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FERNANDO J. PÉREZ
Martes, 10 de diciembre 2019, 20:06
«A la tercera tiene que ser la vencida». Con éste ánimo afronta Alex Txikon su nuevo intento de escalar el Everest en pleno invierno sin la ayuda de oxígeno artificial, algo que nadie ha hecho todavía y él ha intentado ya dos veces ... . El Techo del Mundo será la guinda a un ambicioso proyecto que llevará al alpinista de Lemoa en los próximos tres meses primero a la Antártida y luego al Himalaya, donde escalará el Ama Dablam (6.812 m) como aclimatación para intentar luego el Everest (8.848 m) y que este lunes presentó en la sede de Bilbotruck en Bedia, en el marco de la exposición que tiene allí instalada con equipamiento suyo y materiales recogidos por él en sus viajes y por la expedición Bizkaia Medio Ambiente Everest de 1997.
La primera fase de la expedición, el viaje a la Antártida, comienza esta misma semana. El equipo partirá por vía aérea hacia las Malvinas, donde comienza la aventura. Allí les espera un barco en el que se desplazarán hasta el continente antártico en una travesía de casi 700 millas por las temidas aguas del Cabo de Hornos que durará entre dos y tres días –«depende de cómo esté la mar», matiza Alex-. El destino es la conocida como Península Antártica, un brazo de tierra de más de 1.000 kilómetros de longitud que se desgaja del continente helado hacia el norte.
El plan de Alex Txikon y el alpinista vizcaíno Juanra Madariaga, su compañero de cordada en esta primera parte del periplo, es fundamentalmente de exploración. «Vamos a estar en un territorio casi virgen, muy poco explorado. Llevamos algunos mapas y referencias de otras expediciones, pero lo primero que haremos será explorar la zona, ver las montañas que hay allí», explica el ochomilista bilbaíno. «Luego decidiremos qué hacer, aunque la idea es escalar alguna cima virgen y abrir alguna vía bonita en otras cumbres que ya han sido subidas. También llevamos esquís para intentar algún descenso extremo», añade.
Para principios de año, el equipo estará de vuelta en casa, aunque Txikon tendrá poco tiempo para descansar. El avión que le trae de Sudamérica aterrizará en Loiu el 7 de enero y el que parte hacia Nepal lo hace el día 9. Será el inicio de la segunda parte de la expedición, que le llevará a intentar por tercera vez el Everest en pleno invierno. Aunque esta vez con una importante novedad: la ascensión al Ama Dablam un 'casi sietemil' considerada por muchos como la montaña más bonita del mundo y que le servirá de aclimatación para el Techo del Mundo.
Esta plan es una de las principales consecuencias de las enseñanzas aprendidas por Alex en sus anterior expediciones invernales. «En el invierno de 2018, en el segundo intento al Everest, hicimos el cercano Pumori y confirmamos lo que ya imaginábamos, que es la mejor forma de aclimatar para intentar el Everest en invierno», explica. «En primer lugar minimizas el desgaste y en segundo reduces al mínimo las veces que hay que pasar por la Cascada de Hielo camino del campo 1, sin duda, el punto más peligroso de toda la ascensión», concluye.
El asalto a la cima al Ama Dablam está previsto para mediados de enero. Logrado o no, a primeros de febrero Txikon y sus compañeros estarán ya en la morrena del glaciar de Khumbu, donde se asienta el campo base del Everest, para un intento que confía que sea el definitivo. «A la tercera tiene que ser la vencida» dijo este martes Txikon. Creo sinceramente que con o todo lo que hemos aprendido en las expediciones invernales de estos últimos años solo necesitamos un poco de suerte con la meteorología para que esta vez sea la definitiva», confesó.
Para esta tercera intentona, el equipo de Alex estará formado por seis escaladores, repartidos a partes iguales entre occidentales y sherpas. Además de él, desde España viajan el manchego Oscar Cardo, que cuenta en su haber con el Cho Oyu y el Everest, y el vizcaíno Jonatan García, que ha ascendido el Annapurna y el Manaslu. Los tres sherpas son Chhiji Nurbu, Pechhumbe y Tengen, que suman nada menos que 30 ochomiles. Especial mención merece Pechhumbe Sherpa, que a sus 39 años ha ascendido nada menos que 18 ochomiles, entre ellos cinco veces el Everest, tres el Makalu y otras tres el Annapurna.
La expedición comienza mañana mismo con la partida de un vehículo desde Bedia, hacia Katmandú. Serán casi 13.000 kilómetros y 25 días de viaje por una decena de países de Europa, Oriente próximo y Asia con una parada muy especial en Pakistán. El todoterreno no solo va cargado con todo el material de la expedición para afrontar la escalada al Ama Dablam y el Everest. Lleva también un preciado tesoro en forma de ayuda para el pueblo de Askole, el último lugar habitado antes de entrar en el Karakorum a través del Baltoro.
Serán cocinas solares y bombillas alimentadas por pequeños paneles solares, desarrolladas por la Universidad Mondragón y donadas por el EVE y la fundación Eki. Es la primera fase de un plan más ambicioso de ayuda a esta pequeña comunidad baltistaní, que no ha logrado beneficiarse del desarrollo turístico del Baltoro y la decenas de trekkings y expediciones que pasan por allí cada verano.
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