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Interior de la cueva Mairulegorreta. Iñaki de la Cruz
Las cuevas que guardan los secretos de Gorbea

Las cuevas que guardan los secretos de Gorbea

Un agradable paseo entre grutas, mitos, bosques y verdes prados descubre los hermosos entresijos del Parque Natural

Iñigo Miñón

Lunes, 26 de junio 2023, 14:48

Ruta para los amantes de las cuevas, de los bosques, de los prados, de los mitos. Un sencillo paseo para todos los gustos y para todos los públicos. De hecho el tramo más complicado es el que, en coche y por los baches del asfalto -por llamarlo de alguna manera-, te ha de llevar hasta el área recreativa de Las Canteras, en el Parque Natural Gorbea. Calma, que tampoco se va a estropear el chasis, basta con ir despacito, pero es evidente que una carretera tan transitada por los mendizales necesita un buen lavado de cara. Bueno, calcémonos las botas, no se vaya a hacer tarde.

Al monte

Al monte
  • Distancia: 8,8 km.

  • Altitud máxima: 967 m.

  • Punto de salida: Las Canteras (Murua)

  • Dificultad: Fácil.

Tomamos el primer camino que sale a la izquierda, donde un panel informativo nos recuerda que entramos en Gorbea. Una vía ancha nos lleva al borde superior de las antiguas canteras, convertidas ahora en una agradable zona verde de recreo con merenderos, donde terminaremos la ruta. Seguimos subiendo por el bosque y en la bifurcación tomamos el desvío a la derecha. Hay carteles indicadores, pero están ubicados unos metros más adelante del cruce de caminos, por lo que algún despistado -muy despistado- puede irse por la izquierda, que lleva hasta la cima del Gorbea -y sabes perfectamente que ese día no quieres andar tanto-.

Tras un agradable paseo entre robles y hayas, superamos una barrera metálica antes de llegar a otra bifurcación. Ahí, a la izquierda, por una pista pedregosa que, tras cruzar una alambrada, nos sumerge en el hayedo que hace las veces de 'hall' de las cuevas. Una senda a la izquierda nos sube a la de Mairulegorreta, cuyo amplio acceso está actualmente protegido por una verja. Se puede entrar y disfrutar con precaución de algunos metros de gruta -son kilométricas, pero para eso hace falta material especializado-.

Una vez retornados a la senda principal seguimos la dirección que llevábamos por la ladera, marcada con hitos de piedra, hasta el refugio de Errekasiku. Allí, giro a la derecha para subir por un cómodo pasillo herboso, entre helechos, que nos dejará en la cima del Azero (967 metros), donde emprenderemos un prolongado descenso hasta las canteras.

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