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Así se escala una vía de 1.200 metros: una pared inédita con los hermanos Pou en Perú

Eneko e Iker Pou fueron los primeros en escalar la pared noroeste del pico Ranrapalca (6.162 m) a finales del pasado mes de agosto. A través de sus notas, fotografías y su experiencia reconstruimos los detalles de una de las especialidades más llamativas y espectaculares del alpinismo

Lunes, 13 de noviembre 2023, 14:09

Eneko e Iker, los hermanos Pou, coronaron su primer 'tresmil', el Taillón, con ocho y cinco años, respectivamente. Con 18 y 15 ya tenían el Mont Blanc. Hoy son una de las cordadas más reconocidas a nivel internacional y acaban de recibir su quinta nominación al Piolet de Oro, lo que vienen siendo los Oscar del alpinismo, por la ruta 'One Push' que llevaron a cabo junto al peruano Micher Quito en el Pumahuacanca (5.563 metros) en la Cordillera Blanca de los Andes.

De forma más reciente y en esa misma cordillera, que los Pou conocen bien, y junto al mismo escalador local, los hermanos vitorianos han sido los primeros en escalar la pared noroeste del pico Ranrapalca (6.162 m). La ascensión, realizada entre el 29 y el 30 de agosto de este año, es un hito en su carrera porque han sido capaces de subir una pared que nadie antes había remontado y por hacerlo con un planteamiento ligero, cargando el material justo, el mismo que emplean decenas de cordadas que escalan cada fin de semana en los Pirineos o en los Picos de Europa; pero en un lugar muy remoto y con una altitud considerable.

De izquierda a derecha: Eneko Pou, Micher Quito e Iker Pou en la cima del Ranrapalca. Foto: Hermanos Pou

¿Cómo se escala una pared de 1.200 metros que nadie ha escalado antes, con la dificultad que ello implica a la hora de decidir el material, los puntos de avance y descanso y las complicaciones que pueden surgir en la escalada?

Iker y Eneko Pou ya conocían la zona de anteriores visitas a la Cordillera Blanca. Pero tenían esta pared como un objetivo pendiente, siempre con la incertidumbre de que alguien se adelantara y les privara de ser los primeros en escalarla. El año anterior, de hecho, ya lo habían intenado, pero el hielo y la nieve estaban en malas condiciones y tuvieron que desistir.

La pared

La aventura de los Pou en la Cordillera Blanca comienza realmente a bastante distancia de Perú. Este año habían estado previamente en el Himalaya, de manera que ambos estaban ya aclimatados a la altura, lo que a la postre simplificaría mucho la intendencia de la expedición. En total, la idea es dedicar dos semanas a la actividad. Han reducido la cantidad de material al mínimo imprescindible, lo que les va a permitir viajar con el material facturado como cualquier otro pasajero. Después de haber viajado desde Vitoria a Lima (con escala en Madrid), cogen un autobús que, en un trayecto de nueve horas, les va a llevar a Huaraz, capital del departamento de Ancash, situada a 3.000 metros de altitud, ya a los pies de los picos de la Cordillera Blanca.

Los doce primeros días los destinan a actividades más sencillas en la zona, que les deben servir para redondear la aclimatación. Para ello realizan dos ascensiones (al Yanapaccha y al Shacsha) que les van a obligar a dormir por encima de los 4.000 metros de altitud. De esta forma, podrán enfrentarse a una actividad física extenuante, como es la escalada de alta dificultad. Esta primera fase de aclimatación termina con el traslado del material (dispositivos de escalada y víveres) en mulas hasta el Refugio Ishinca -situado en la cabecera del valle del mismo nombre- y de ahí al Vivaque Longoni (5.000 m), un refugio más pequeño situado cerca de la pared que quieren escalar. La marcha de aproximación les lleva seis horas.

Ranrapalca

Refugio Ishinca

6.162 m

Vivaque Longoni

Yerupajá

Huantsan

PARED

NOROESTE

QUEBRADA ISHINCA

Ranrapalca

Refugio Ishinca

6.162 m

Vivaque Longoni

Yerupajá

Huantsan

PARED

NOROESTE

QUEBRADA ISHINCA

Ranrapalca

6.162 m

Vivaque Longoni

Refugio Ishinca

Yerupajá

Huantsan

PARED

NOROESTE

QUEBRADA ISHINCA

Ranrapalca

6.162 m

Refugio Ishinca

Vivaque Longoni

Huantsan

Yerupajá

PARED

NOROESTE

QUEBRADA ISHINCA

(Hacia Huaraz)

La cara noroeste del Ranrapalca no ha sido nunca escalada, por lo que no hay reseñas o 'croquis' que expliquen qué dificultades van a encontrarse. Lo que se aprecia desde abajo es una pared vertical de 1.200 metros de altura que culmina en la arista helada que lleva a la cima. La idea es descender después por la cara norte, por un itinerario que ya conocen.

El material

Han elegido llevar poco material para cargar con poco peso, aunque ello les va a situar en una constante incertidumbre, pues no saben qué van a encontrarse a lo largo de los 1.200 metros de pared. Su apuesta es escalar rápido, ya que eso les hará necesitar menos días de escalada y, por tanto, también cargar con menos víveres. Obtienen agua derritiendo nieve con un hornillo. Es una expedición ligera, en la que cada uno lleva una mochila, pero no petates extra con más víveres o material para fijar seguros expansivos en la pared.

Los 'friends', seguros que se contraen con un gatillo y se expanden para encajarlos en las grietas, han revolucionado la escalada desde que se desarrollaran a finales del siglo pasado. El ingenioso mecanismo permite colocar (y retirar después) seguros fiables en la pared de forma cómoda. Para adaptarse al tamaño y forma de las diferentes grietas que puedan encontrar llevan una docena de ellos de diferentes tamaños.

Así funcionan:

El escalador que asciende en primer lugar coloca estos seguros y pasa una o dos cuerdas dinámicas (ligeramente elásticas) para quedar colgado en caso de caída. Para poder detener esa caída, uno de los compañeros pasa la cuerda por un dispositivo (placa) que le permite bloquear la cuerda como lo haría el mecanismo de un cinturón de seguridad.

Escalador ‘de primero’

Cuerda

Asegurador

Escalador ‘de primero’

Cuerda

Asegurador

Escalador ‘de primero’

Asegurador

Cuerda

Escalador ‘de primero’

Asegurador

Cuerda

Una vez que el alpinista que asciende 'de primero' llega a un lugar cómodo (una repisa, un balcón...) o se le acaba la cuerda (llevan dos cuerdas de 60 metros de longitud y 7,7 mm de diámetro), coloca una suma de seguros denominada 'reunión' para atarse a ella y esperar allí a los compañeros, a los que asegura recogiendo cuerda desde su emplazamiento con la misma placa, pero colocada de otra forma.

Los dos 'segundos' pueden subir de forma simultánea, separados por unos pocos metros en vertical. Cada uno de ellos lo hace por una de las dos cuerdas. El último de los dos retira los seguros de la pared para poder reutilizarlos más adelante.

‘Friend’ colocado en una fisura

Escalador ‘de segundo’

‘Friend’ colocado en una fisura

Escalador ‘de segundo’

‘Friend’ colocado en una fisura

Escalador ‘de segundo’

‘Friend’ colocado en una fisura

Escalador ‘de segundo’

Esta técnica se denomina escalar 'a largos' y permite avanzar sin necesidad de ir dejando seguros fijos. La secuencia se repite una y otra vez para ir progresando por la pared. En todo momento están asegurados, aunque la fiabilidad y frecuencia de los anclajes depende de la solidez de la roca y de sus formas. En el caso del Ranrapalca, había muchas fisuras ciegas y no pudieron usar tanto los 'friends'.

Los 'friends' no son los únicos seguros que utilizan. También recurren a diferentes sistemas para colocar puntos de anclaje en la roca o en el hielo. Se trata, en todo caso, de seguros flotantes, que pueden extrarse para ser utilizados una y otra vez: fisureros, cordinos alrededor de puentes de roca, clavos y tornillos para hielo.

El vivac

Instalan el vivac tras remontar un nevero colgado con menor inclinación (50/55º), al abrigo de las piedras que caen por la pared. La orientación de la ruta (noroeste, pero en el hemisferio sur) hace que reciba muchas horas de sol, lo que derrite el hielo que mantiene sujetas las rocas.

Para auparse a ese nevero han tenido que superar el largo casi vertical (80º de inclinación) cubierto con una capa de hielo fino, que obliga a Eneko a calzarse crampones y piolets para escalarlo con pocas posibilidades de colocar seguros.

Ya sabían que la escalada les va a llevar más de un día. Llevaban material para pasar la noche en una repisa de la pared. Se han alimentado con barritas energéticas (cuatro por persona y día), bebido nieve derretida mezclada con isotónico y han cenado alimentos liofilizados. Llevan un hornillo protegido del viento capaz de hervir agua con facilidad, que luego vierten en un sobre para convertirlo en un plato nutritivo. Saben que en pared, con el cansancio y las incomodidades, es difícil comer, así que los días anteriores han comido más que de costumbre para tener reservas.

Para dormir, cada uno de los hermanos lleva media esterilla (usan la mochila para aislar las piernas), una saco ligero de plumas que combinan con las chaquetas (llevan dos chaquetas de pluma, una más fina y otra más ligera que pueden ponerse una encima de otra).

Micher e Iker en el vivac de la parte superior del nevero Foto: Hermanos Pou
Imagen - Micher e Iker en el vivac de la parte superior del nevero

El largo más difícil sobre roca -una placa de adherencia, lisa y con pocas presas- lo han dejado al principio. Ha sido, sobre todo, muy difícil colocar seguros en una pared muy sólida. Otro largo de dificultad similar les deja mejor sabor de boca, pues aunque es un desplome -especialmente duro a esa altitud- es fácil de proteger. Ahora, después de una fácil travesía hacia la izquierda, van a encontrarse una sucesión de largos donde se concentran nuevas dificultades: unas fisuras que obligan a una escalada física, complicada por las bajas temperaturas de primera hora de la mañana y la altitud.

Piolet ligero

Piolet técnico

280 gr.

470 gr.

Uno en cada mano en los tramos difíciles

Botas dobles

1.050 gr.

Botín térmico

Carcasa

Polaina integrada

Crampones ligeros

540 gr.

Acero

Aluminio

Pies de gato

245 gr.

Linterna frontal

88 gr.

Casco

170 gr.

Chaqueta de plumas

620 gr.

Hornillo compacto con paraviento integrado

420 gr

Recipiente

(0,8 l)

Hornillo

Carga de gas

300 gr

Mochila 65 l

1.650 gr.

Piolet ligero

Piolet técnico

280 gr.

470 gr.

Uno en cada mano en los tramos difíciles

Botas dobles

Pies de gato

1.050 gr.

245 gr.

Botín térmico

Carcasa

Polaina integrada

Crampones ligeros

540 gr.

Acero

Aluminio

Linterna frontal

88 gr.

Casco

170 gr.

Chaqueta de plumas

620 gr.

Hornillo compacto con paraviento integrado

420 gr

Recipiente

(0,8 l)

Hornillo

Carga de gas

300 gr

Mochila 65 l

1.650 gr.

Piolet ligero

Piolet técnico

Botas dobles

Botín térmico

280 gr.

470 gr.

1.050 gr.

Carcasa

Uno en cada mano en los tramos difíciles

Polaina integrada

Crampones ligeros

Linterna frontal

Pies de gato

540 gr.

88 gr.

245 gr.

Acero

Aluminio

Hornillo compacto con paraviento integrado

Casco

420 gr

170 gr.

Recipiente

(0,8 l)

Hornillo

Chaqueta de plumas

Carga de gas

620 gr.

300 gr

Mochila 65 l

1.650 gr.

Pies de gato

Piolet ligero

Piolet técnico

Botas dobles

Botín térmico

245 gr.

280 gr.

470 gr.

1.050 gr.

Carcasa

Uno en cada mano en los tramos difíciles

Crampones ligeros

540 gr.

Polaina integrada

Acero

Aluminio

Chaqueta de plumas

620 gr.

Casco

170 gr.

Mochila 65 l

Linterna frontal

1.650 gr.

88 gr.

Hornillo compacto con paraviento integrado

420 gr

Recipiente

(0,8 l)

Hornillo

Carga de gas

300 gr

Tras la roca, el hielo

Una vez superada la parte vertical, más rocosa, queda remontar la zona superior, recubierta de nieve y hielo. Las técnicas de aseguramiento son las mismas que en la roca, aunque con la peculiaridad de que en en lugar de escalar con pies de gato y las manos desnudas, lo hacen con piolets y botas dobles de suela rígida a las que se les pueden acoplar crampones de forma similar a la que se colocan las tablas en las botas de esquí.

En aras de la ligereza solo el que escala 'de primero' lleva piolets técnicos, que son más pesados, pero tienen mejor pegada y se clavan mejor en el hielo duro. Los 'segundos' llevan piolets ligeros, con menor capacidad de penetración, pero con la mitad de peso.

Abriendo la ruta en la parte superior, por encima de la pared de roca.
Imagen - Abriendo la ruta en la parte superior, por encima de la pared de roca.

La cima

Tras veinte largos de escalada (más el nevero de 150 metros en mitad), llegan a la cresta cenital, desde la que tardan media hora en llegar a la primera cumbre, y hora y media hasta la cumbre principal, por la que pasan para iniciar el descenso por la línea de rápeles de la cara norte.

No es necesario descender por la vía por la que han ascendido, en la que no han dejado colocado ningún seguro, sino que van a hacerlo por la ruta de la cara norte, un itinerario que ya conocen y que además está 'equipado' (tiene colocados puntos de anclaje de los que decolgarse).

Para descender unen las dos cuerdas de seguridad que llevan para así disponer del doble de longitud. Pasan la cuerda por la placa para controlar el rozamiento y rapelar (descender) poco a poco.

Una vez que han descendido los tres hasta la reunión inferior, recuperan las cuerdas (tirando de uno de los cabos) para colocarla en el siguiente conjunto de seguros y seguir descendiendo.

Esta secuencia se repite para recorrer la pared de arriba a abajo, reunión a reunión. Pero es tarde y se les está haciendo de noche, con lo que ya saben que no van a llegar a la base de la pared sin tener que recurrir a la luz de los frontales (linternas) que han acoplado al casco.

Eneko rapela en un momento del descenso Hermanos Pou

Es durante la bajada cuando se roza la tragedia. Cuando todavía faltaban 800 metros de descenso, una piedra que cae de la pared golpea a Eneko en la cabeza. El casco le salva, pero queda inconsciente durante unos minutos que se hacen eternos. Afortunadamente, Micher, que había descendido primero ese largo, puede tensar las cuerdas para detener la caída del escalador herido. Recupera la consciencia por sí mismo, pero está sonado; con el incidente se han retrasado aún más y realizan la última parte de la bajada con noche cerrada. Una vez en la base de la pared solo queda caminar hasta el refugio Longoni, donde finalmente llegan pasada la una de la madrugada.

El resultado: 'Ya pe'Cholo'

Cuando una cordada abre una nueva vía, lo habitual es bautizarla. 'Ya pe'cholo' es una expresión peruana que significaría algo como «claro que sí». Así que se dibuja el itinerario, se señalan las dificultades y el material necesario para poder repetir la escalada en una hoja. Originariamente los «croquis» se copiaban en los cuadernos que se dejaban en los refugios a disposición de los escaladores. Este es el esquema de la nueva ruta elaborado por los propios hermanos Pou nada más bajar de la pared.

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