Borrar
De recogida. Gamazo se llenó ayer de regatistas haciendo el ‘equipaje’.
Una retirada a medias

Una retirada a medias

Los regatistas van despidiéndose de la ciudad, pero algunos se toman unos días libres

Álvaro Machín

Sábado, 20 de septiembre 2014, 08:25

La chica de Serbia llevaba en el brazo el sello de una discoteca y la acreditación colgada del bolsillo del pantalón vaquero. «Hay una fiesta para los regatistas». A eso de la una, Cañadío estaba lleno. Un jueves de finales de septiembre. La mayoría no había salido por la ciudad hasta tan tarde se notaba porque preguntaban a todo el mundo por los bares a los que ir, pero es que muchos ya están de vacaciones. Los deportistas comienzan su retirada de Santander. Será el fin de semana de las despedidas. De forma progresiva. En Gamazo ya se nota. Toca recoger. Pero es una despedida a medias para algunos. «No tengo pasaje hasta el próximo miércoles», comentaba una regatista sudamericana. Una semana de propina en la ciudad, ya sin barco.

Porque ella competía en Láser con una embarcación alquilada que está de nuevo en manos de su propietaria. Los láser fueron los primeros en terminar. Entre chicos y chicas, más de 250 competidores ya libres desde el miércoles por la tarde. Y ayer les tocó a las tablas. Otros 160 más. Entre hoy y mañana irán despidiéndose el resto de clases que han competido a lo largo de estos días en Santander.

Toca recoger

En la explanada del CEAR y en los alrededores de la Duna es donde más se notaba la atmósfera del adiós. Botes desmontados, neumáticas encajándose en los remolques, contenedores cerrando sus puertas y espacios libres donde antes no cabía un alfiler. Entre los que han viajado por carretera, más bajas. Ellos pueden marcharse nada más terminar su participación, aunque casi todos optan por tomarse un día antes de dejar la ciudad. Una jornada libre después de la concentración. El problema viene para los de más lejos. Disponibilidad de vuelos teniendo en cuenta que las fechas podían quedar abiertas.

La organización estima que para la ceremonia de clausura del domingo quedarán únicamente unos doscientos participantes. Las otras cuentas son las de los negocios de la ciudad (principalmente, la hostelería). La noche del jueves se notó en cuanto a clientes extranjeros. El día en que el Mundial se ha hecho más visible en lo que a la noche se refiere. La estampa de Cañadío era llamativa y los regatistas, más que reconocibles. Algunos, de hecho, llevaban incluso la ropa oficial de sus equipos nacionales. Otros vestían de forma más discreta y alguno, incluso, prefirió pasear descalzo por la plaza, como recién salido del agua.

Y, con ellos, una nube de voluntarios. Especialmente, los más jóvenes, con ganas de enseñar la ciudad y despedirse de quienes han sido sus acompañantes en Gamazo durante el último mes. Chicos y chicas de Santander mezclados con la torre de Babel.

«Yo me quiero quedar a vivir en Santander», comentaba una de las participantes que más tiempo ha estado en la ciudad entre concentraciones y competición. Lo hacía, además, en español. Una de las cosas que ha aprendido este año. Algo que se llevará hasta Serbia.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Una retirada a medias