Cristina Bucsa se despide de Roland Garros

La cántabra pisaba por primera vez la Philippe Chatrier, la pista central del torneo parisino. Y lo hacía ya a media tarde, tras el largo partido previo y que había deparado el primer gran bombazo del torneo. El brasileño Thiago Seyboth Wild, número 172 mundial, había derrotado en cinco sets (7-6, 6-7, 2-6, 6-3 y 6-4) al ruso Daniil Medvedev, segunda raqueta planetaria solo por detrás de Carlos Alcaraz. Y pronto se vio que en el partido entre Bucsa y Swiatek podía haber un indicio para otra sorpresa. Porque la cántabra estaba mucho más suelta y agresiva que en el único precedente entre ambas, este mismo año en la tercera ronda del Abierto de Australia, donde Swiatek pasó por encima de Bucsa con un 6-0 y 6-1.

Ambas jugadoras conservaron sus saques iniciales y en el tercer juego, llegó el primer break de la cántabra. El viento, bastante molesto a ratos, incomodaba sobre todo a una tenista polaca que no estaba nada a gusto en la pista. Por su parte, Bucsa estaba de lo más tranquila, incluso restando el saque de Swiatek dentro de la pista y con algunos golpes de gran factura.

La número uno mundial devolvió el break y el marcador, con roturas de saque y servicios ganados para cada una, llegó al empate a cuatro. La primera gran clave del partido. Y no pudo estar más igualado. La cántabra pudo ganarlo, con una bola de break con el 30-40, pero la polaca hizo correr a la torrelaveguense y el último golpe de Bucsa se fue a la red. En el deuce, un buen saque de Swiatek en el primer punto y un error de Bucsa en el segundo ponían el 5-4.

En el siguiente juego, con servicio de la cántabra, Bucsa llegó a mandar por 30-0, pero tres puntos seguidos de Swiatek le dieron su primera bola de set. Con 30-40, un buen resto de Swiatek obligó a Bucsa a moverse muy a la derecha, para que un golpe demasiado cruzado se fuese fuera. Era el 6-4, el primer set para Iga Swiatek tras 50 minutos de pelea.

La polaca se fue al vestuario tras la primera manga y al volver, parecía que se había enfundado el traje de número uno mundial. Con mucha más velocidad en su juego, Swiatek empezó a conectar golpes ganadores y a sumar juegos en su casillero. En el quinto, y con 40-0, de los últimos 25 puntos en disputa Swiatek se había llevado 21. Poco pudo hacer Bucsa ante tal vendaval y Swiatek cerró el set por 6-0 y con ello, el partido.