmieri. Y a tres minutos del final de la primera parte, Fernando Silva entraba por el centro de la defensa del Aldro para posar bajo los palos. Rodríguez transformaba para el 29-27 y dejar un marcador más propio de un final de partido que de irse al descanso.

Tras el paso por los vestuarios, el partido parecía que seguía por los mismos derroteros. Primer minuto y primeros puntos, tres a cargo de Roldán con un golpe de castigo. Pero el ritmo frenético de la primera parte pronto se atemperó y mucho en la segunda. El encuentro se volvió más trabado y con bastantes interrupciones. A los diez minutos, los madrileños sacaron una touche en la 22 local y montaron un maul de lo más extraño. Como no avanzaba ni un solo metro Gonzalo Vinuesa, el apertura de los colegiales, se sacó un pase soberbio que cruzó en horizontal muchos metros la 22 verde. El oval llegó a Peraita que galopó sin freno hasta ensayar y lograr la igualada a 32 puntos.

San Román espabiló porque no veía nada claro un encuentro que, a priori, no tenía que haberse complicado tanto. Roldán, con otro golpe de castigo, ponía a los suyos con algo de ventaja (35-32). El partido estuvo en otro maul que montaron los madrileños, este más 'aseado' que el anterior. En una jugada de esas que duran varios minutos, el 'Colegio' se emperró en un ensayo de delantera, en vez de jugar a la mano. Y ahí estuvo su error. El Aldro defendió bien y alejó el peligro para, cuatro minutos después, hacer que la grada respirase de alivio tras un ensayo de Mantero. Roldán transformaba para el 42-32. Con el Cisneros ya rendido, Casteglioni robaba un balón cerca de la 22 colegial para ensayar bajo palos. Roldán certificaba el 49-32 en un partido que estuvo a punto de ser una trampa para el Aldro Energía Independiente, pero del que los verdes escaparon con éxito.