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En vertical u horizontal, pero bien pertrechados de cuerdas, botas, arneses, cadenas o puentes colgantes -y ahora también mascarillas, geles y distancia-, conocer Cantabria desde las alturas es otra opción para este verano en el que los espacios libres cobran fuerza frente a las citas en espacios cerrados.
Y para ello la región cuenta con nueve vías ferratas de las que el Gobierno recuerda en su página oficial de turismo que el acceso es libre, pero que siempre es recomendable contratar un guía que nos ayudará y orientará en caso de necesidad.
Las vías ferratas permiten acercar a todos los públicos las emociones que siente un escalador cuando se enfrenta al reto de ascender una montaña. Verticalidad, altura, descarga de adrenalina, superación personal... pero con mucha más seguridad y sin necesidad de poseer un exigente nivel físico y técnico. Es el secreto y el porqué del auge de esta modalidad de ocio.
Dadas las especiales condiciones de aforos y seguridad derivadas de la pandemia, pongase en contacto con los responsables de cada vía para conocer todos los detalles
La vía ferrata de La Hermida se inauguró en 2010 y dos años más tarde se construyó la ruta de Los Puentes un recorrido más dinámico y atractivo, con dos espectaculares pasos, uno de ellos, un puente tibetano, de 100 metros de longitud, el mayor de España. Es la primera del Cantábrico, y se encuentra en pleno corazón del Desfiladero de La Hermida, frente al balneario del mismo nombre. El cable tibetano, de 40 metros de longitud, parte desde el paraje de la Cueva Diosu, un tramo de la anterior vía, y desde allí se dirige hacia un espolón. Pero, la parte más del recorrido es un nuevo paso que atraviesa un puente con tablas de madera, de 100 metros de longitud que atraviesa la canal Canalevia, con más de 100 metros de altura al vacío, y desde donde se contempla la localidad de La Hermida, y el Desfiladerore. Hay un tercer puente muy pequeño a la llegada a Cueva Ciloña.
Dificultad: K4 (media/media-alta)
Duración: 3-4 horas.
Localización: La Hermida.
Equipo necesario: ropa cómoda y calzado de montaña.
El Milar es una vía ferrata pequeña en su recorrido pero exigente y divertida, explican sus gestores. Se trata de una subida en diagonal para pasar a una travesía por encima del río Deva. Se acaba con unos sencillos pasos de escalada para acceder en la cara norte, por donde descenderemos hasta llegar a la tirolina que nos cruzará sobre el río Deva.
Una hora es la duración de esta vía ferrata, a un ritmo suave, disfrutando del paisaje.
La vía tiene una entrada por un diedro de 20 metros con unos peldaños un poco distanciados, pero en una diagonal ascendente. Cuando uno sale del diedro en la vertical, a 25 metros de altura, comienza una travesía ascendente larga de 80 metros, con dos puntos técnicamente complejos. Uno de ellos que desploma y un final de la travesía por la pared sin peldaño, con agarres naturales. Cuando se acaba esa segunda sección, hay un diedro de salida que sigue la misma tónica. El descenso, por atrás, se lleva a cabo por una zona de encinas que se dirige a una canal hasta el río Deva.
Dificultad: K3 (media)
Duración: 1-2 horas.
Localización: La Hermida.
Equipo necesario: ropa cómoda y calzado de montaña.
La via ferrata Camaleño está situada en el pueblo de Los Llanos a mitad de camino entre Potes y Fuente Dé, con vistas al Macizo Oriental de Picos de Europa.
Consta de 3 largos, los dos primeros son de iniciación aunque en el primero hay un paso técnico, mientras que el tercero cuenta con tres posibilidades: la primera consiste en cruzar un puente tibetano seguido de una zona de 3 extraplomos considerando como K4; la segunda es una escapatoria que sube vertical hasta la cumbre y que no presenta dificultades (K2); y la tercera es un recorrido en travesía muy difícil que va al borde del techo con 2 pasos en libre y fuertes extraplomos solo recomendada para gente que tenga nociones de escalada (K5).
Dificultad: deoendiendo de los tramos K2 -K4 - K5 .Es recomendable una mínima forma física y tener una relativa familiarización con las alturas
Equipo necesario: casco, arnés y un disipador de energía con mosquetones homologados. Si no dispones de alguno de estos elementos o necesitas el equipo completo existe la opción de alquilarlo.
Se encuentra situada en un estrecho desfiladero donde destaca la Peña Socastillo. La vía, con un desnivel acumulado de 500 metros y una longitud de ida y vuelta de unos 1.900 metros, comienza en el mirador de Peñallana, situado en la carretera que va de Villaverde a Ledantes, en el mismo parque que se ha habilitado con mesas, fuente y juegos infantiles. El recorrido cuenta con un puente tibetano de 50 metros, formado por tablones de 15 centímetros de ancho, que salva el cañón del arroyo de la Viña, con 70 metros de caída. La vía alterna crestas y muros hasta llegar a la cumbre de Socastillo. El itinerario de regreso se cruza con el de subida coincidiendo en el puente. Una vez cruzado éste aún hay que escalar una pared de noventa metros equipada con línea de vida que finaliza en el parque junto al aparcamiento de los coches, lo que proporciona mucha comodidad a los usuarios.
Dificultad: K4 (media)
Duración: 3 horas.
Localización: Vega de Liébana.
Equipo necesario: ropa cómoda y calzado de montaña.
Transcurre por una imponente pared, sin embargo su recorrido es más accesible de lo que parece desde abajo. Una vía corta con un trazado muy estético.
Dificultad: Salida derecha, algo difícil // Salida izquierda: Difícil
Opcional: Puente tibetano de 3 cables
Desnivel: 120 m.
Recorrido: 300 m.
Duración: 2 horas
Equipamiento obligatorio: Casco, Arnés, Disipadores de energí, Calzado de montaña
Está ubicada en la ladera sur de la Sierra de Mullir, en la ascensión al alto del Copete, con un grado de dificultad considerado Dificil+/MD-. Como opcional tiene un puente nepalí de dos cables.
El portal cantabriarural.com explica que tiene una longitud de recorrido de 250 metros y un desnivel de 80 y se necesitan unas dos horas para completarla. La vía discurre junto a una cascada, muy cerca de El Sedo, es ideal para iniciarse.Está muy próxima a la Vía Ferrata el Cáliz. Al final de la vía se plantean dos opciones, un puente nepalí para los más valientes, con vistas sobre todo el valle o un pequeño rodeo por un sendero marcado.
Dificultad: Difícil+ / MD-
Opcional: Puente nepalí de 2 cables
Desnivel: 80 m.
Recorrido: 250 m.
Duración: 2 horas
Equipamiento obligatorio: Casco, Arnés, Disipadores de energí, Calzado de montaña
Se trata de un itinerario clasificado como de extrema dificultad, que cuenta con un desnivel de 250 metros y una longitud de 550, que se puede completar en unas tres horas aproximadamente. La vía se encuentra en las inmediaciones de la ermita rupestre de San Juan de Socueva, declarada Bien de Interés Cultural.
Dificultad: Extremadamente Difícil
Desnivel: 250 m.
Recorrido: 550 m.
Duración: 3 horas
Equipamiento obligatorio: Casco, Arnés, Disipadores de energí, Calzado de montaña. Recomendable llevar una cuerda de 30 m.
Se trata de un trazado zigzagueante, de baja dificultad muy cerca de sus archiconocidas 'Tetas' (los picos Cotillamón y Marimón). La instalación salva un desnivel de 75 metros y mide 120 metros y se convierte en la ferrata más cercana a la Bahía de Santander.
Se encuentra en el Pico Levante, concretamente en el escaparate de caliza del monte Cueto Calgar, en el barrio de Extremera. Este monte tiene una altitud de 435 metros y está bastante cerca del casco urbano de Liérganes, con lo que se facilita el desplazamiento a pie. A la vía se llega tras caminar apenas cinco minutos desde la carretera que sube a las 'Tetas', donde se puede aparcar el coche. Un ligero sendero nos conduce hasta el punto de partida. Un reguero de grapas y cables facilitan el ascenso. Un gran peñasco de cuatro metros de altura junto a una cueva da la bienvenida. Esta zona, salpicada por simas y cavidades, sirvió a los maquis para guarecerse durante la época de represión tras la Guerra Civil.
Desnivel: 75m
Duración: 2 Horas
Dificultad: K2
Equipamiento básico: Casco, Arnés, Disipadores de energí, Calzado de montaña
Tiene 350 metros de longitud, 60 metros de desnivel, y, en términos de dificultad, está catalogada como K4. Está equipada con una tirolina, un puente tibetano a una formación llamada 'morro de la tortuga', por la similitud de su forma con el animal, y un flanqueo horizontal «muy atlético, con todo el patio bajo tus pies, sin pared». La ruta continua por un barranco con viras, sigue por el río, después se mete por el monte y finaliza por un muro vertical con un mirador.
Dificultad: K4, Difícil Obstáculos: 2 puentes y 1 tirolina.
Desnivel: 60 m.
Recorrido: 350 m.
Duración: 2 horas
Equipamiento obligatorio: Casco, Arnés, Disipadores de energí, Calzado de montaña
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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