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Rugby

El día de la crueldad sin límites

Simpkins falla de forma inexplicable una patada frente a palos que hubiese mandado la eliminatoria ante el Ciencias a la prórroga. El Bathco tiene otra posibilidad de ascenso, frente a La Vila

Domingo, 19 de mayo 2019, 19:44

Para los no iniciados en esto del rugby, ahí van unas cuantas analogías. Ese putt en el golf a cinco centímetros del hoyo, ese delantero ... solo a portería vacía en el área pequeña, ese jugador de basket que se encamina en solitario hacia el aro sin defensores cerca... Situaciones de lo más claras para conseguir el objetivo. Y que cuando se malogran, hacen decir al espectador de turno eso de que 'lo más difícil era fallarlo'. Joseph Tangaroa Simpkins, el apertura neozelandés del Bathco Rugby Club, se acordará para siempre de un 19 de mayo de 2019 en Sevilla. Porque cometió uno de esos fallos que se aparecerán en forma de pesadilla el resto de su vida. Ya con el minuto 80 cumplido, Ryan ensaya por el centro para poner el 18-23 en el luminoso. El Bathco llevaba diez minutos sin freno jugando en la 22 del Ciencias. Con ese ensayo y la transformación, la eliminatoria iba a la prórroga –el Ciencias ganó en Santander por siete puntos, 15-22–. Patada a cinco metros frente a los palos. Cualquier apertura mete eso con los ojos cerrados. Y diez mil seguidas si hace falta. Ni siquiera el árbitro, el madrileño Iñaki Muñoz, metía prisa por la transformación. El tee para apoyar el balón que no acaba de llegar y nadie sabe por qué, Simpkins decide patear el solo. Como si fuese un drop –está permitido y muchas veces se hace, para no perder tanto tiempo ante una patada tan sencilla–. El balón que bota en el suelo, el pie derecho que impacta... Y el oval se estrella en el travesaño. Bajo la portería, los jugadores del Ciencias estallan de alegría. Saque de centro y en la siguiente jugada, muere el partido y la eliminatoria. Los sevillanos a División de Honor. El Bathco, a promocionar desde el próximo fin de semana ante los alicantinos de La Vila, penúltimos de la División de Honor y que llevan más de un mes descansando. Una vía que, tradicionalmente, se le da mejor al equipo de la máxima categoría que al de División de Honor B.

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