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El homenaje a Diego Botín, a su compañero, Florian Trittel, y a su entrenador, Álvaro del Arco, que reunió a cientos de personas ante el Club Marítimo de Santander –familiares, socios, regatistas, aficionados y curiosos–, se convirtió en un anticipo del que próximamente le rendirá ... toda la ciudad. Llegaron a bordo del Groucho, el barco que da las salidas a las regatas de la bahía cada semana, que los dejó en las escaleras de la escultura de Los Raqueros, mientras se disparaban 21 salvas en su honor –reservadas a grandes acontecimientos como el día del Carmen o las visitas del Juan Sebastián Elcano–. Desde allí, un pasillo de chavales los guió hasta la tribuna, donde los aguardaban las autoridades: junto a Fernando Pereda, presidente del club, se encontraban la alcaldesa, Gema Igual; la consejera Eva Guillermina Fernández; el presidente del Puerto, César Díaz, y el comodoro del Marítimo, José Luis Gómez Cospedal. Todos les dieron su enhorabuena y expresaron su orgullo por la hazaña deportiva.
Según Diego Botín, su medalla de oro empezó a fraguarse hace mucho tiempo, cuando con seis años empezó a navegar en el Marítimo de Santander, y este viernes se lo explicaba a los regatistas más jóvenes, que no perdían palabra. «El camino ha sido largo. La vela es un deporte que requiere mucha experiencia y nos hemos dado muchos golpes en el camino. Hemos perdido mucho para poder ganar esta medalla de oro y sentíamos que ahora la merecíamos de verdad». «Lo más grande es poder compartir este éxito, poder ayudar a chavales como todos vosotros a que tengáis un camino, porque realmente es posible hacer lo que os propongáis en la vida si ponéis dedicación y esfuerzo».
También Florian Trittel se dirigió a la cantera del club. «Es magnífico ver como vibra Santander con la vela y ver también tantas caras jóvenes que yo creo que es lo que más alegría me da».
Álvaro del Arco se refirió al Marítimo como «una familia», con la que ha «tenido la suerte de compartir en casi todos los aspectos de mi vida como deportista, como técnico y como regatista», y reivindicó la contribución de otro olímpico cántabro, Santiago López-Vázquez, en su triunfo en París.
El presidente, Fernando Pereda, recordó que el club está a punto de cumplir su centenario, «una historia basada en la afición al mar, el esfuerzo y el compromiso de personas que con un infatigable trabajo han hecho posible que siga siendo un referente a nivel mundial en el mundo de la vela». «Gracias por vuestra dedicación, por vuestro entusiasmo y vuestra cercanía que hace que nuestros jóvenes regatistas tengan más ganas de navegar y estén entusiasmados mirándose en vuestros éxitos».
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