Un sencillo colofón del Mundial

Sencillez y un gran protagonismo de los deportistas. Por estos dos factores se caracterizará el domingo el acto de clausura del Mundial. Se celebrará por la tarde, tras las Medal Races, en el entorno de Gamazo, aunque la organización se quiere guardar alguna sorpresa y no ha adelantado el lugar exacto en el que tendrá lugar.

En este caso, la ceremonia seguirá las indicaciones de la ISAF para un cierre de campeonato y, a diferencia de lo que ocurrió en el acto inaugural, apenas añadirá propuestas adicionales. Tras el gran éxito de la convocatoria de Las Llamas, ya desde un primer momento se pretendía mostrar en la clausura un perfil más bajo y con mayor protagonismo de los deportistas. Y es que si bien los regatistas tuvieron ya una actuación muy destacada la semana pasada en una ceremonia inaugural, en la que no faltó el habitual desfile de las delegaciones, en esta ocasión la ceremonia tendrá la faceta deportiva como su auténtico eje. Así, la imposición de medallas y la entrega del relevo concitarán el domingo toda la atención.

Lo que aún no está confirmado es si el podio se colocará en el mismo lugar que en la prueba test del año pasado. Desde entonces el entorno de Gamazo ha cambiado notablemente, y si aquella vez estuvo instalado donde ahora ondean las banderas de las más de ochenta delegaciones participantes, ahora existen más alternativas, aunque en cualquier caso en la misma zona.

En definitiva, será una ceremonia puramente deportiva, sin apenas añadidos, en la que se dará el relevo a la que será la sede del próximo Mundial, y que se encontrará el listón muy alto después del importante despliegue y complicidad popular que se ha vivido Santander.

Se entregará el testigo en forma de bandera a la ciudad danesa de Aarhus, que tomará el relevo para organizar la quinta edición de los Campeonatos del Mundo de Vela Ligera, que hasta el cambio de siglo no se disputaban nunca de forma conjunta y simultánea en la misma sede, sino de modo separado para cada clase.

De nuevo, todos los interesados en seguir la ceremonia podrán hacerlo de forma completamente gratuita y con el único condicionante del aforo y la disponibilidad de espacio para un público que se espera de nuevo muy numeroso, pero sin llegar en ningún caso a las decena de miles de personas que se congregaron el jueves pasado en la inauguración, que desbordaron incluso las previsiones más optimistas.

Para conocer más detalles del guión habrá que esperar todavía unos días. Las últimas incógnitas no se despejarán hasta el mismo domingo. Eso espera al menos una organización que en buena lógica quiere reservarse las escasas sorpresas previstas como bazas con las que llamar la atención del público que se reúna en San Martín, Gamazo y Castelar. A juzgar por el constante flujo de santanderinos que pasean a diario por las casetas, la duna de Zaera y todo el entorno del Mundial, habrá mucho público.