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Como estaba previsto, las tripulaciones de dos regatistas del equipo olímpico de vela se echaron este viernes al agua por primera vez desde el final de la pandemia. Desde la reapertura del CEAR de vela ya habían trabajado en diversas facetas y ... ahora, ya en plena fase 2, se puede entrenar con moderada normalidad. Durante el confinamiento los deportistas se tuvieron que dedicar en exclusiva al trabajo táctico y al mantenimiento físico, pero ahora ya pueden retomar sus rutinas.
Ya con buena parte de los olímpicos reincorporados en Santander (los primeros en hacerlo fueron, con la reapertura del centro de alto rendimiento, los de las clases individuales), ahora el objetivo es afrontar una nueva temporada preolímpica, una vez los Juegos de Tokio, en los que varias clases optaban a medalla, se han aplazado a 2021. Y es que este fin de semana se incorporará el resto del equipo olímpico español al CEAR de Santander tras casi dos meses y medio sin poder entrenar juntos por la pandemia de covid.
El barcelonés Florian Trittel, que forma tripulación junto a la canaria Tara Pacheco, señalaba este viernes que el equipo está «muy comprometido» y con un claro objetivo: «Conseguir el oro en Tokio». El pasado día 23 cumplió 26 años y Tokio será su debut olímpico. Hace poco más de un año y medio, un amigo en común le explicó a Trittel que Tara Pacheco se había quedado sin compañero en Nacra 17 para participar en los Juegos de Tokio previstos para 2020 y se pusieron en contacto.
«Normalmente los equipos tienen cuatro años de margen para preparar unos Juegos. Nosotros teníamos solo un año y medio para prepararnos y una selección para clasificar primero al país y luego como equipo complicada», confiesa el regatista. El dúo mixto consiguió un quinto puesto en Nueva Zelanda, logrando clasificar a España y, en el Mundial de Australia en febrero se clasificó como equipo para los Juegos. Ahí llegaría el aplazamiento de los Juegos al 2021 y esto les dio un respiro porque esta situación, explicó, «nos permitirá seguir trabajando para marcar la diferencia en Tokio».
«Teníamos una curva de aprendizaje muy empinada y este parón nos conviene más que a otros equipos. Exprimir nuestras fortalezas individuales nos ha permitido clasificarnos en tan solo un año, pero tenemos un gran reto por delante», afirmó.
Estar en los Juegos Olímpicos era un objetivo que Trittel perseguía desde que se anunció que una de sus grandes pasiones, el kitesurf -surf con cometa- sería olímpico en Río 2016. Así que con solo 18 años se trasladó a Tarifa (Cádiz) con 18 años para combinar los estudios (Administración y dirección de empresas)
«Tras los Juegos de Londres se decidió que el kitesurf sustituyera al windsurf en los Juegos de Río, así que mi intención era combinar los estudios con la preparación olímpica en Kite», recuerda.
Pero el kitesurf no fue olímpico en Río 2016 y tampoco lo será Tokio. El regatista volvió a Barcelona y creo Flying Sardine, una empresa que produce foils (alerones) de Kite y que quiere convertir en proveedora oficial de estas piezas en los Juegos de París 2024, cuando por primera vez esta clase se convertirá en deporte olímpico.
El hydrofoil kite será olímpico, pero lo será categoría mixta. Es decir, que se puntuará conjuntamente. «Es una opción preparar una campaña olímpica para competir. De hecho estamos hablando con Gisela Pulido, así que no lo descarto», señala Trittel.
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