La Federación de Montaña pide a la Aemet que retome el boletín semanal de aludes

Este último siniestro –en el que el afectado, de 50 años, quedó cubierto de nieve hasta la cintura– ha reabierto el debate en el colectivo montañero. La Aemet en Cantabria es la encargada de recoger toda la información de las precipitaciones de nieve en el conjunto del Parque Nacional de Picos de Europa –los tres macizos–, y en la Sierra del Cordel y Peña Labra, en la comarca de Campoo, que luego envía a la sede de Aragón (Zaragoza), que es la que finalmente emite el citado Boletín de Peligro de Aludes. En su página web, el organismo que dirige Fernández ya advierte de que sólo lo hace «durante la época del año donde el manto nivoso sea significativo». Pero, ¿cuál es el baremo para determinar ese umbral? «El criterio que hemos seguido en las últimas campañas es que haya un metro de espesor acumulado a 2.000 metros de altura, y ahora mismo no se cumple», afirma.

En su último parte, del 16 de enero, la Aemet anunciaba la «interrupción transitoria» del informe semanal y aseguraba que lo recuperaría «cuando las condiciones meteorológicas y nivológicas lo aconsejen». Además, lanzaba una advertencia: «Siempre que haya nieve, la ausencia total de peligro no existe. Hay que tener presente que en circunstancias desfavorables, con aludes de tamaño 1 (alud pequeño o colada) y tamaño 2 (alud mediano), se pueden sufrir severos daños personales».

A la Federación Cántabra de Deportes de Montaña esta explicación no le convence. «No todo se debe fiar al espesor», afirma su presidente, Juan Pérez. «El boletín es una herramienta que el colectivo de montañeros usamos, apreciamos y utilizamos mucho. Lo valoramos por su claridad y calidad. Es ejemplar», sentencia.

Para elaborar el denominado BPA, la Aemet en Cantabria cuenta con personal propio que acude a la zona superior de la estación del teleférico de Fuente Dé para hacer catas en la zona próxima a la canal de San Luis. Además, se apoya en el trabajo de campo de colaboradores externos, «guías de montaña», especifica Fernández, que realizan sondeos nivológicos en los tres macizos. «Que todo esto supone un coste, de acuerdo, que hay que pagar a los profesionales que aportan los datos, también de acuerdo, pero es preciso tener en cuenta que también son un coste los rescates como el de este pasado fin de semana», reflexiona Pérez. «No lo midamos todo en términos económicos, pensemos que se puede perder la vida de una persona, que es mucho más valiosa que los euros que supone emitir el boletín de peligro de aludes cada semana durante toda la temporada», añade.

«Lo que ha sucedido este pasado fin de semana es justamente lo que advertía el último boletín. Siempre que haya nieve en Picos, puede haber pequeños aludes o coladas», defiende el delegado territorial de la Aemet. «Ahora el riesgo está muy limitado a las cumbres y a un terreno por el que no se mueve la mayor parte de los usuarios del Parque Nacional de Picos de Europa», subraya. «Los más experimentados en montañismo y alpinismo, que son los únicos capaces de llegar a estos lugares, ya conocen los riesgos que hay en pendientes inclinadas de más de 30º», apostilla.

Sin embargo, desde la Fcdme tratan de explicar que el número potencial de usuarios no es un baremo adecuado. «En Cantabria somos 6.000 federados, además de los que acuden a la montaña y no lo están. Eso es el 1% de la población, un porcentaje significativo para valorar la importancia del boletín. Si además le sumas los de Asturias y Castilla y León, las otras dos comunidades del Parque Nacional, la cifra asciende a 40.000 federados y, por tanto, usuarios potenciales», concluye.