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f. J. PÉREZ
Sábado, 16 de febrero 2019, 08:47
Cada invierno, desde hace 6 años, Alex Txikon traslada su vida a los pies de un ochomil. Durante dos meses, el microcosmos de un campo base se convierte en su universo, acompañado de un reducido grupo de compañeros y amigos que transforman ese minúsculo ... camping en una suerte de gran hermano donde el tiempo tiene su propio ritmo y el espacio lo marca una meteorología que no da tregua y que pasa a ser, más que nunca, un elemento más de la expedición.
Por eso, el descubrimiento de los iglus es todo un acontecimiento. Porque pasar de vivir a 20 o 25 grados bajo cero en una tienda de campaña convencional a hacerlo a 0, -1 o -2 en estas mini casas de hielo puede significar la diferencia entre el éxito o el fracaso de un grupo humano donde las pequeñas comodidades se miden por grados de temperatura. En este vídeo, Alex muestra al lector de EL CORREO cómo es esa vida en el campo base y le traslada, aunque sólo sea por unos minutos, a los pies del K2, la montaña de las montañas y la segunda más alta del planeta.
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