Ocurre, sin embargo, que en los últimos meses el catalán se dejó ver entrenando en una pista de atletismo. Sobre la llanura del tartán limó segundos a su ritmo de carrera, aunque a veces sintiese que estaba haciendo algo contra natura para un gran especialista en carreras por montaña y esquí de travesía. «¿Qué diablos hago corriendo en una pista cuando las condiciones en la montaña parecen buenas?», se preguntó a menudo durante las últimas semanas.
Kilian Jornet se define a sí mismo como un atleta de montaña 360º, tan capaz de culminar en una semana una doble ascensión al Everest como de buscar las marcas de velocidad en el Aconcagua, el Mont Blanc o el Cervino. Cuenta 34 pulsaciones en reposo. Tiene una capacidad pulmonar de 5,3 litros. Su frecuencia cardíaca máxima es de 205 y su VO2 de 92ml/min/kg. Superdotado para la práctica deportiva, no se conforma con competir ni con ganar. Se ha propuesto explorar su polivalencia y su versatilidad, probándose en distancias largas y cortas, kilómetros verticales, travesías y ascensos a cumbres. Últimamente sostiene incluso duelos sobre el asfalto.
A mediados de octubre disputó su primera carrera de 10 kilómetros en ruta, la famosa Hytteplanmila de Noruega. Paró el crono en 29:59, con algunas molestias musculares que le invitaron a posponer su siguiente gran objetivo. Esta semana el desafío Phantasm24 le llevará a dar vueltas y vueltas a una pista de 400 metros durante 24 horas ininterrumpidas. «Es un reto acorde a sus capacidades», asegura José Enrique Villacorta, responsable de fondo de la Real Federación Española de Atletismo (RFEA). «En pruebas de larga resistencia, Kilian Jornet es un superclase», abunda.
La principal obsesión del catalán es explorarse a sí mismo en términos de nutrición y de ritmo, con temperaturas oscilantes entre los 8 y 15 grados Celsius durante el día, que podrían bajar a 0 durante la noche. Cada cuatro horas cambiará de dirección para evitar las sobrecargas, en un desafío casi salvaje, que el griego Yiannis Kouros elevó en 1997 hasta los 303 kilómetros y 506 metros. «¡Son tantos que no puedo ni visualizarlos!», reconoce Jornet. «He visto los parciales de Yiannis, intentaré seguirlo hasta que el cuerpo aguante», apunta.
Cuestión de ritmo
Según los cálculos de Villacorta, Kilian debería «correr a un ritmo constante en torno a 4:40 o 4:45 el kilómetro». «Sería a priori un ritmo muy sencillo para cualquier persona que se dedica profesionalmente al mundo del deporte, como es su caso, pero el problema es aguantar durante tanto tiempo ese ritmo. Muy pocos animales serían capaces de hacerlo», defiende el seleccionador nacional de fondo imaginándose a sí mismo corriendo desde León, donde reside, hasta Madrid. «Eso serían 300 kilómetros. Ya es una locura. Así que imagínate dando vueltas a una pista de atletismo de 400 metros, con lo lesivo que es», agrega.
Las piernas de Rubén Delgado soportaron kilómetros y kilómetros durante el pasado Mundial de 24 horas, disputado en Albi (Francia). Él fue en 2019 uno de los integrantes de la primera selección española reconocida oficialmente por la Real Federación Española de Atletismo. Por su experiencia, ve difícil que Kilian Jornet rebase la marca de Yiannis Kouros en su primer intento.
«Él es un deportista casi sobrehumano, sí; pero igual que lo son, por ejemplo, otros deportistas en maratón haciendo entrenamientos específicos para esa distancia. Para una prueba de 24 horas, él tiene ese entrenamiento de fondo y de larga duración que le ha dado a lo largo de los años la montaña, pero uno de los principios del entrenamiento es la especificidad. Si tú quieres correr 24 horas en pista, tienes que entrenar para correr 24 horas en pista. Eso es lo que a Kilian le falta, por eso lo veo corriendo entre 280 y 290 kilómetros. Creo que no podrá acercarse al mejor ultrafondista de la historia, pero sí al récord de España. En este momento lo tiene Iván Penalba, con 274,332 kilómetros. Otra cosa sería que Kilian se encabezonara y quisiera centrarse en este tipo de pruebas para batir el récord del mundo. En ese caso, creo que en un año podría acercarse o sobrepasar este valor. Pero ahora mismo, sin una preparación previa larga y sin experiencia, creo que no lo tiene a su alcance. No por condiciones, sino porque no lo ha entrenado lo suficiente», reflexiona Rubén Delgado.
El reto Phantasm24 es solo un capítulo más de sus ambiciones deportivas. Por algo ha incluido en la hoja de cálculo de sus entrenamientos una tabla con todas las ramificaciones de su actividad. 5.000, 10.000, medio maratón, maratón, 100 kilómetros, 100 millas, 24 horas... Sus piernas no quieren parar.
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