«No es la vuelta al mundo que hicimos, pero estamos contentos de estar aquí»

La Ocean Race tiene dos flotas. Por un lado, cinco barcos de la clase Imoca que sí harán una vuelta al mundo al uso. Por otro, seis barcos de la clase VO65, los monocascos de la antigua Volvo, que harán solo tres etapas. Esta primera entre Alicante y Cabo Verde. Y las dos últimas, entre Aarhus y La Haya y La Haya y Génova. «Para nosotros no es una vuelta al mundo, obviamente. Pero será divertido», señala 'Ñeti', que en el Windwhisper hará labores de jefe de guardia, además de ser ocasionalmente proa. Además, al ser tan solo tres regatas, «podemos estar en otros muchos más proyectos». En la agenda del santanderino apenas hay un día libre. «He estado en Santander tres días después de venir de la Sydney-Hobart. Y luego, aquí, a Alicante». Esta primera regata se espera que dure una semana y 'Ñeti' prevé que sea «bonita, porque sales del Mediterráneo, habrá alisios, islas...». En las dos últimas, dentro de varios meses, «hay muchos estrechos». Tras ganar la regata 'in-port' de Alicante, el Windwhisper está con la moral alta. «Y es que no nos gusta perder ni a las canicas», añade entre risas. «Pero es una flota súper competitiva».

El hecho de estar -las más de las veces con su amigo 'Ñeti'- en los barcos ganadores de regatas muy prestigiosas ha hecho que a Pablo Arrarte le haya llegado la gran oportunidad. Por primera vez en su vida, será el patrón de un barco. «Es mucha responsabilidad», admite, además por el hecho de que la normativa de la regata establece que en la tripulación tiene que haber cuatro menores de 30 años. «Y eso implica no solo que el barco vaya rápido, sino también gestionar la parte humana».

El patrón del Windwhisper confía en que durante esta primera etapa «vamos a mejorar mucho como equipo», en un deporte en el que «nunca se deja de aprender». En esta Ocean Race distinta y que permitirá compatibilizarla «con otras cosas», a Arrarte le queda el pesar de que no haya ningún equipo español. «Covid, guerras... Esto no ayuda a los patrocinadores. Pero es lo que hay», señala resignado. Y no oculta sus intenciones en su primera prueba al frente de un equipo. «Tenemos barco, herramientas, tripulación... Vamos a ganar», añade tras ese comienzo hace una semana que «llenó de moral» al barco. Aunque los otros cinco equipos tienen las mismas intenciones. La resolución, el 1 de julio en Génova en una extraña y reducida vuelta al mundo pero en la que no faltan dos cántabros que están entre los mejores regatistas del planeta.