«El control de las emociones es en lo que más podemos mejorar»

-Cuartos y segundos en dos Mundiales casi consecutivos. El balance suena bueno...

-Sí, creo que en los últimos meses en la preparación para el Mundial de Nueva Zelanda -fuimos cuartos- dimos un saltito para arriba en varias cosas, entrenando con nuestros compañeros alemanes. Hay que seguir trabajando para no bajar eso, sino subirlo, seguir en la misma línea y llegar lo mejor posible a los Juegos.

-Esperaban regatear mejor en este pasado Mundial que en el de diciembre por no tener la presión de lograr la plaza olímpica ¿Tanto presionaba eso?

-Yo creo que cuando regateas para un objetivo, al final te sueles mover por ahí si te sale todo más o menos como calculas. El objetivo en Nueva Zelanda era clasificar a España para los Juegos. Siempre intentas hacer el mejor Mundial que puedes, pero tienes ese objetivo y no se puede fallar. Sí que hay un poco de presión que hay que saber gestionar. En Nueva Zelanda el primer día esa presión nos agarrotó un poco, nos hizo no tomar los riesgos necesarios. Aprendimos a partir de ahí que había que tirar para adelante. Fue un gran aprendizaje para nosotros. Y este segundo Mundial sí que pudimos plantearlo para intentar pelear por el podio. Habíamos hablado que ese era el objetivo. Al final, la presión que nos ponemos nosotros mismos es mucha. Y más en un Mundial. Pero sí se afrontó el Mundial de Australia de una forma diferente, por no tener ese punto que había que cumplir en Nueva Zelanda.

-¿Estos resultados quieren decir que ya se han consolidado en la élite?

-Creo que son unos resultados que nos consolidan como uno de los equipos más fuertes de esta clase. Era importante para nosotros hacer estos dos buenos Mundiales, tanto para posicionarnos en la clase de cara a los Juegos en este año olímpico como de cara a la confianza para nosotros.

-¿Y qué les queda por mejorar?

-Yo creo que no hay ningún deporte en el que se pueda conseguir la perfección. Se puede mejorar en todos los puntos, pero en nuestro caso, sobre todo es en la gestión de la cabeza. Creo que estamos en un momento en el que poder controlar nuestras emociones y dirigirlas al sentido que hace falta en cada momento puede ser algo clave para lograr la consistencia que nos haga estar arriba del todo.

-Habla del grupo de entrenamiento con los alemanes como clave para estos buenos resultados ¿Cómo es esa preparación?

-Intentamos hacer una planificación parecida. Hemos estado entrenando dos equipos alemanes y nosotros y la verdad es que nos llevamos muy bien con ellos. Lo pasamos muy bien juntos y eso facilita el meter las horas que hace falta. Al final todos luchamos por el mismo objetivo. Creo que las dos tripulaciones alemanas son fortísimas. Está muy bien poder crecer juntos y tener a alguien que te apriete para que puedas sacar un poquito más de ti.

-¿Cuántos meses lleva fuera de casa?

- (ríe y lo piensa para echar cuentas). Desde que nos fuimos el año pasado a Japón, a principios de julio, estuvimos allí dos meses, y luego un mes en casa. Nos fuimos a Nueva Zelanda, y en diciembre estuvimos quince días en casa. Y desde entonces, todo enero y febrero, no hemos pisado España.

-¿Y cómo se lleva estar poco tiempo con los suyos? ¿ O ya se ha acostumbrado?

-Al final, haces un poco de este mundo de la vela el tuyo. Y los tuyos están siempre contigo. Es la gente con la que viajas y compartes la mayoría del tiempo. Pero también es verdad que tenemos muchos amigos en casa con lo que no podemos compartir todo el tiempo que quisiéramos. Y con la familia igual. Cuando estamos en casa, hacemos todo lo posible para estar con ellos. Y esos momentos se hacen entonces mucho más intensos. Viendo la vida de esa forma, en ese sentido es algo muy bonito.

-Usted y Iago llevan ya más de cinco años como equipo ¿Cómo se ven? ¿ Y cómo ha evolucionado su relación?

-Creo que es súper importante haber pasado tanto tiempo con la persona con la que compites. En el barco las situaciones son de mucho estrés y es difícil controlar las emociones. Conocer a esa persona, saber cómo reacciona bajo presión y lo que necesita en cada momento hace que nos podamos apoyar y nos ayudemos el uno al otro a sacar el máximo rendimiento de cada uno. Y cuanto más navegamos juntos, más vamos consiguiendo eso el uno del otro.

-¿Y en qué ha cambiado el Diego Botín de hoy al de aquel en el Mundial de Santander de 2014?

-Yo creo que la base de hacer las cosas es la misma. Siempre me he guiado por los mismos principios desde que soy pequeño. Pero he aprendido muchas cosas nuevas. El de ahora es un Diego Botín con más experiencia y con todas las bases mucho más afinadas en cuanto a la competición. Personalmente, a medida que te vas haciendo mayor, vas dando importancia a cosas diferentes a las que se la daba cuando tenía 20 años, como en ese Mundial de 2014.

-En Tokio 2020 serán uno de los barcos candidatos a todo ¿ Eso lo convierte en el campeonato más especial hasta ahora ?

-Creo que sí. No nos podemos engañar. Tokio será el campeonato más importante en el que hayamos competido hasta ahora y para el que nos hemos preparado todo este tiempo. Pero también es muy importante ver el camino. Si Tokio 2020 sale mal, no es que todo lo hecho hasta ahora no haya valido para nada. Ni mucho menos. Todo el camino está siendo espectacular y no lo cambiaría por nada. Pero esos Juegos son un campeonato muy importante para nosotros. Vamos a dar todo para rendir al máximo allí. Veremos qué sale.