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MARCO G. VIDART y Aser Falagán
Santander
Miércoles, 18 de enero 2023, 10:25
«Le dedico la victoria a mi padre, que me ha enseñado lo que sé».La frase lo dice todo. Para bien y para mal, la carrera de Cristina Bucsa ha orbitado en torno a su padre Ion. Tanto que tras el que por ahora ... es el mayor éxito de su carrera, su pase a la tercera ronda del Abierto de Australia y su salto desde ser una semianónima trabajadora de la raqueta a hacerse un pequeño hueco en la élite, a pie de pista en Melbourne la cántabra dedicaba a su padre Ian no solo un triunfo, sino un salto en su carrera que significa mucho.
Porque Cristina Bucsa prepara ahora un partido muy señalado: el que la enfrentará el viernes (falta por concretar el horario. Si en la madrugada del jueves al viernes o en la mañana del mismo viernes, hora española) a la número uno del mundo, la polaca Iga Swiatek, en la tercera ronda del Abierto de Australia. Por primera vez en su carrera, la torrelaveguense se medirá a la número uno de la WTA en el mismo arranque de 2023 en el que ha pegado el definitivo aldabonazo para abrir la puerta de la élite del tenis mundial. Ahora le espera Swiatek en un partido global, como lo son los de los cabezas de serie de los Grand Slam.
Si superar por primera vez en su carrera la segunda ronda de un grande ya era motivación más que suficiente; por si el pequeño hito que supone seguir adelante en cada ronda en Melbourne, los nuevos puntos WTA y los 153.000 euros que suponía superar otra criba (unidos a los más de 100.000 que le reportó la victoria ante Eva Lys) no lo fueran tampoco, la presencia de Swiatek a la espera de rival se convirtió en un incentivo más ante Bianca Andreescu. Una Bianca Andreescu que pareció tener el partido controlado, pero no era así. La del Besaya tiene un motor diésel.
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ANTONIO GARRIDO
Fiel a la que ya es su costumbre, la cántabra completó un partido en progresión, de menos a más, para ganar en tres sets (2-6, 7-6 y 6-4) a la canadiense, número 42 del mundo y toda una campeona del US Open, entre las mejores raquetas del mundo aunque nunca haya recuperado el extraordinario nivel que ofreció en Nueva York en 2019 para derrotar en la final a Serena Williams.
Bucsa, a quien el mal tiempo hizo esperar, y mucho, para disputar el partido frente a la canadiense, previsto para la madrugada del martes al miércoles (una de la mañana, hora española) y que no arrancó hasta las siete y media de la mañana, ya ha escrito un nuevo renglón en su carrera deportiva al conseguir por primera vez el pase a la tercera ronda de un Grand Slam. Y no solo eso. Desde el lunes es la número 100 del mundo y la semana que viene sumará otros 120 puntos, los correspondientes a las dos rondas superadas. En Australia solo defendía los conseguidos por su clasificación, de modo que saldrá de Melbourne muy reforzada en la clasificación WTA, en la que suma 611 puntos a los que añadirá los australianos.
De paso, ha podido conocer de primera mano una de las pistas más importantes del Melbourne Park.Superar fases tiene esa recompensa y la cántabra debutó en la Kia Arena, una de las pistas principales. Aún no se ha asignado pista para su duelo frente a la polaca, pero el cartel de la líder mundial puede abrirle la puerta de la central a quien ya es la quinta mejor jugadora de España.
Todo tras llegar al Open de Australia desde la ronda previa, como hizo en sus cuatro anteriores participaciones en Grand Slam.Ahora esta más cerca de clasificarse de oficio, si mantiene el nivel de este mes de enero y consigue, además de seguir sumando, retener los puntos de 2022. Una de sus opciones es Wimbledon, el único grande en el que aún no ha participado (el año pasado se quedó en la tercera y última eliminatoria de la previa).
El partido no pudo empezar mejor para la torrelaveguense. Un juego en blanco con su servicio. Pero tras ganar el segundo juego la canadiense, llegó el primer contratiempo. Andreescu conseguía romper el saque a la cántabra para ponerse con 1-2. Algo que volvería a hacer en el quinto juego. Ese primer set fue fácil para la número 42 del mundo y ganadora del Abierto de Estados Unidos en 2019, que se lo anotó por 2-6.
El segundo parcial tampoco comenzó bien para la cántabra. Con su saque, Andreescu se anotaba otro break para el 0-1. Pero ahí llegó la gran reacción de la torrelaveguense. Bucsa devolvía la rotura del servicio para empatar a uno y a partir de ahí se anotó cuatro juegos consecutivos para ponerse con un más que interesante 5-1. Parecía que el set iba a decantarse de forma clara para la cántabra, pero enfrente tenía a toda una ganadora de un torneo de Grand Slam. Andreescu, en el séptimo juego, rompía el saque de la cántabra e iniciaba así una racha que la llevaba a empatar a cinco juegos el marcador.
Bucsa se anotó su saque para asegurarse la muerte súbita y la canadiense hizo lo propio. Con 6-6 se llegó así al desempate. Ahí, la cántabra incluso salvó un punto de partido, con Andreescu 5-6 arriba. Con empate a siete en el marcador, un revés que erró la canadiense y una derecha ganadora de la cántabra dieron el 9-7. Era el empate a un set en el Kia Arena de Melbourne.
La cántabra estaba plena de moral y eso se notó en el arranque del tercer y último parcial. Con Andreescu al saque, la cántabra se mostró muy sólida y llegó a tener hasta un 0-40. La canadiense sumó dos puntos para salvar otras tantas opciones de rotura, pero no pudo con la tercera. Bucsa comenzaba mandando por 1-0. Y la cántabra consolidó ese break ganando su servicio cómodamente en el segundo juego. Pero como el partido iba de rachas, la canadiense remontó e igualó el marcador a dos juegos rompiendo el saque de la cántabra en el tercero y ganando el suyo en el cuarto. De nuevo, llegó otra racha. Break para Bucsa y ganar de nuevo su saque para ponerse con 4-2. En el séptimo juego llegó uno de los momentos de máxima tensión del encuentro, ya que se registraron hasta once iguales en un juego larguísimo y que se anotó la canadiense. Pero eso no hizo mella en Bucsa. La cántabra se anotó muy fácil su servicio en el siguiente juego. El que significaba el 5-3.
La canadiense ganaba su saque y con 5-4, Bucsa se enfrentaba a la posibilidad de hacer historia con su servicio. Pero Andreescu no lo iba a poner fácil. Llegó a tener una bola de break (30-40), pero erró con una derecha para llevar el partido al deuce. Y ahí, otros dos errores de la canadiense, uno con la derecha y el último con el revés, significaban el 6-4 y poner a Cristina Bucsa en órbita. 2-6, 7-6 y 6-4 para derrotar a una rival con galones, acceder por primera vez a la tercera ronda de un Grand Slam y medirse en esa fase a la mejor jugadora del mundo. La polaca Iga Swiatek, que ganó en la segunda ronda a la colombiana Camila Osorio por 6-2 y 6-3. Tras el jugado contra Andreescu, será el gran partido para una torrelaveguense que solo mira hacia arriba en el tenis.
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