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Del mal el menos. San Román, que esa la opción preferida por todos, con un lapsus de tiempo. Como irse unos días de casa para librarse de las obras. El embrollo en el que se había convertido el asunto de los campos de rugby para ... los equipos santanderinos de la División de Honor llega a su fin. Según han acordado el Ayuntamiento de Santander y la Federación Española de Rugby, el actual feudo del Aldro Energía Independiente podrá seguir acogiendo partidos de rugby. Eso sí, el 1 de enero de 2020 no habrá más prórrogas que valgan y si no está homologado, allí no se podrá jugar. Por eso, los trabajos que el lunes estudiará la comisión de Economía del consistorio deberán ser raudos a más no poder. Así las cosas, la opción más factible es que el 15 de septiembre, la Liga empiece en ese campo; luego, haya un parón por las obras y posteriormente, se vuelva a jugar allí. Las 'casas' para acoger de forma temporal al rugby de División de Honor podrán ser el campo del Universitario de Peñacastillo -en proceso de homologación- o el del Ruth Beitia. Con unas pequeñas modificaciones, el campo del complejo puede alcanzar la categoría 3, suficiente para que se juegue allí ya que al ser el campo de un recién ascendido -el Bathco- hay un año de plazo para homologarlo al más alto nivel.
El consistorio aprobó el jueves que esa comisión de Economía tratase la inversión -375.000 euros- en San Román con el fin de adaptar estas instalaciones a las exigencias de la Federación Española de Rugby para los equipos -en plural- que militan en la División de Honor de este deporte. El Ayuntamiento se guardaba un as en la manga. Un acuerdo de la propia alcaldesa, Gema Igual, con la Española de rugby contemplaba que se pudiese jugar esta temporada 2019-2020 en San Román a cambio del compromiso municipal de esas obras. Ayer, Igual y el presidente de la Española, Alfonso Feijoo, mantuvieron una conversación telefónica « para corroborar que el compromiso del Ayuntamiento de acometer las obras de adecuación del campo de San Román permitiría iniciar la temporada 2019-2020 en estas instalaciones, bajo ciertas condiciones que garanticen la seguridad mínima del juego», según señalaba el propio Ayuntamiento.
14 de junio Aldro Energía Independiente y Bathco, recién ascendido, piden ayuda. Sus campos no cumplen con los requisitos que pide la Española para esta próxima temporada.
3 de julio La nueva edil de Cultura y Deporte, María Luisa Sanjuán, se reúne con las directivas de los dos clubes y pide un informe del estado de los campos.
25 de julio Se conoce el calendario de la División de Honor. El 15 de septiembre el Aldro juega como local ante la Santboiana. Una semana más tarde, el Bathco recibe al Barça.
31 de julio El campo del Universitario, en el IES Augusto González Linares, en Peñacastillo, empieza a sonar como alternativa para los dos equipos.
21 de agosto La opción 'Peñacastillo' se perfila como la única posible. A priori, cumple con las medidas que se piden.
22 de agosto El Ayuntamiento anuncia una inversión de 375.000 euros en San Román.
23 de agosto Federación y Ayuntamiento corroboran un acuerdo por el que en San Román se pueda jugar a cambio del compromiso de esos trabajos para homologarlo.
Sonaba cuanto menos extraño, dada la claridad expresada por la propia Federación con el fin del plazo -1 de septiembre- para la homologación de todos los campos. «Parece que ese acuerdo va hacia adelante», señalaba ayer a este periódico Alfonso Feijoo. Faltaba hacer en la Española el delicado equilibrio de no saltarse sus propias normas y encontrar -también siempre lo ha expresado así- una solución favorable para todos.
Guillermo García de Polavieja, directivo responsable de Instalaciones en la Federación Española de Rugby, vendrá en los próximos días a Santander para que «junto a la alcaldesa y acompañados por técnicos municipales y de la propia Federación, pueda recorrer las instalaciones, comprobar el alcance de las actuaciones que está previsto llevar a cabo y certificar que, tras su ejecución, se procederá a la homologación para la competición de División de Honor», recalcaba ayer el consistorio santanderino.
A cambio de esa prórroga ya especialísima para San Román hasta el 1 de enero de 2020, el Aldo Energía Independiente se va a llevar una buena multa. Además deberá subsanar las medidas de seguridad más urgentes a juicio de la Federación. La contrapartida será jugar la mayor parte de la temporada en el campo en el que lo ha hecho estas seis campañas en la División de Honor. Y Bathco también se apunta. «Si se soluciona lo de San Román, queremos jugar allí. Hay grada cubierta, puedes cobrar entrada, tener socios...» señalaba ayer su presidente, Juan Gómez. Lo expresado el jueves por el Consistorio, al hablar de «equipos», hace indicar que San Román será la sede de los dos conjuntos cántabros de la División de Honor.
Tras esa comisión de Economía y el posterior pleno, habrá que darse toda la prisa posible para la redacción, licitación y adjudicación de los trabajos. Y lo más pronto posible, acometer unas obras de envergadura. Todo con el objetivo de ampliar el campo y cumplir así con las distancias de seguridad respecto a los elementos fijos, el gran caballo de batalla de la Española. A la vez, hay que levantar todo el césped artificial, ponerlo nuevo y entre él y el suelo, colocar una capa de amortiguación de la que ahora San Román carece, con el objetivo de proteger lo más posible a los rugbiers de los efectos de tantas caídas y placajes.
Mientras duren las obras, los dos equipos cántabros tendrán dos opciones para continuar con la temporada. Una de ellas es la que hasta hace unos días se barajaba como única posible, el campo del Universitario, en Peñacastillo. «Los ingenieros municipales van allí el lunes», afirma Guillermo García de Polavieja. A priori cumple con las medidas que se piden, pero la incomodidad vendrá por una pequeña grada descubierta. La otra opción será el Ruth Beitia. Con unas pequeñas modificaciones para homologarlo -«mover los palos y acotarlo a 90 metros para que tras la zona de marca haya una zona de seguridad», añade García de Polavieja-, será suficiente par alcanzar la categoría 3 -, la que se permite en caso de un ascenso reciente. A cambio de una reciente y generosa grada cubierta, el 'pero' viene de que ahí el Ayuntamiento no permite cobrar entrada. Hasta ahora, el Bathco no ha podido tener ingresos por esa vía. Ni siquiera socios, más allá de lo que aportase algún simpatizante.
Se cierra así -parece que ya de forma definitiva- una crisis que ha estado a punto de emborronar la que será una temporada histórica para el rugby cántabro, con dos equipos en la máxima categoría. San Román apunta a ser la casa más o menos definitiva hasta el gran sueño del rugby cántabro, un campo en exclusiva sólo para el deporte oval.
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