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El esperpento –y ojo que la palabra empieza a quedarse corta– del tema de los campos de rugby en Santander suma una nueva vuelta de tuerca. Esta vez es en forma de versiones radicalmente distintas sobre los residuos que aparecieron en el campo del Complejo Deportivo Ruth Beitia ... y que motivaron que el partido entre el Bathco y el Cisneros que en principio debía jugarse allí el sábado, 5 de octubre, se tuviese que celebrar en San Román un día más tarde. Para el IMD, esos residuos aparecieron el mismo día 5. Mientras, el Bathco se reafirma en que ya estaban allí en su entrenamiento del martes, 1 de octubre.
A través de una nota de prensa para explicar las conclusiones de un informe que encargó al respecto, el Instituto Municipal de Deportes (IMD) dio ayer su versión del asunto. En el campo se efectuaron en la última semana de septiembre trabajos de relleno para adecuarlo a la homologación que exige la Española, pero en ningún caso fueron el motivo para esa aparición de palos, piedras y clavos. «No proceden de los trabajos de mantenimiento y relleno del campo», señala la concejala de Deportes del Ayuntamiento de Santander, María Luisa Sanjuán, concejalía de la que depende el IMD, a lo que añade que no estaban presentes en el campo «hasta la misma jornada del día 5 de octubre».
Para elaborar ese informe, el IMD recabó información de la Federación Cántabra de Rugby, la empresa Cántabra de Turba, el equipo de fútbol americano Cantabria Bisons, el departamento de instalaciones del propio Instituto Municipal de Deporte y al servicio de vigilancia de las instalaciones del Complejo Ruth Beitia. La Cántabra de Rugby ha certificado que en dicho campo no ha habido lesiones que puedan tener origen por el material encontrado el 5 de octubre, ni informes arbitrales sobre el mal estado del campo. Mientras, Cántabra de Turba –que suministró la tierra vegetal que se empleó en el campo para su homologación– emitió un informe en el que desglosó los materiales utilizados, «que en ningún caso tienen similitud alguna con los elementos extraños encontrados el día 5». Los Bisons señalaron al IMD que realizaron sus entrenamientos «con total normalidad», sin ningún percance achacable «a ningún material externo». Por último, la empresa adjudicataria del servicio de conserjería relató que el viernes 4 de octubre hubo entrenamientos de categorías inferiores sin que se registrara queja alguna por el estado del campo. Además, la empresa de encargada del servicio de vigilancia ha afirmado que no se registró incidencia alguna en el campo de rugby ni la tarde/noche del 4 de octubre ni en la mañana del 5 de octubre.
La versión del Bathco es radicalmente opuesta. En un reportaje sobre el estado del campo publicado por este periódico el pasado día 8, el club ya apuntaba a que esos residuos aparecieron en su entrenamiento del martes, día 1. «Adjunto foto y vídeo del campo Ruth Beitia de Santander tomados esta misma tarde. Este es el estado del campo. Las piedras se han recogido mientras se entrenaba solo en un trozo del campo. Sin comentarios». Así reza el texto de un correo electrónico que el presidente del club, Juan Gómez, envió a varios destinatarios –entre ellos el IMD y también la Federación Española de Rugby– ese mismo día 1, a las 20.53 horas. En las fotos que se adjuntan en ese correo electrónico se pueden ver las piedras y en el vídeo, piedras, palos y otros elementos sobre el campo.
Con esta controversia se cierra –aunque en toda esta historia es casi utópico afirmar algo de forma categórica– el periplo del Bathco en el Ruth Beitia, toda vez que el club santanderino ha recibido el 'ok' de la Española para jugar en San Román. Al menos el equipo que juega en la División de Honor y el sub-23. No así los conjuntos de las categorías inferiores y el femenino del Bathco, que deberán seguir jugando y entrenando en el 'prao' del Ruth Beitia. «Es un no definitivo», señalan desde el club santanderino.
Tras recibir el visto bueno de la Federación para jugar en San Román, el Bathco recaba la documentación necesaria para ello, como un seguro de responsabilidad civil, un escrito firmado por los rivales por el que acceden a jugar en San Román y el comunicar por escrito el campo homologado en el que jugarán a partir del 31 de diciembre, cuando empiecen las obras en ese campo. Además, deberán cumplir con la recomendación de ser solidarios con la multa impuesta al Independiente –2.000 euros– por jugar en ese campo no homologado y que se entiende sea la mitad de esa cantidad.
Por otro lado, el Cisneros aún está revisando facturas para calcular el importe de lo que deberá pagar el Bathco al equipo madrileño por ese aplazamiento del día 5. Será la Española la que lo comunique, previsiblemente a finales de esta semana.
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