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El buen tiempo ha jugado en contra de Alto Campoo en el primer fin de semana de la temporada. Las previsiones meteorológicas daban ligeras nevadas a primera hora de la mañana pero ha amanecido con un sol radiante, y eso ha restado afluencia. Aun así, ... el goteo de esquiadores ha sido constante y poco a poco los aparcamientos se han ido llenando. «Ya teníamos ganas de probar la nieve, porque estábamos desesperados», explica a pie de pista al mediodía Brezo de la Lama, monitora de la Escuela Brañavieja. Era el comentario más extendido. La instalación que gestiona Cantur ha abierto con poco más de ocho kilómetros esquiables, ocho pistas de 23 abiertas y seis remontes de doce. Los amantes de la nieve tienen a su disposición hasta las cinco de la tarde cuatro pistas verdes (Calgosa I y II y Tobogán I y II) y cuatro azules (Piedruecos I y II y Río Hijar I Superior y Río Híjar II).
La visibilidad es excelente porque no ha dejado de lucir el sol. «La nieve está buenísima, pero vamos, que si no lo está ahora cuándo lo va a estar», explicaba César, que acaba de bajar del pico Tres Mares con sus esquís de travesía. «El problema es que la gente mira el tiempo en la aplicación de 'Snowforecast', y claro daban malo. Luego, al levantarse han visto en las 'webcam' de la propia estación que hacía bueno y están comenzado a subir a toda prisa para tratar de aprovechar el día», explica Eloy Santiago, director de la Escuela Cántabra de Esquí.
Aun así, la estación está prácticamente lista. Para los negocios que la rodean, en mucho de los casos, también era el primer día de la apertura. «Aún no hay mucha gente, pero seguro que se van animando. ¡Mira qué día hace!», afirmaba Juan Daniel, camarero de El Tubo Cuatro. Entre bocadillos de panceta, lomo y tortilla la jornada iba desperezando. «Nosotros hemos venido desde Bilbao con la autocaravana para hacer 'snowboard' en familia», relatan Esteban y Raquel.
La zona de debutantes, junto con el tubo, eran los lugares más demandadas. Muchos han aprovechado para ponerse por primera vez los esquís. «Espero que sea el primer día de muchos», afirma Raquel, de 14 años y que pese a vivir en Reinosa «nunca lo había probado».
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