Secciones
Servicios
Destacamos
Cumple como el que más en esto de quedarse en casa para torcerle el brazo, entre todos, al maldito bicho del coronavirus. Y salvo en la última edición de la Volvo Ocean Race, la vuelta al mundo por etapas, cuando tuvo una lesión, no recuerda « ... estar tanto tiempo en casa». Antonio 'Ñeti' Cuervas-Mons (Santander, 1981) es toda una autoridad en esto del confinamiento. En sus ya cuatro vueltas al mundo, se ha pasado nueve meses de navegación en cada una de ellas a bordo de un barco con el espacio más que ajustado y que es lo más parecido a un bólido con velas, y además con pocos días de descanso entre las etapas. Por eso, este confinamiento forzoso en casa es poco más que un entrenamiento. «Se parece a lo de la Volvo, aunque obviamente es menos duro. Aquí me puedo tomar un café cuando quiera».
Con todas las competiciones del mundo paradas -«ahora tenía que estar regateando en el Caribe», reconoce- el proa santanderino se ha puesto en modo regata oceánica. Lo primero, como buen deportista de élite que es, se centra en seguir en una forma excelente. «Tenemos un grupo de rodillo, en el que pedaleamos varios regatistas. Una mañana hemos sido 18», señala. Carrera, marcha... Salidas virtuales con amigos que luego derivan «en una buena charla que ayuda a estar más entretenidos». Luego, un minigimnasio le ayuda a completar su rutina diaria «en el jardincito» de casa, al que ahora le saca un partido enorme.
La palabra rutina es una de las que aparece cuando a Ñeti se le pregunta por cómo se pasa mejor el tiempo confinado. «Es importante seguir una rutina diaria. Tener los mismos horarios». Pero quizá el aspecto que más destaca el santanderino es el de «pensar en lo más inmediato y no a largo plazo». En sus barcos de la Volvo, los turnos de guardia son de cuatro horas. «Y yo pienso de guardia a guardia. En nada más que en la siguiente. En las cuatro horas que descanso, lo que intento es dormir lo más posible. No hay que pensar a largo plazo, en los días que te quedan de etapa, porque eso produce un 'bajón' enorme». Con su rutina de ejercicios, hacer cosas en casa y no pensar más allá del día de hoy, a Ñeti Cuervas-Mons estas más de cinco semanas en casa «se me han pasado volando». En el supuesto, tanto en un barco como en casa, de que el ánimo flojee, es importante que otra persona ayude. «Es imposible, ahora en casa, estar dos meses contento. Si estás de mal rollo, es importante que alguien de la familia -en nuestro caso en el barco, un compañero- tire de ti».
En las Volvos en las que ha participado el proa santanderino, la escena se ha repetido en todas. En alguna etapa, el barco se ha quedado clavado en medio del océano. Sin una gota de viento, eso no funciona. Pero lo que parece el paradigma del aburrimiento a bordo de un barco, y lo más parecido a estos días en los que uno no sabe ya que hacer en casa, no lo es tanto. «En realidad, es una situación muy estresante. Porque sabes, o directamente los ves, que los otros barcos están igual que tú. Así que todo el mundo está trabajando para el momento en el que salte un mínimo de viento y coger ventaja respecto a los rivales». Lo que sí es aburrido es navegar varios días con las mismas condiciones. «Con los vientos alisios, que son un viento constante, el barco navega en línea recta. Y en diez guardias igual apenas haces nada». Por eso, a esas rutinas que recomienda Ñeti añade que también hay que adornarlas. «Hay que intentar hacer alguna cosa diferente cada día. Porque a la larga, si haces todos los días lo mismo, te aburres».
En esos nueve meses que dura la Volvo Ocean Race también son inevitables los roces. Los problemas de convivencia o por toma de decisiones entre un equipo de una decena de personas en un espacio tan pequeño. «Para evitar eso creo que hay dos claves. Orden y disciplina. En el barco, platos sucios, literas desordenadas... Eso puede hacer que haya roces con las personas que deben usarlos luego. A mí me pasa que vivir en un ambiente ordenado me ayuda a estar más tranquilo». Cuando estalla ese roce, «hay que relativizarlo. Pensar que estamos seguros de que todos tenemos el mismo objetivo. Y eso ocurre en el barco y ahora, en casa, cuando todos tenemos ese objetivo de derrotar al coronavirus».
La agenda de Ñeti Cuervas-Mons, desde hace años un asiduo en los barcos favoritos de las principales regatas del mundo, estaba repleta estos meses. «Ahora, en el Caribe. En mayo también tenía varias regatas, lo mismo que en junio. La primera que aún no se ha cancelado es en julio, en Estados Unidos». Pero el deporte en general y la vela en particular han pasado ahora «a un segundo plano». El proa santanderino espera que se pueda volver «pronto» a la normalidad para así regresar a un medio, el mar, en el que casi pasa más tiempo que en tierra. «Pero bueno, es lo que hay y no se puede cambiar».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.