Txikon llega al campo 2 en el Everest

Este miércoles han hecho el recorrido desde el campo 1 al 2 (a 6.430 metros, ya instalado anteriormente), en un día en el que ha nevado mucho, lo que les ha retrasado en su salida por la mañana, según han explicado desde el campo base. En las semanas anteriores, Txikon y su equipo equiparon la montaña hasta cerca de los siete mil metros, pero no pasaron de esa altura. El objetivo es aprovechar en los días posteriores una ventana de buen tiempo que se anuncia para progresar e intentar el asalto a la cumbre. El permiso para el ascenso se le termina al alpinista el sábado 29, y si quisiera prorrogarlo, tendría que pagar once mil euros más. Es el tercer intento de Txikon por escalar el Everest en invierno, tras sus tentativas fallidas en los años 2017 y 2018.

«El día ha sido durito y la noche que nos espera va a ser mas dura aún». Así iniciaba Alex Txikon su comunicación con el campo base desde el C-1 (6.000 m.), hasta donde había llegado ayer en su primera jornada de ataque a cima en el Everest. El plan era subir hasta el C-2, pero, como se ha mencionado, el día se les complicó por la meteo y, sobre todo, la Cascada de Hielo, se les hizo muy tarde y prefirieron no cruzar de noche todo el Valle del Silencio y arriesgarse a caer en una grieta o tener que sortear una avalancha con la visibilidad de unas simples frontales.

«El día ha estado cabroncillo», resumía Alex. «Nos ha nevado y prácticamente no veíamos nada. Menos mal que no soplaba el aire. Hasta los 5.500 hemos tenido unos 10 centímetros de nieve y a partir de ahí, 20 centímetros».

Por si fuera poco, Alex y sus cinco compañeros sherpas (finalmente, Pechhumbe y Nurbu decidieron acompañarles hasta el C2 para ayudarles en el porteo de material) , ya que la otra expedición de sherpas que les acompañan, que quiere batir el récord de velocidad de ascensión al Everest en invierno, subía muy cargada y en todo momento marcharon por detrás del grupo de Txikon. «El otro equipo viene mas cargado que nosotros y ha estado siempre por detrás, así que nos ha tocado abrir huella y la verdad es que ha sido durillo», explicaba.

El otro hándicap estuvo en la Cascada de Hielo, que encontraron mucho más rota de lo previsto. Tuvieron que rehacer la ruta en numerosos tramos y colocar tres escaleras en otras tantas grietas que aparecieron nuevas. «Calculo que la ruta que hemos abierto hoy aguantará unos cinco días», relataba el vizcaíno. «Hemos pasado muchas grietas y en ese tiempo todo estará destrozado otra vez», añadía.

Una vez en el Valle del Silencio, y aunque parezca increíble, el problema para el grupo fue el calor. El Circo Occidental, como también se le conoce, es una inmensa vaguada a más de seis mil metros de altitud delimitada por el Nuptse al sur y por la la cresta occidental del Everest al norte. Cuando los vientos se calman y el día es soleado, se crea un efecto de caldera que en primavera permite recorrerlo prácticamente en camiseta y en invierno suaviza enormemente los, por ejemplo, 40 bajo cero que soportaron el martes los alpinistas. «Sin viento, la temperatura ha subido, y ha habido un momento que incluso las nubes se han abierto, así que hemos pasado bastante calor. Hemos estado con el buzo abierto y toda la ropa de dentro también».

Hasta que cayó la noche. «Está siendo muy fría», contaba Alex ya dentro del saco. Fría e incómoda, ya que el C-1 lo tienen como campo de paso, prácticamente de emergencia, una vez equipado el C-2 y las comodidades no son las mismas. «Estamos los nueve en dos tiendas y yo sin esterilla, porque el plan era llegar al C-2».

El objetivo para este miércoles es el campo 3, un poco por encima de los 7.000 metros, en plena pared del Lhotse. Aunque la tarea se prevé ardua. «Nuestra idea es salir en dos grupos. Uno a las tres de la madrugada y otro algo más tarde y ver como encontramos las cosas. Si caen piedras por la pared del Lhotse, si la meteo se porta...».

Son varias las decisiones que deberán tomar. La más importante es la ruta seguir en la pared del Lhotse camino del Collado Sur (8.000 metros). En la anterior inclusión tuvieron que darse la vuelta por las piedras que caían en la vía habitual, que siguen las expediciones comerciales en primavera. Decidieron intentarlo más a la izquierda, cerca del Pilar Sur del Everest, que abrieron en 1980 los polacos Jerzy Kukuczka y Andrzej Czok y por el que Kilian Jornet llegó en solitario el pasado otoño hasta los 8.300 metros.

Alex la vio mucho más segura pero no tiene muy claro que sea la que vayan a elegir. «En tres horas estamos en el campo 2 y en 4, en la rimaya, a 6.700», calculaba. «Luego veremos cual de las rutas decidiremos. Yo prefiero por la que íbamos porque es mas corta y segura. Pero me imagino que ellos [por los sherpas] querrán ir por la normal, que es la que conocen. También es verdad que allí tenemos 7 bobinas de 200 metros en la rimaya», reconocía. Todo ello, por supuesto, a expensas de que la meteorología les permita la progresión.