La decisión de la gran polémica del rugby cántabro

A once días del inicio de la Liga, la tarde del miércoles pintaba como el punto y final a esta historia que desde el principio al Bathco le ha olido mal. A la pregunta de si los dos equipos compartirían San Román, nunca hubo un 'sí' explícito. Ni siquiera la reunión el lunes de la alcaldesa con el presidente de la Española, Alfonso Feijoo, clarificó nada. En la tarde del miércoles se reunieron la concejala de Cultura y Deportes, María Luisa Sanjuán; el director del IMD, Antonio Gómez; José Luis Marquínez, directivo del Aldro Energía Independiente; Iñaki Marquínez, presidente de la Federación Cántabra de Rugby. Y por parte del Bathco la delegación más amplia: Gonzalo Fernández, directivo y abogado del club; Rubén Lumbreras, director deportivo; Elisa Leonardo, la secretaria técnica y Raúl Lombó, directivo y responsable de comunicación.

Del encuentro, los responsables de Bathco salieron bramando. «Lo que han argumentado el Independiente y el Ayuntamiento es que en San Román hay un problema de disponibilidad de horarios, con el propio equipo de rugby y el San Román de fútbol. Independiente ha añadido que los días que quedan libres, los quiere para su equipos de base y femenino», señala Raúl Lombó, que espetó a los dos responsables municipales que quien tiene que tomar una decisión sobre el uso «es el propietario de las instalaciones», en este caso el consistorio. Este periódico intentó conocer, sin éxito, la versión de la concejala Sanjuán. En estos tres meses de culebrón, cuando el Ayuntamiento presentó el proyecto a realizar en San Román, habló de una inversión «para los equipos que militan en la División de Honor». Es a esa frase con la palabra 'equipos' a la que se ha agarrado el Bathco para reclamar lo que por lógica parece más justo. «Nosotros queremos entrenar y jugar donde entrene y juegue el otro equipo de la ciudad. Ni más ni menos», apostilla Lombó.

El club recién ascendido no está «para nada de acuerdo» en seguir jugando en el Ruth Beitia. Un campo que al igual que San Román no cumple con los requisitos para la próxima temporada -materiales, distancias de seguridad a elementos fijos- que establece la Federación Española para la próxima temporada. Pero en otro giro de este embrollo ahora sí se puede jugar con pequeñas modificaciones, al ser un equipo recién ascendido. Hay un plazo de un año para homologarlo, es decir, hasta septiembre de 2020. «Pero, ¿y si nos mantenemos los dos equipos en División de Honor? ¿Qué pasa entonces? En el Ruth Beitia ya no se podría jugar en 2020 ¿Y si Bathco logra la permanencia y el Independiente desciende? ¿Se quedan ellos en San Román o vamos nosotros?», se pregunta Lombó.

El ganador de esta historia es el Aldro Energía Independiente -este periódico intentó ponerse en contacto, de nuevo sin éxito, con José Luis Marquínez, su representante en esa reunión-. Tiene cuatro meses por delante para jugar en su campo de siempre antes de que -supuestamente- empiecen las obras. Y luego tendría que irse al 'exilio' de Peñacastillo. Si las obras arrancan en enero de 2020 y duran lo que en su día anunció el Ayuntamiento, un mes y medio, esa ausencia durará poco. Con ese plazo del 1 de enero de 2020 también se 'columpia' la Federación Española de Rugby, porque no hace muchos días decía a bombo y platillo que para esa fecha las obras tenían que estar terminadas y con San Román ya homologado. Si no, allí no se jugaría al rugby. Una contradicción y un esperpento más de los muchos que han habido en estos tres meses.

Así las cosas, Bathco se ve obligado a seguir jugando en el Ruth Beitia. Ese campo en el que ajustando la distancia entre los palos, ahora sí se puede jugar. Pero en la máxima categoría de su deporte, Las Focas seguirán sin poder cobrar una entrada o tener socios. «Nos han dicho que van a estudiar la opción de cobrar. Pero les hemos argumentado que eso es una ordenanza municipal y debe ser aprobado en pleno. Hablamos de un plazo de meses», apunta Gonzalo Fernández, directivo y abogado del Bathco. Y como a cualquier club, le gustaría lanzar una campaña de socios y tener un dinero extra a once días del comienzo de la Liga.

Los trabajos que ya han comenzado en el campo del complejo tendrán complicado esconder las carencias que presenta para un juego como el rugby. Las lluvias lo suelen machacar con facilidad, pero su gran problema viene del deporte que le rodea. El 'prao' es el lugar donde caen los artefactos de los lanzadores de peso, disco, martillo y jabalina. Y los tres primeros dejan socavones de buen calibre.

Por todo, lo que debería ser una temporada histórica para el rugby cántabro, se ha convertido en un lodazal hediondo. Varios foros de rugby ya tienen hilos específicos para el tema de los campos en Santander. A diez días desde hoy para que arranque la Liga, en lugar de fichajes, es quemas y objetivos, existe una 'bronca' monumental en el rugby cántabro. En el medio, los que se creían eso de los valores del rugby, la amistad, la caballerosidad y el respeto. Y para más inri, hoy hay una asamblea de la Cántabra de rugby, en la que se volverán a ver las caras los dos clubes. Más madera.