El éxito de un proyecto atípico

El equipo lleva en su nombre la historia de una idea que comenzó hace dos años. «Es una conjunción entre el Unión de Rugby Besaya y el Sotileza Rugby Club de Santander», señala Manuel Crespo, entrenador del equipo. «De hecho, el club ni siquiera existe. En la primera temporada se tramitaron las licencias bajo el nombre del UR Besaya y en esta, con el Sotileza Rugby Club». Además, los equipos de base lo integran jugadores de clubes de Camargo y Miengo. «Es un proyecto de unión de clubes para hacer algo mucho más grande». Y en el que se ha pensado en el colectivo. El patrocinio de Gploil lo consiguió Sotileza «y desde el minuto uno dijo que era para esta unión. Se miró el bien común».

El Gploil ha competido esta temporada en la Liga Norte. Y si ya en la categoría a la quiere subir, la División de Honor B, la gran mayoría de equipos son amateur, en esta en la que ha participado no es difícil imaginar el panorama. «Todo el mundo es amateur y todos, de Cantabria. Los más 'exóticos' llevan viviendo en la región 20 años», añade entre risas Crespo. Los entrenamientos, a caballo entre Torrelavega y Santander -el equipo juega sus partidos en el campo del complejo Ruth Beitia, porque el de Torrelavega carece de homologación- también son un quebradero de cabeza en cuanto a encajar con horarios laborales. «Cuesta mucho cuadrarlos. Cuando hay que atender familia, trabajo... Es difícil». Además, el perfil mayoritario de los 32 rugbiers del Gploil Unión Norte es el de «un jugador veterano. Cuando se disolvió el Club de Rugby Santander hubo muchos que lo dejaron. Y en Torrelavega, ocurrió lo mismo tras el parón por la pandemia. Por eso hay mucho veterano en el equipo». Pero Crespo está orgulloso de ellos. «Porque sacrifican mucho por jugar. Y tienen mucho que aportar a los jóvenes». La meta a medio plazo en el Gploil es el de bajar la media de edad de ese equipo. Porque el club cuenta con chavales -más de 200 federados- desde las categorías sub18 a sub8.

Manuel Crespo ha estudiado lo que ha podido a los salmantinos. «Mucha juventud, velocidad atrás... Y un apertura con un manejo del pie abrumador. No es de esta categoría», comenta. Los charros ya cumplen 30 años en esto del rugby. A priori el duelo puede parecer desigual, pero el Gploil Unión Norte hace de la ausencia de presión una de sus opciones. «Para nosotros, esta semifinal ya es un premio para este proyecto. Es una manera de quedarnos a gusto», comenta entre risas. «Es una forma de demostrar que se puede crear un proyecto sin traer gente de fuera». Pero el entrenador también avisa. «Se puede ganar. Nuestro único rival somos nosotros mismos. El día que tenemos bueno podemos ganar a quien haga falta», Hoy, en San Román, un campo que no han pisado nunca, comenzará ese sueño que tendrá su segundo acto en Salamanca y que puede traer como premio el ascenso a un club cántabro que ha demostrado que la unión, hace la fuerza.