Nirmal Purja asciende el K2 y suma 10 ochomiles en tres meses

Solo le queda el Broad Peak, al que ayer se dirigía a la carrera tras descender de la cima del K2 al su campo base del tirón. Probablemente, para cuando el lector lea estas líneas, Nirmal Purja haya sumado también este ochomil a su lista y solo le quedarán tres -Manaslu, Cho Oyu y Shisha Pangma, a ascender en otoño- para completar su «Project Possible 14/7».

Como ya sucediera en Nepal en primavera, su conquista de los ochomiles pakistaníes está siendo toda una lección de estrategia y determinación. El primero en caer fue el Nanga Parbat (8.125 m.). Lo hizo tras más de una semana de silencio en sus activas redes sociales -su medio habitual de comunicación- que levantó todo tipo de especulaciones, ya que tras su etapa nepalí había anunciado que su proyecto estaba en peligro por falta de fondos.

Pero el 6 de julio, el exmilitar nepalí resucitaba en las redes sociales para anunciar tanto la cima del Nanga como un nuevo patrocinador que garantizaba la continuidad del proyecto, la marca de relojes Bremont. Y justificaba su silencio «por motivos de seguridad» sin dar más explicaciones. Cabe recordar que el Nanga Parbat se encuentra en una región de Pakistán donde los talibanes tienen una gran presencia y en su campo base un ataque terrorista en 2013 acabó con la vida de 11 alpinistas, entre ellos un sherpa.

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Su cima en el Nanga, lograda trar unir fuerzas con un grupo de alpinistas entre los que estaba el catalán Sergi Mingote, enfrascado en su propio reto de ascender 6 ochomiles sin oxígeno en menos de un año, era el inicio de una frenética carrera para el nepalí. Su siguiente objetivo eran los Gasherbrum I y II, dos ochomiles gemelos que comparten campo base. Y lo de la carrera es literal. Nirmal y su equipo realizaban en tres días el trekking hasta su CB, que habitualmente lleva ocho días. Allí, la meteorología le retenía casi una semana, pero en cuanto les dio una tregua se lanzaron a por sus objetivos. Resultado: la cimas del G-I y el G-II en tres días, entre el 15 y el 18 de este mes. El alpinista lo confirmaba en su Twitter: «El equipo tuvo que superar algunas experiencias extremas y desafiantes en el G1. Ya daré más detalles. Apenas tuvimos respiro entre el G1 y el G2, pero me siento eufórico de poder decir que son 9x8000m.»

Y llegaba así al momento clave, la montaña que iba a marcar el futuro de su proyecto. El reto de ascender el K2. Mientras Nirmal se merendaba los Gasherbrum, el ochomil más difícil y peligroso era asediado por una cincuentena de alpinistas pertenecientes a media docena de expediciones comerciales. Entre ellos se encontraban algunos de los sherpas y guías más reputados de la actualidad. Pero la montaña de las montañas los rechazaba a todos. El paso clave de la ruta hacia la cumbre, el conocido como Cuello de Botella, una estrecha y técnica travesía a 8.200 metros de altitud bajo un inmenso y amenazante serac, se revelaba como un obstáculo imposible de superar. Lo intentaron dos veces, los días 17 y 18. El segundo de ellos, los continuos desprendimientos de roca y aludes causaban cinco heridos entre los sherpas que equipaban el tramo y decidían abandonar. Casi todas las expediciones anunciaban que se volvían a casa o cambiaban su objetivo por algún otro de los ochomiles del Karakórum.

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Y mientras la 'comerciales' se lamían las heridas, el gurkha y su equipo de cuatro sherpas -Lakpadendi Sherpa, Gesman Tamang, Changba Sherpa y Lakpa Temba Sherpa- se plantaba en el CB del K2 el domingo 21 y al día siguiente, de madrugada, partían hacia la cumbre. A las tres de la tarde llegaban al campo 3 (7.350 m.). El martes salían de ese C3 a las 6:40 mañana y a las 15:00 llegaban al campo 4 (8.000 m.). Les quedaba el tramo decisivo. Nadie había logrado pasar de ahí. A las once de la noche reiniciaban la ascensión y, con ayuda de oxígeno artificial, equipaban el Cuello de Botella y el resto de la ruta hasta la cima, que alcanzaban ayer, día 24, a las nueve de la mañana, hora local (tres horas más en España).

Habían abierto la puerta del cielo. Mientras ellos descendían a la carrera -el Broad Peak les esperaba-, las expediciones que habían renunciado días antes se desdecían y anunciaban su vuelta al K2. El goteo de alpinistas hacia la cima está siendo incesante y se esperan una veintena de cumbres antes del fin de semana, entre ellas la andaluza Lina Quesada, que ya había hecho el petate en el CB para volver a casa.

Pero habíamos dejado a Nirmal y compañía bajando a la carrera al glaciar del Baltoro. A última hora de ayer, miércoles, llegaban a él y, sin descanso, comenzaban a hacer el petate para dirigirse al cercano Broad Peak. El alpinista desvelaba de nuevo sus planes en Facebook: «En el campo base del K2 empaquetando para ir al Broad Peak. Pocas horas de descanso, preparando el equipo mientras mis botas y mi traje de cumbre mojados se secan. Queremos ir directamente al campo 2 del Broad Peak tras dejar el CB del K2 a las 3:00 y con el objetivo de alcanzar la cima al día siguiente. ¿Terminaremos la 2ª fase?». Apuesten a que sí.

Anapurna................ 22 de abril

Dhaulagiri.............. 12 de mayo

Kangchenjunga.... 15 de mayo

Lhotse..................... 22 de mayo

Everest................... 22 de mayo

Makalu................... 24 de mayo

Nanga Parbat........ 3 de julio

Gasherbum I......... 15 de julio

Gasherbrum II..... 18 de julio

K2........................... 24 de julio