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J. López-Lago
Viernes, 13 de septiembre 2019, 20:41
Estrella Paulete es una policía nacional de origen extremeño que en apenas un mes estará soportando temperaturas de veinte grados bajo cero a más de cinco mil metros camino de la cima de un volcán, el Nevado Sajama (6.542 m), donde los ... vientos azotan sin misericordia pues se alza aislado sobre el desierto, sin cordillera que lo proteja de las inclemencias. Nunca antes había afrontado una experiencia de este tipo. Pese a semejante reto, Estrella está ilusionada. Se siente privilegiada. Haber superado recientemente un cáncer de mama la ha llevado a querer comerse la vida a mordiscos.
Esta mujer de 38 años ahora vive en Madrid y ha sido una de las seleccionadas para el Reto Pelayo Vida. La compañía de seguros organiza desde hace cinco años una expedición que pone al límite a mujeres que tienen en común haber superado algún drama personal. Este año Estrella ha sido una de las seis seleccionadas de entre más de 282 aspirantes de once países que sintieron que no debían desaprovechar ni un minuto de sus vidas. El mensaje es que cualquier persona que haya superado dificultades similares se identifique con ellas y apueste por una vida de emociones intensas.
En su caso, en 2016 mientras se duchaba se detectó un bulto en el pecho. Tras una biopsia le comunicaron que tenía cáncer. En 2017 terminó el tratamiento y afirma que ahora vive feliz. «Desde entonces he cambiado en muchas cosas. El tiempo es fundamental –relataba ayer a este diario–, pero solo te das cuenta cuando la vida te pone en una situación límite, en mi caso con un cáncer. Piensas que te puedes llegar a morir, pero en cuanto lo aceptas y empiezas a luchar y a sentirte bien tu mundo cambia completamente. Después de un cáncer te quieres comer la vida. Necesitas hacer de todo, valoras las pequeñas cosas y el cariño de la gente que te rodea se hace más especial».
Estrella dice que desde que pasó la enfermedad quiso ver hasta dónde podía llegar. Siempre hizo deporte, incluso durante el tratamiento, y cuando se enteró por las redes sociales de los retos para mujeres como ella que organizaba Pelayo se presentó candidata. Las pruebas fueron en montaña y más duras de lo que esperaba. En abril empezaron y desde entonces las seleccionadas están subiendo picos prácticamente cada fin de semana.
«La primera fue subir Peña Ubiña (2.417 m en León) y cuando la vimos daba miedo. Era invierno y estaba nevado. Yo he hecho senderismo, pero no a ese nivel, así que cuando consigues pasar por sitios así con crampones te vienes arriba. La siguiente fue hacer tres tresmiles en un día en Sierra Nevada. Entonces me di cuenta de que la mente es poderosa. Aunque tu cuerpo está cansadísimo te dice que sigas. Superar mis límites fue lo que me motivó».
La idea de Pelayo es que cada año cinco mujeres (este año son seis) supervivientes de cáncer hagan realidad objetivos que parecían inalcanzables con retos en alguno de los lugares más recónditos del planeta y liderados por personajes destacados del panorama científico y deportivo del país.
En 2015 subieron al Kilimanjaro cima más alta de África, al año siguiente cruzaron el atlántico en barco, después se embarcaron en una expedición polar al Ártico, el año pasado viajaron al Himalaya para recorrer en bici más de 300 kilómetros por el valle del Annapurna coronado por este gran ochomil.
En este 2019 el desafío está en Los Andes bolivianos. Salen el 24 de septiembre y regresan el 13 de octubre. Primero deberán atravesar en bici de montaña el Salar de Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo, en cuyo interior cabe toda la comunidad autónoma de Asturias y cuya altura sobre el nivel del mar, siempre por encima de 3.600 metros, convierte cualquier actividad en un auténtico esfuerzo. Tras llegar hasta el Parque Nacional de Sajama, deberán conquistar la cumbre del Nevado Sajama (6.542 m), el punto más alto de Bolivia y el décimo volcán más alto del planeta.
La directora de la expedición será Rosa Fernández, que ha hecho cumbre en seis ochomiles incluido el Everest. Tres cámaras de National Geographic acompañarán a las seis expedicionarias para grabar un documental. En cuanto a las otra cinco chicas que superaron las pruebas, la extremeña anticipa que será una experiencia inolvidable: «Somos un equipo maravilloso, está Felisa, que es de Almería, está Begoña, Raquel y Viki, que es de Madrid, y también Rina, que viene de México. Va a ser una experiencia única, muy intensa, así que vamos a acabar como siendo hermanas por todas las emociones que viviremos juntas ayudándonos las unas a las otras. Para mí tiene algo de terapéutico. Para mí el deporte cura y cuando estaba enferma sacaba una mínima fuerza al menos para andar y mantenerme activa».
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