El Mazabi Independiente supera el trámite ante el colista

Por su parte, el plantel dirigido por Txema Isasa dio otro paso al frente en su vertiginoso camino hacia el descenso de categoría ante un Independiente que aprovechó la pugna con el colista para dar descanso a sus jugadores más castigados, aún a costa de complicarse la vida durante algunas fases de la segunda mitad. Desde el comienzo, el Chucho Mozimán aplicó las pautas básicas del manual del rugby a aplicar en escenarios de máxima dificultad ante rivales de inferior nivel. Precisamente por eso, ni siquiera el barrizal con el que el Kote Olaizola recibió a los protagonistas fue impedimento para abrir el tanteador en el minuto seis. Para ello fue necesario que los delanteros del equipo verdiblanco tomasen la iniciativa con agresividad en las fases de contacto y una presión constante en la ofensiva desde el eje.

Así, palmo a palmo, se presentó el Independiente en la zona de veintidós hasta hallar una autopista por el lado abierto que aprovechó Luciano Martínez después de que sus compañeros en la línea de tres cuartos estirasen la cuerda con el oval como testigo.

Superada la primera lección del manual, los bisontes se replegaron para ofrecer la iniciativa a su rival con el objetivo de cazar desprevenido al anfitrión. Con el balón en propiedad, el Bera Bera quiso salir de su guarida con patadas a seguir y alguna acción aislada que se vio frenada por la buena colocación de las cortinas del conjunto cántabro. El resto fue esperar al desgaste físico de los chicos de Txemi Isasa con la idea de dar una segunda dentellada al marcador con una jugada que pilló con el paso cambiado al equipo donostiarra.

Quiso mejorar el Bera Bera en el regreso al maltrecho rectángulo de juego del Kote Olaizola, que ya no era verde sino marrón. Omar Castro castigó con dos ensayos tempraneros la monumental pájara de la escuadra santanderina. La entrada de los habituales titulares en el quince verdiblanco sirvió para recuperar el control y sofocar la revuelta del cuadro guipuzcoano.