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Marco G. Vidart
Santander
Domingo, 12 de enero 2025, 13:44
En la web de la Española de Voleibol, en el palmarés de la Copa del Príncipe hay un pequeño error. En 2024 pone que gana el Leganés. No. No fue así. Debería poner Textil / Matilde de la Torre. Un equipo y un pabellón lleno que aupó a los suyos al título. Salvo ese pequeño lapsus, el repaso al palmarés de la competición dice que el Textil Santanderina es el rey de la Copa del Príncipe. Tres. Más que nadie. Desde poco antes de las dos de la tarde de este domingo, un tercer trofeo ya está en poder de los de Cabezón de la Sal. Y los tres conseguidos en apenas cuatro años (2022, 2024 y 2025). Los príncipes del voleibol español son de Cabezón.
El Municipal de San Sadurniño cerraba la Copa 2025 con el mismo partido que la empezó. Textil ante Roquetes. Los tarraconenses, ya entrada la madrugada, habían apartado al Leganés (2-3) de la posible revancha de 2024 en aquel 'día de los locos' en el Matilde de la Torre. Hazaña notable para un equipo que debutaba en la Copa y plagado de 'criucos' –hasta seis de los jugadores de su plantilla son menores de edad–. En el partido de la primera fase el Textil ganó 3-0. aunque apurado en el primer y último parcial. Faltaba por ver cómo recuperaba el Roquetes el esfuerzo de jugar una final con tan pocas horas de descanso.
El Textil tenía una sorpresa para el Roquetes. En la semi ante el Barça ya habían venido, y repetían presencia. Unos 200 acólitos del Templo del Norte convertían el Municipal de 'Sansa' en una suerte de pequeño Matilde de la Torre. Punto extra antes de arrancar. Y desde el inicio, el Textil Santanderina demostró tener interiorizada una frase mucho más que interesante en el deporte. 'Las finales no se juegan, se ganan'. Los de Cabezón salieron enchufadísimos. Unas fintas de Roldán, un remate de Martín, otro de Fran Calzón... Una falta del Roquetes ponía el 14-7. Tiempo muerto que pedía Eduardo Rodríguez, el técnico del Roquetes.
La interrupción le sirvió de algo a los catalanes. Se acercaron a tres puntos (15-12) y el Textil acertó a parar el conato de reacción con otro tiempo muerto. Pero la inercia de los de Cabezón era grande. Otro arreón y el marcador se puso en 21-14. Eso sonaba a demasiada ventaja. Con 24-16, nada menos que ocho bolas de set para el Textil. Un bloqueo de Cristian Cimiano hizo buena la primera. Era el 1-0.
En el Textil brillaba demasiada gente. Ruda, Martín, Roldán, Yoel Moreno... Y aunque el Roquetes acertó a sujetar algo a los cántabros al inicio del segundo set, poco a poco el Textil se fue escapando. Con 11-7, otro tiempo muerto. Tras el 13-8, al Roquetes se le empezó a abrir la tierra bajo los pies. Los catalanes protestaron a los árbitros, que habían considerado que el Roquetes había dado cuatro toques. Y las protestas se saldaron con dos rojas. Otros dos puntos para el Textil para el 15-8. Eso, más una ristra de fallos de los catalanes al saque en el último tramo del parcial –erraron tres consecutivos– hicieron que la situación del primer set se repitiese. 24-16. Otras ocho bolas de set. El pequeño Matilde de la Torre atronaba con el mantra de esas situaciones. 'Últimooo, últimoooo...». Y al igual que en el acto inicial, solo una hizo falta. Un remate del Textil no lo pudo controlar Iurisevich. 25-16. La Copa del Príncipe empezaba a decir desde la distancia a las dos que reposaban en las vitrinas del Textil en Cabezón que le fuesen haciendo hueco. Que salvo hecatombe, iba a hacerles compañía.
Al Roquetes no le quedaba otra que no fuese dejar todo lo que tuviese dentro. Y la tropa de jóvenes tarraconenses se ganó el respeto y la consideración de equipo a tener en cuenta para el futuro. En el tercer parcial sí acertaron a sujetar más a un Textil Santanderina que ya olía a campeón. Incluso cuando un bloqueo brutal de los cántabros ponía el 11-8 y obligaba a un tiempo muerto catalán. Pero el marcador siguió parejo hasta el empate a 17.
De facto, la final terminó ahí. A un remate de Calzón le siguió un bloqueo de Vizcaíno. Desde ahí, se agigantó aún más la figura de Luis Martín y sus zurdazos sin freno. Con 24-18 eran seis bolas de título. Un remate del Textil se estrelló en el bloqueo del Roquetes y el balón se fue fuera. A partir de ahí, abrazos, lágrimas, saltos, saludos al público... Fran Calzón, el ya casi eterno capitán cabezonense, señalaba cuando se ganó la primera, en 2022, que no sabía muy bien cómo levantar una Copa. Este domingo meció el trofeo varias veces ante sus compañeros antes de levantarlo al cielo de San Sadurniño. Es lo que tiene la práctica. La que tiene el Textil en esta competición y que le ha convertido ya en el rey de la Copa del Príncipe.
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